domingo, 30 de diciembre de 2012

PROMISCUIDAD

 Usamos mal el término "amante". Amantes son aquellos que se aman, ya sea de cara a la luz pública o a escondidas y cometiendo pecado mortal. Los amantes tienen una conexión que va más allá del sexo, una complicidad a prueba de bombas un deseo frecuentemente incontrolado por estar no solo en el cuerpo sino en la mente del otro.

Los encuentros para tener sexo son otra cosa bien distinta.  Para ser un buen "amante sexual" hay que tener madera para ello.

Punto primero y esencial: la culpabilidad. Una persona promiscua que se siente culpable de sus actos es y será un pésimo amante sexual. Ese peso del que sabe que hace algo a escondidas que puede ser descubierto, que lo vive como su parte óscura, hará que no pueda gozar nunca con claridad de esa parte que él mismo se dibuja óscura.
Hay ciertas actitudes que hacen de un encuentro de cariz sexual un verdadero sin sentido. He dedicado cierto tiempo al trabajo de campo, y atesoro anécdotas de todo tipo, dándome la oportunidad de poder enumerar aquellos actos que pueden arruinar un encuentro furtivo.

Lo más molesto: que el sujeto en cuestión salga, como alma que lleva al diablo, hacia la ducha un segundo después de terminar. Si no es porque pierde un vuelo, un tren o la vida, jamás se debe hacer eso. Al otro le estás dando el mensaje que es necesaria la purificación. ¿Tan sucio es lo que acaba de hacer? ¿Tanto le molesta ese olor, esa pringosidad? Si eso sucede puedo afirmar que, cuando salga de la ducha, yo ya estaré lejos de allí. Afortunadamente pasa poco.

La falta de higiene inicial. No se puede acudir sucio a follar. Ni oliendo mal, ni con lamparones. Si uno trabaja de cocinero, debe calcular bien el tiempo entre salir de la cocina y quedar para darse antes una ducha y no oler a fritanga. Si ha ido al gimnasio, una duchita antes de salir. Una cosa es oler a cuerpo ajeno, otra bien distinta es aparecer con un olor que no invita a abrirse de piernas. Cuando estás cachonda perdida y tienes que declinar el acto porque tu nariz no puede acercarse al follador...es un mal trago. Afortunadamente, también, pasa poco.

Que no se dejen besar después de una mamada. Pero vamos a ver, que es tu pollaaaaa!!!! ¿Qué tontería es esa? Que no somos sicilianos en plan la boca que besa la mejilla de mis niños no puede chupármela. Conozco un caso a la que le hicieron lavarse la boca para poder proceder a besar después de haberle vaciado. Para ir dando guerra no se pueden tener estas manías.

Estar mirando el reloj constantemente. Eso me pone de muy mala leche. No se puede estar en misa y repicando. Uno no puede quedar con el cronómetro, es muy estresante, te sientes como obligada a cumplir a desplegar de forma rápida y compacta todos tus encantos. ¿Que pierdes el tren? Pues coge otro. ¿Que no puedes llegar a casa más tarde de las 20:00? Pues no seas promiscuo, los demás trabajamos. ¿Que tienes que ir rapidito para recoger a los niños? Ufffff eso sí destrempa. Desafortunadamente, eso pasa mucho. ¡¡¡¡Desde aquí reivindico el slow sex!!!

El nerviosismo taquicárdico. Eso es mortal. Está bien sentir el gusanillo, estar cachondo, incluso sudar, pero ese nerviosismo paralizador es terrible. Les convierte en insecto palo, aparecen con el mástil ondeando la bandera y a la que tocas... baja. Tienes que contar hasta diez y pensar si te levantas y te vas, o, si merece la pena dar una ayudita. Los que tienen la suerte de ir a dar con una ONG cargada de paciencia pueden acabar saliendo a hombros, pero si se junta el problema del cronómetro con esto...el desastre está asegurado. Tener un gatillazo con una encamada ocasional está muy feo. Aquí no hay fortuna que valga, admito que solo se ha producido en una ocasión.

El uso de diminutivos o palabras de cariño. Entre que te llamen zorra o cari hay un amplio expectro de motes a utilizar. Lo más recomendable no nombrar, a menos que seas repetidor y tengas licencia para ello. Estar en silencio es un valor, el único lenguaje válido son los jadeos y gemidos, el resto es pura verborrea.

Preguntar qué tal ha ido. Siempre me entran ganas de decir MAL!!!. Eso no se pregunta, jamás. El que no es capaz de notar cómo ha salido la faena...no merece respuesta. Cagüen! Eso pasa más de lo que me gustaría.

En definitiva, para ser promiscuo no vale solo con tener ganas de follar... hay que saber serlo.

Feliz entrada de año a todos, a los no promiscuos también.







jueves, 20 de diciembre de 2012

Las sesiones

¿Se PUEDE vivir sin sexo?.....es más, yo preguntaría... ¿se DEBE vivir sin sexo?.


Un pálpito me hizo desviar la ruta mientras volvía a casa el domingo. Sin cuestionar, sin preguntarme, cogí la salida X en la autovía Y, y en la segunda rotonda tomé la carretera local Z que lleva hasta el pueblo donde vive mi hermana.
No hacía mucho que nos habíamos visto, quizás un mes y medio, pero siempre es demasiado cuando te echas de menos día a día.
Después de besos, abrazos, café y breves repasos de nuestras vidas y de los planes navideños pillé a mi hermana en un renuncio y le pregunté cómo estaba.
El trabajo, el otro trabajo, la consulta privada, la familia...siempre tan estresada y agotada.
"Pero lo que más me preocupa es Ó.", dijo mirándome a los ojos.
Ese instinto de clan, el que me había llevado allí aquella tarde, me susurró al oído la esencia de su preocupación, una inquietud que tantas veces da vueltas en mi cabeza.
"Ya, estamos en plena adolescencia, tía, y eso es muy jodido", le contesté.
Nos miramos, lo comprendimos todo sin hablar.

Para el filósofo sensible de mi sobrino, que acaba de cumplir 13 años, el cual con sólo 10 era capaz de llorar leyendo un triste cuento de Óscar Wilde, el que traga su frustración como un campeón día tras día pero a veces estalla en cólera, debió ser muy jodida una infancia sin poder dar patadas a un balón. Pero mucho más jodida será una adolescencia sin poder meterle mano a las chicas, sin poder besarlas en el portal de su casa,  sin poder bailar con ellas en fiestas y en discotecas, sin poder follárselas en el coche o en la playa.

Llevo días cabreada con la vida, conmigo misma también, pensando en lo fácil que es a veces ser feliz y lo complicado que acostumbramos a ponérnoslo. Esas cosas se ven muy claras cuando en tu familia cae una bomba como la caída en la mía, en este caso llamada Atrofia Espinal Muscular.

Intento ponerme, como madre que soy, en la piel de mi hermana. Entonces rompo a llorar.
Luego hago lo mismo en la piel de Ó.. Es entonces cuando entro en cólera y me cago en todos los dioses para no dejarme ninguno, por si acaso.

Esta semana estrenan "Las sesiones", hace meses que la estoy esperando. Aunque sé que me va a tocar en lo más doloroso necesito verla. Tengo que ver esa película.

Cuando pienso que mi sobrino puede perderse una de las mejores cosas que le podemos arrancar a esta puta vida, el SEXO, me siento perdida y arrebatada, y tengo ganas de pegarle a alguien, o a todo.

Sí, ya lo sabemos, que la belleza está en el interior y que bla, bla, bla, pero siendo realistas, lo tiene mucho más que jodido, hay sacos y sacos llenos de buenas intenciones pero ahí se queda todo, en palabrería. Esta es una sociedad hipócrita, regida por la imagen, por los cánones publicitarios y estéticos, con poco sitio para lo diferente, por más hermoso o especial que sea. 

Yo, por si acaso, voy a empezar a ahorrar, se acabó regalar juegos alienantes o libros macabros. Si llega el momento y es necesario quiero regalarle a mi sobrino SEXO del BUENO. Le dará mucho más placer que mil misiones de Call of Duty, estoy convencida.

Y no es cuestión de ser condescendiente ni paternalista, es, simplemente, porque el sexo mola mucho, y me niego a que se lo pierda. Sólo vivimos una vez, procurémonos felicidad, es un deber.





miércoles, 19 de diciembre de 2012

Comer y follar, todo es empezar...

Hace unos meses le dije a alguien lo siguiente:

"Para mí el sexo es análogo al comer. Los gustos culinarios de una persona siempre se pueden traducir a su conducta sexual. La gente con muchas manías en la mesa suele tenerlas también en el tema copulatorio.
A mí me gusta casi todo, y lo que no me gusta, no me gusta nada. A saber, lo único que me haría vomitar de ser obligada a comérmelo es el hígado y los riñones. O que me obligaran a beber un vaso de horchata. Lo demás podría tragármelo.
Visto así parece que no tengo filtro. Y no. Ya sabes que yo soy una persona que cree sobretodo en la química. Si no hay química, no se me abre el apetito. Si hay química entonces es como comer el mejor plato de bacalao o unas fresas o una onza de chocolate negro".

Yo hasta bien crecidita no tenía ningún interés por la comida. Me aburría sentarme en la mesa y dedicarle un tiempo a sabores y texturas. De arcada fácil, cualquier pretexto era bueno para no terminar nunca lo que había en el plato. Mi madre preocupada por la situación, y siendo de una generación en la que las lorzas eran símbolo de salud y belleza, insistió con el médico para que me recetara vitaminas que me abrieran el apetito. No sé muy bien que tomé, solo recuerdo el nombre Osopan, unas pastillas redondas, gigantes y amarillas que costaban de tragar. Eso sí, me puse como un zeppelin, aunque no soy capaz de recordar que me abrieran el apetito.
No fui muy precoz en el tema sexual. Con los años he creído que iba junto, que fui una inapetente. La comida me hacía bola en la boca y el sexo me daba pereza.

Hacia los 20 años, y a raíz de pasar un poco más de un año alejada de casa, fue como si alguien hubiese quitado el tapón que me impedía tragar tanto con los labios de arriba como los de abajo. Descubrí que me gustaba el pescado, que los purés no eran repugnantes, que los huevos no me repetían..., al tiempo que descubrí que el sexo con paciencia y virtud era cojonudo. Descubrí la química, la aleación que se produce con dos cuerpos en incandescencia. Me aficioné tanto a todo, a comer y a follar, que mi vida cambió por completo. Era sumamente feliz, sonreía con mayor frecuencia y el ejercicio compensaba las calorías ingeridas.

Una vez convertida en una gourmet, hacia los 40 años me aficioné a cocinar. No lo había hecho antes, nadie me enseñó y siempre viví con personas que decidieron encargarse de mi alimentación. Sorprendentemente, y sin preparación previa, mis platos son exquisitos, seguramente porque he probado todo lo catable, porque cocino sin prejuicios. Con el sexo pasó lo mismo, durante muchos años hubo quien decidió mi dieta, no negaré que de forma altamente didáctica y con una instrucción suficiente como para pasar la Norma ISO de excelencia fistro pecadora. Ahora que me dedico a ser yo la adiestradora, me doy cuenta de cuanto disfruté abriendo mi mente a nuevas experiencias, de lo mucho que me sirvió para sentirme cómoda en la cama en cualquier situación.

Hoy, que sigo siendo observadora como siempre, constato que muy pocas veces oigo salir de la boca de alguien sexualmente voraz y practicante, frases como "Uishhh qué asco", "Eso está malísimo", "Ahora no tengo hambre" o tantas otras que pueden ejemplificar que ambos apetitos van unidos. Cierto es que siempre puede haber excepciones...aunque dime lo que comes y te diré cómo follas. 
 

viernes, 14 de diciembre de 2012

TRISKEL

TRISKEL

Según los celtas el Triskel es el símbolo del equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu.....

Benita, Malí y Huma

Según mis felinas es cómo vivir de puta madre.....


viernes, 7 de diciembre de 2012

Las MÁSQUES en horario infantil

Mientras hago de canguro de una pequeña revolucionaria se me ocurre que el mejor lugar para tenerla a raya es una librería.

Pasamos un par de horas ahí sentaditas en las mini sillas de la mini mesa de colores. La mini revolucionaria lleva un trajín de muerte, va y viene, se tapa la boca y emite un oooooohhhhh cada vez que encuentra uno que le mola y me lo trae para mirarlo juntas...

A todo esto, con el culo cuadrado por la mini silla, me levanto para explorar más libros y... Oh my god!!!!


En una estantería, de ladito estamos representadas dos de nosotras. No pude reprimirme a echar la foto... no puede reprimir la carcajada, no pude reprimir decirle a mini revolucionaria: ¿quién es esta gata mala? y señalándome con el dedo dijo TÚ!!!!

Así que, Sinco, habla con tu editora, que te echamos de menos. O aún mejor, si Salamandra tiene una Agencia de algo, que te contrate, leches!!!

Para que veáis que, a pesar de todo, tenemos nuestro lado angelical...

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