![]() |
TIKAL, el Imperio arrasado por la vegetación |
Ayer,mientras sudaba a mares arrancando malas hierbas en mi huerto, se me reblandeció tanto el cerebro que me dio por elucubrar teorías apocalípticas.
En mi huerto las "malas" hierbas crecen como bestias mientras que las tomateras y otros manjares lo hacen tímidamente, aun siendo abonadas, regadas y mimadas en exceso.
Me pasé más de un cuarto de hora arrancando plantas de patatas a pesar de que, en los 4 años que hace que tenemos este huerto, nunca las hemos plantado.
Es curioso, esas semillas han esperado ahí, latentes, durante años, para volver a germinar y crecer. Eso no hay otro ser vivo capaz de hacerlo, ¿cuánto dura vivo un espermatozoide fuera del cuerpo del hombre? ¿o de cualquier otro bicho?
Más tarde vi que las plantas de tabaco que arrancamos el año pasado están volviendo a crecer y que sobre una montaña de hierbas y cañas secas pendiente de ser quemada refulgía una tomatera salvaje y verde, en mejores condiciones que las que diligentemente hemos plantado nosotros.
Entonces recordé "La invasión de los ultracuerpos" y me acordé de un cómic que me prestó el Sr. Pérez, "Fragmentos de la Enciclopedia Délfica", buenísimo, y cómo en él los árboles, en un futuro muy lejano, desarrollan una inteligencia superior a la humana. Después me asaltó a la memoria una conversación con la señorita Salamandra, en la cual me explicó que había visto un documental de cómo evolucionaría nuestro planeta si se extinguiera el ser humano, y la vegetación se apoderaría de ciudades y territorios en menos que canta un gallo.
Y pensé en Tikal, en el día que, medio muerta gracias a un retrovirus, me subí a aquella pirámide para contemplar la selva y el esplendor de aquella ciudad sagrada desde arriba. Tikal, pese a ser una de las mayores ciudades del Imperio Maya, fue sepultada tras su abandono por la vegetación propia de una selva tropical en pocos años, y se tardó mucho en encontrarla. Los trabajos para deforestar medianamente los alrededores de las ruinas fueron titánicos, y aun así dicen que probablemente queden muchos restos aun por descubrir, imposibles de hallar entre la maleza. No sé si habéis visitado alguna vez una selva, pero os aseguro que la sensación de ser minúsculo frente a las plantas es acojonante.
El calor y trabajar duramente a pleno sol, definitivamente, me licuan el seso.
Pero creo firmemente que ellas, LAS PLANTAS, serán las Reinas de la nueva Edad de Piedra. Porque por más que deforestemos y contaminemos, el sol, la tierra, el agua y todas esas semillas esperando siempre van a estar aquí. El futuro es suyo.
(Queens of the Stone Age han sacado un disco buenísimo, no os lo perdáis...)