viernes, 24 de agosto de 2012

Soñar, Desear y Atreverse



La incertidumbre es lo que enciende mi deseo. Querer más. Todo lo que genere ese sentimiento de búsqueda, de reto, de apuesta... me pone.
Más de seis horas de viaje imaginando lo que me espera. Llegar a puerto con el desconocimento más absoluto de lo que acontecerá las siguientes diez horas. "Puedo continuar mi camino hasta el destino final o quedarme una noche. Tú decides". Dios, cómo me incendió esa vacilación suya. Esa información que yo no había pedido para explicar tal vacile. "Hay alguien y eso complica el encuentro". Mi deseo crece, si cabe, todavía más. Intento reconducir la situación diciendo que no pasa nada, que seguiré mi camino, que las cosas no tienen porque cambiar, que podemos seguir poniéndonos muy perros el uno al otro.

Ahora en el tren, con la música atronando en mi cerebro, intento no pensar, seguir dejando que las cosas pasen, y gozar de que alguien haya pronunciado "párate, pasa la noche aquí" y hacerlo sin calcular lo que eso conlleva. Sé que ha tenido que organizar la jugada como en un tablero del Risk y aprecio ese acto. Me gustan los valientes, me gusta que alguien anteponga el deseo a todo lo demás. Yo lo hago. No sé absolutamente nada, cuatro datos que no aportan mucho: color de ojos, estatura, edad... y noto un peso en el estómago que no me permite ni comer. Nos hemos dicho muchas cosas  que incendiarían los oídos de cualquiera, ¿seré capaz de repetirlas mirándole a los ojos? ¿Lo hará él? ¿Son demasiado elevadas las expectativas? Sí, esto es lo que me gusta. Soy perversa, lo sé, no lo escondo, muestro mi lado más salvaje.

Pongo los pies en este sitio que me es tan familiar y por primera vez es como si hubiese llegado viajando con una nave en un planeta por explorar. Siento la garganta seca y el coño mojado. Las dos últimas horas han sido tremendas, aumenta el deseo a la par que crece el misterio. Instrucciones telefónicas para llegar al cuartel general. Para, para, para, soy disléxica, vamos paso a paso. Primero el metro, luego me vas diciendo, de nada me sirve que me digas que es fácil, yo lo veo todo al revés, nunca sé si voy o vengo. En ningún momento me he planteado echarme atrás. Necesito poner tacto, olor y compartir los fluidos que consigue que fluyan, no pienso en qué pasará si... Ahora ya no puedo permitírmelo, la suerte está echada. Él sabe más o menos lo que encontrará al abrir la puerta, yo no. He puesto todo el montoncito de fichas en medio de la mesa, espero que sea una jugada maestra. La adrenalina corre, me invade y me da fuerzas para poner en práctica lo que lleva días teniéndome tan cachonda.

Escucho su voz y me siento bien. Me gusta, me pone juguetona. Veamos si existe esa química, si la temperatura sube aún más. Sí, esos ojos descarados me escudriñan y las manos examinan. Has tenido suerte Kitty, merecía la pena, esta vez sí. No hay tregua, solo incendio, pido algún líquido pero lo primero es lo primero. Sabe que soy una cachorra, una perrita valiente, que sale de caza, depredadora, y le gusta, lo sé. "Qué perros nos hemos puesto estos días". Sí, y no siempre ocurre. Tropiezas con alguien y no sabes muy bien por qué se dispara todo. Me siento extrañamente bien. Con cierta sensación de saber que has puesto en un brete al otro, yo no tengo nada que perder y, sin embargo, la intuición que me ha acompañado todo el camino se ha despejado. Vamos a follarnos sin ningún complejo disipando todas las dudas que pudieran habernos surgido. Quiero saber si gimes de verdad, quiero saber si realmente te la pongo tan dura como me has susurrado todos estos días, quiero que sepas lo que sacas de mí.

Tanto calor me mata pero me gusta sudar contigo, sudar por ti. Acariciarte y que me empapes, no soy capaz de recordar nunca haber tenido a nadie tan mojado entre mis brazos, es una sensación muy morbosa, como si te estuviera exprimiendo. Tienes el detalle de ofrecerme tu polla sabor chocolate, y eso querido, va para nota. ¿Cómo es posible que no haya el más mínimo gesto de prudencia? Nos hemos abandonado al deseo, a explorar lo que habíamos narrado, a utilizar esas palabras que son un juego, a probar todo lo que nos apetezca. Y tú intentando llevar el control, dándome cuerda para tirar de ella y decirme "bonita aquí mando yo", me hago la sueca pero me gusta y lo notas. Estoy tranquila, relajada, me ofrezco, te ofreces pero sé que te sientes vigilado, hay una pequeña dosis de no saber qué pasaría si... y no voy a engañarte, eso, justo eso, a mi me pone más perra todavía. Y no te resistes a dejarme ser amazona por un rato, a ser yo quien coja las riendas. A veces las noches son cortas... vamos a respetar el descanso del guerrero aunque te maullaría al oído y me enroscaría a tus piernas, pero dormir también entraña un interrogante y a eso jamás me resisto. ¿Me darás más? ¿La luz de la mañana lo cambiará todo? ¿Soñaré?

Llego a mi destino final un día más tarde de lo previsto. Con heridas de guerra y andares de cowgirl. "Joder, qué buen aspecto tienes, estás fantástica". Y pienso que el mérito lo tiene mi estilista. El primer baño de agua de mar me recuerda que existes, cada rozadura dentro del agua salada me alerta y me pone en aviso de quien soy. Una puta loca kamikaze con suerte.

Soñar
Desear
y... Atreverse
Próxima parada...



Soñar y desear,
Atreverse a transformar
Todo aquello que nos jode
Caminito en espiral dibujado por mis besos
Locos por quemarse en el volcán bajo tu vientre
Locos por ahogarse en el mar de tu saliva...

lunes, 20 de agosto de 2012

La casa vacía

Después de 5 días la casa se ha quedado vacía. Estaba llena de de gente, de amor, colas para lavarnos los dientes, la mesa extendida en todo su esplendor, siempre risas, música, juegos y charlas. Proyectos y anhelos, miedos y felicidad. Montañas siempre de platos por fregar, cacerolas y sartenes a toda pastilla, el fuego en el patio para hacernos unas sardinas con cava, un bocata en un merendero en mitad de la montaña, qué buen conformar el nuestro mientras estemos juntos, somos gente con recursos e inquietud.  Y siempre ganas de querernos.

No está del todo vacía, no es cierto, pero les echo de menos. A todos.
Siento un amor incondicional por mis hermanos, cuñados y sobrinos. Cuando estamos juntos todo fluye bien, siempre hay horas y horas de charlas y de risas, siempre hay interés y dedicación, no entiendo la vida sin ellos y sé que ellos son lo mejor que tengo, soy una afortunada. Nunca estaré sola, nadie en esta familia lo estará.
Cuando se van se mezclan las ganas de recobrar la normalidad con la nostalgia más absoluta, como si una parte de mí se fuera con ellos, y ya tengo ganas de volver a verles.

Curiosamente, hace un unas semanas cogí en la biblioteca un libro de cuentos de terror de la colección de Siruela "El ojo sin párpado", que siempre me ha gustado. "La casa vacía", de Algernon Blackwood, es mi próxima lectura. Quizás lo abra esta noche, en silencio, esperando pasar miedo. Echándoles de menos.

lunes, 13 de agosto de 2012

El mar eterno



Ayer volví al mar. Es antiguo, el mismo desde siempre, tuyo y mío. Nuestro mar.

Mientras veía caer un sol ya agotado, sentada en la orilla las olas bañaban mis pies desnudos, y el agua libraba contra la tierra un combate a muerte por ganar terreno. 

Con cada asalto pensaba que ese mar, nuestro mar, es el mismo que baña tu piel y que ven tus ojos cada mañana al despertarte. También era el mío en ese instante. En la distancia. La maldita distancia.

Es el mismo, ahora en mi piel y luego en la tuya, y aprovechamos la sal para curar cicatrices que son como brechas y que nos tienen abiertos en canal.  Quiero lamerlas hasta curarlas. Necesito cerrarlas contigo.

Pensé. Y soñé con dejarme arrastrar por su fuerza hasta tu orilla para poder darte los buenos días esta mañana, y felicitarte fundiéndome contigo en un abrazo y  un beso eternos. 

Se acerca el momento y la vida se nos hará corta para dárnoslo todo. Será un amor eterno, como el mar.

Sin final. Mi amor, sin final... .


domingo, 12 de agosto de 2012

Canícula estival e ira incotrolada

10/08/2012
15:00 horas inicio de ansiadas vacaciones. Pongo todos los relojes cara a la pared. Se instala la sonrisa en mi cara.

11/12/2012
La paz espiritual reina en mi ser. Horas playa. Relax. Calma. Días de calma hasta coger el tren que me llevará al destino de mis vacaciones y otras actividades esperadas, deseadas.

12/12/2012
Despertar abrupto. Observo desde mi terraza que donde estaba ayer mi moto solo hay el más absoluto vacío. Me fumo un cigarro esperando que este espacio de tiempo les haga recapacitar y la dejen de nuevo dondes estaba. No ocurre.
Me dispongo a ir a la comisaria no sin antes pasar por el cajero, comprar la prensa y tomarme un café.
El enanito del cajero me acaba de hundir, si cabe, más en la miseria. Los señores de Endesa han decidido clavarme un nuevo sablazo de unos cientos de euros. Creo que me pasan las facturas de algún horno quematorio porque es imposible explicarse dicho importe.

¿Alguien me ayuda a hacerme el harakiri y terminar de una vez?
¿Alguien caritativo que me pueda subvencionar las vacaciones?
.....
¿No?
.....
¿Nadie?

Pues nada, me voy a ver a los Mossos y a anular el billete. Attack!

Felices vacaciones!


domingo, 5 de agosto de 2012

PUSILÁNIMES


 - Oh, por favor... ¡deja de pedir perdón!
Suenan sus palabras en la desnuda habitación alquilada por horas mientras se incorpora y se sube el  sujetador desde la cintura, al tiempo que mete cada una de sus tetas en sendas copas.

- Lo siento mucho, De verdad... no sé qué ha podido pasar. Balbucea él.
Le mira con desdén. ¿Que no sabes qué ha podido pasar?. Que no abra la boca de nuevo o le hundo. Se sube un tirante y luego el otro. Así, desnuda solo con el sujetador se va al baño y cierra de un portazo. Menudo capullo, dos horas comiéndome la oreja, diciéndome guarradas que encima no me ponen nada, para luego no funcionar una puta mierda.

Oye sus nudillos golpear la puerta mientras abre el grifo de la ducha.
- Oye, ábreme. ¿Qué quieres que haga para remediar esto?
Se sienta en el suelo apoyando la espalda en la fría pared. Sube la voz y le dice que nada, que no quiere que haga nada. Que mejor lo dejan ahí.
Todavía desde el otro lado de la puerta pero apretando la maneta él insiste.
- No te enfades, lo siento. Duchémonos juntos así quizá...
Este tío es tonto. Para qué coño busca amantes en una web si no es capaz de tener una erección con una mamada de tres pares de cojones. Le entran ganas de pedirle el teléfono de su mujer para darle el pésame y recomendarle unas cuantas pollas más habilidosas que la de este capullo.
- Venga, todavía tengo tiempo. Dame una oportunidad.
Le mira ahí de pie en el umbral de la puerta. Es hermoso, es proporcionalmente hermoso a idiota. Piensa en las lindezas que le ha soltado durante la cena, susurrándole como a una fulana, "¿te gustan los azotes, zorrita?", "eso, bebe, bebe, necesitas estar hidratada para meterte todo lo que tengo, guarrilla", "te dejaré el chochete inservible para una buena temporada..."

Sin una sola palabra lo echa del baño, dándole un pequeño empujón en el pecho, y vuelve a cerrar la puerta. No pasan más de 20 segundos cuando él dispara
- Esto me pasa por ir con zorras. Solo queréis pollas gigantes, os créeis la leche, y no sois más que zorras come pollas. Sé que me estás oyendo. No tienes paciencia, solo quieres que te la meta pues trabájatela, puta.
Ella sigue en silencio. Decide meterse en la ducha. Siente un asco absoluto hacia este tipo.
- Joder,  esto es culpa tuya, me pones nervioso... Déjame hacerte algo que me gusta mucho y todo irá bien.

No ha oído esta última frase. Desearía quedarse bajo el agua mucho más rato pero quiere largarse cuanto antes. Se seca el pelo con la toalla que huele estupendamente, le recuerda el olor de la ropa de cama de casa de su abuela. Desea que al abrir la puerta él ya no esté. Se seca enérgicamente el cuerpo y se mira en el espejo. Se dice que basta, que no volverá a quedar más, que no volverá a ponerse una polla en la boca, que solo irá con tipos que conozca, que quitará el perfil de la puta web de casados. Se mira y no se gusta en absoluto. Se pregunta qué necesidad tiene de todo esto. Se pregunta por qué se ha cabreado tanto por un tío incapaz de tener una erección. Podría haberle dicho no pasa nada, cariño. Pero es que sí pasa. Pasa que está hasta los ovarios de tanto egoísta. Se pone de nuevo el sujetador negro, toma aire y sale a la habitación.

Él sigue ahí, desnudo, con cara de estar cabreado.
- Venga, hagamos algo que me pone a cien. Me pondré tan palote que...
Sin mirarle empieza a recoger la ropa esparcida por la habitación. Se pone la camiseta.
- No, no, no... Quítate todo, túmbate. Me apetece una lluvia dorada, te quedarás como nueva. Te voy a inundar cada agujero.
Encuentra las bragas y se las pone a una velocidad de record Guiness.
- Joder, joder. Deja de hacerte la ofendida y túmbate que me va a estallar la vejiga.
Mientras se sube la cremallera de la falda, empieza a reírse. Menuda guinda ha sido eso. Localiza uno de los zapatos al lado de la cama y lo coge mientras busca el otro. Se cuelga el bolso al hombro y sigue buscando cuando ve que sobresale de debajo sus calzoncillos. Lo coge también y sin calzárselos se va hacia la puerta.
- ¡Mira cómo se me pone cuando te haces la dura!
Pues sí, qué razón lleva. Qué pena. Se huele el pelo con esa aroma de la infancia y sale dejando la puerta abierta mientras se aleja por el pasillo.

jueves, 2 de agosto de 2012

Belleza unidosis.



"¡¡¡¡Ualaaaa que elegante vas HOY !!!!"
Me sorprende este comentario. Respondo que he ido vestida así muchas veces.
"Pues no me había fijado. Estás estupenda. Te veo distinta".
Comento que no he ido a la peluquería ni me he peinado, que en menos de 24 horas no he perdido ni un gramo de peso, no me he cambiado las gafas, no me he maquillado (esto sería extraordinario)... En fin, gracias por el piropo.

"Oye, ¿con quién has quedado?. Claro, te brillan los ojos porque tienes una cita!"
No, que yo recuerde no tengo ninguna cita. Cojo la agenda por si acaso. Ah, bueno, tengo que ir a la psicóloga esta tarde, pero no creo que esto compute como cita susceptible de chafarderío.
"Jajajajajaja, le ha cambiado la cara. Tiene una cita y no quiere decirlo"
De verdad que no. Pero si tú tienes más información que yo, dámela. No me gustaría dejar plantado a nadie.
"Pues HOY deberías tenerla. Estás especial, de verdad".

Pienso entonces que la gente creyendo que te halaga, te hunde en la miseria. Dice que HOY debería tener una cita, "HOY", no ayer, o muchos otros días. Me está diciendo que, misteriosamente, HOY no soy un callo. Me lo dice la misma persona que un día vio una foto de cuando era jovenzuela y me soltó "Joder, es de cuando eras guapa". Rectificó tan pronto como se dio cuenta de la metedura de gamba: "Ainssss quería decir de cuando eras joven. Bueno, qué digo joven, más joven que ahora, que estás estupenda, que....". Estos despropósitos siempre me arrancan una sonrisa.

Bajo luego al bar a buscar un bocata para desayunar. Lo llevan un matrimonio y su hijo. Son simpáticos, demasiado, rozan lo empalagoso.
"Buenos días, Kitty!!!. Caray, qué guapa estás HOY, ¿con quién has quedado luego?".
Le contesto que con su hijo, que está metido entre ollas y cacerolas y se pone a reír. Dice que no, que no, con la cabeza.
"Si mi hijo no fuese tan joven, le obligaba a quedar contigo. De verdad, qué guapa HOY, será que estás prevacacional"".
Será eso. Otro que insiste en hablarme de lo estupenda que estoy HOY, no de lo estupenda que estoy siempre.

Al mediodía, después de algún que otro comentario más, después de soportar la mirada lasciva de un mensajero, después de un par de comentarios soeces del cleaner, me decido a citar a alguien para tomar una birra a eso de las 20:00 horas. Las veces que hemos hablado de quedar siempre ha añadido la coletilla "...cuando tú quieras tomamos algo".
Pues quiero que sea HOY. Vamos, es  que no puede ser otro día.
Le escribo un correo y le emplazo a vernos. Cruzo los dedos para que responda porque si no lo hace me temo que será como si se cerrase una puerta interestelar. No volveré a citarle nunca más. HOY o nunca.

Ayer fuí poseída por alguna miss colombiana.
Hoy vuelvo a ser Cenicienta.
Ayer alguien se perdió, parece ser, la oportunidad de pasar una tarde de risas conmigo mientras era tocada por una halo de belleza extraordinaria.

Hoy tengo cita con el perro. Ésa sí es una gran cita.


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