miércoles, 26 de febrero de 2014

LA COMUNIDAD

Vivir en una ciudad siempre se ha considerado sinónimo de anonimato, y visto a grosso modo puede que sea cierto. Cuando este tema surge en una conversación entre los pro-urbanitas y los pro-rurales, por parte de los primeros se suele escuchar afirmaciones como: "puedes ir por la calle sin que nadie te conozca", "puedo cruzarme con los vecinos y no sé quienes son...", aspectos considerados como factores positivos para habitar en una ciudad. De hecho para mí lo son, aunque yo diría que el concepto que mejor define esta situación es el de "deshumanización" más que "anonimato".

Dicen que Barcelona es una gran ciudad pero el barrio donde yo vivo es como un pueblo. Por la calle ves a la gente saludarse y charlar, confraternizar en un banco tomando el sol, entablar conversación cuando pasean al perro...lo normal cuando moras en una zona residencial (en mi caso apodado el "Resort"). A pesar de darse estas relaciones sociales con total naturalidad, yo he conseguido pasar muy desapercibida en el barrio. Tan desapercibida que, a menudo, me planteo si tengo el gen de la invisibilidad. Cuando estoy currando en la tienda me saludan, luego esas mismas personas me ven comprando fruta o en el metro y ni me ven. Y la verdad, me parece estupendo.

Se comenta por el vecindario que la comunidad de propietarios del edificio en el que habito es temible y, a tenor de lo que he visto y oído en algunas reuniones, doy fe de ello. Me atrevería a aseverar que no existe ninguna serie de televisión que retrate con tanta crueldad lo que se cuece en mi escalera. 
Se trata de un edificio sencillo de tres plantas y bajos, con 4 puertas por rellano, en el que el 75% de los casos están ocupados por sus propiertarios y en el 25% restante somos arrendatarios. El 85% son personas mayores de 65 años y practican con frecuencia las relaciones interpersonales mientras tienden la colada o salen a tomar el fresco a la terraza.
Esta mayoría de propietarios velan mucho por el mantenimiento del edificio y proponen sin cesar mejoras de la finca. Eso genera muchas fricciones entre los que no están pasando por un buen momento económico, y además, por más pasta que pongan en las derramas jamás se solucionará el verdadero problema de esa comunidad: las paredes de mantequilla.
No exagero si digo que cuando estoy en la cama en el más absoluto silencio puedo oír el "clic" del interruptor de la lamparita del vecino de al lado, o incluso el "fffshhhh" que producen sus zapatillas cuando se descalza. Obviamente los ronquidos y sus sesiones de sexo son hard y las puedo vivir como propias (Sinco estaba en mi casa durante una de sus últimas representaciones erótico-festivas y puede corroborar que no miento).

A lo que iba...Una vecina de mi rellano se quedó un par de días en casa (aparentemente) enferma y vomitando. Sus vecinas del patio de luces estaban con la oreja levantada: ¿será gastroenteritis?, ¿estará embarazada?. Así que Radio Macuto sintonizaba la oreja a todas horas para poder despejar la incógnita. En una des estas ocasiones, la vecina vomitona mantuvo una conversación telefónica con alguien mientras debía cargar la ropa sucia en la lavadora, anunciando a su interlocutor/a que estaba embarazada, que el predictor había dicho "Sí".
Doña Radio Macuto salió más tarde a comprar y comentó con una vecina del bloque de enfrente que la chiquilla del 3º 4ª estaba esperando.
La señora del bloque de enfrente fue a comprar el pan en la panadería donde trabaja mi vecina del 2º 1ª. ¿Ya te has enterado de la buena noticia? Que la nena del 3º 4ª está...bla bla bla.
La panadera pasó al mediodía a comprar por la tienda de mi hermana. 
Que si... ponme de estas aceitunas que son raras pero molan. 
Que si... pues fíjate tú que hay gente súper enganchada a las "olivas verde galácticas". 
Que si... ¿sabes a quién le vuelven loca?, pues a tu vecina M, la del 3º. 
Que si... ¡¡¡¡ah bueno!!!! debe ser un  antojo, está preñada. 
Que si... ¡no me digas!

Por la tarde, la pareja de M, la del 3º 4ª, pasó por la tienda y pidió un cuarto de olivas verdes galácticas a lo que añadió: 
Que si... hoy no cojo tantas que M está con vomitonas y no quiero darle envidia. 
Que si... ya, yaaaaaa ¡¡¡Felicidades papi!!!

SILENCIO

Que si...¡¡¡No jodas!!!
Que si...¿No lo sabías?

Ainsssss ese boca oreja...


jueves, 20 de febrero de 2014

THE OMEN

Me abre la puerta desde la consulta. Entro y espero en la salita de la entrada donde hay una mujer sentada leyendo. Nos saludamos y cada una se entretiene con su libro. Al fondo se oyen voces y ruido de piezas o cosas que caen al suelo. Risas y más voces. Ninguna de las dos hace gesto alguno de prestar atención a lo que está sucediendo al fondo del pasillo.

En alguna ocasión me ha comentado que prefiere poner a los niños antes de mi hora porque la gente suele quejarse si debe coincidir con ellos. Yo no lo hago. A mí me da igual cruzarme con niños o tener que esperar. De hecho me gusta esperar y poder leer un rato, me sirve de break entre salir del curro y enfrentarme al diván.

Se oye un trote por el pasillo y aparece un niño que le dice a la mujer que vaya a la sala, que "ella" quiere hablar. Se lo dice en un tono casi militar, "dice que vayas, ella te quiere comentar no se qué". Cierra el libro, recoge sus cosas y desaparecen sin decirme adiós. Sigo con la vista en la lectura que tengo entre manos y puedo oír de nuevo voces, "espera ahí mientras hablo con tu mamá, ¡no la líes mucho!". 
El chaval regresa y deja su chaqueta y mochila en la silla y se planta delante mío poniendo su mano en la página que estoy leyendo. Le miro y me asustan sus ojos pero no parece que eso le intimide.

Niño - ¿Te haces pipí en la cama?
Kit - No.
N - ¿Insultas a tu madre?
K - No.
N - ¿Pegas a tu hermano pequeño?
K - No, tampoco.
N - ¿Por qué vienes, entonces?
K- mmmmmm... estooooooo... yoooooooo... porque estaba un poco enfadada con el mundo.
N - Aha.

Espero (deseo) que haya terminado el interrogatorio y que apartará su mano de mi libro. No lo hace y a cambio me dirige una mirada inquisidora.

N - No me gusta venir aquí. ¿A ti te gusta?
K - Psé... me gusta más ir al cine o a tomar algo con amigos. Pero tampoco está mal venir aquí.
N - Yo lo odio. Solo me gusta los días que dibujo... y cuando termino se lo dejo ver un minuto y los rompo en trocitos muuuuuuy pequeños.



Empieza a reírse y me parece un niño terrorífico. Parece un mini guerrero bárbaro, no hay ningún tipo de piedad en su mirada. También me recuerda, en pequeño, al personaje de Viggo Mortensen en "Promesas del Este", me turba. De repente decide desaparecer por el pasillo y yo lo agradezco profundamente, me incomoda su presencia. Creo que es la primera vez que tengo miedo de un niño. Intento encontrar el punto donde he dejado la lectura pero me siento demasiado dispersa y perturbada.


Regresa a la sala. Me mira fijamente y me arranca el libro de entre las manos. Lo cierra y lo deja en mi regazo mientras se sienta en el suelo frente a mí.

N - ¿A qué hora tenías que entrar?
K - Ahora
N - jajajajaaj pues vas tarde... (acompaña el comentario con una especie de corte de mangas). ¿A ti qué es lo que más te gusta hacer?
K - Ir a conciertos de los grupos que me gustan con mis amigos y ver los partidos del Barça.
N - ¡Pues qué palo!
K - ¿A ti qué es lo que más te gusta?
N - MolestaRRRRRRRRRRRRR y puteaRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR
K - ¡Pues qué palo! Con la de cosas que hay para pasarlo bien: jugar, leer, hacer deporte...
N - ¡Puaj! Leer da asco.
K - A mí me gusta...me gusta mucho.
N - A mi madre también. Y me pongo nervioso cuando lee. ¿Sabes qué hice para putearla? (sonríe y yo solo tengo ganas de salir huyendo) Pregunta, pregunta...
K - No, no sé qué hiciste. Supongo que nada bueno, me temo.
N - Le corté las páginas a casi todos sus libros. Me los cargué.
K - Vaya...yo me enfadaría mucho si me hicieras eso.
N - ¡Te jodes! ¿Y sabes qué hice para putear a mi hermano?
K - No, y no quiero que me lo cuentes.
N - Regalé su álbum de cromos FIFA cuando lo terminó, escondí el dinero de mi abuela y dije que había sido él quien lo había robado, le rompí el brazo y también le pegué una patada en....

Interrumpe la conversación porque su madre y la psicóloga se acercan. La mujer tiene los ojos llorosos y le pide que se ponga la chaqueta y se despida. Arrastra la chaqueta y la mochila, abre la puerta y se va hacia el ascensor. La psicóloga le pide que se despida y que haga un poco de caso a su madre, que han quedado en eso. Entra de nuevo al recibidor y tira sus cosas al suelo, las mira retadoramente y viene hacia mí. Me agarra del cuello de la camiseta para doblarme hacia adelante y me planta sendos besos en las mejillas dejando, a propósito, un reguero de babas.


Aunque luego la psicóloga que compartimos me explicara el origen de este comportamiento, ya no puedo dejar de pensar que he conocido el mal en estado puro.


lunes, 17 de febrero de 2014

Welcome to the pleasurdome III

Beber. Llorar. Reír. Y follar. Y no siempre en este orden. Eso están siendo mis últimos dos años (obviamente también he sido hija, madre, amiga, compañera de trabajo, persona en proceso de divorcio, ente en estado vegetativo y maruja a tiempo parcial. Pero no voy a hablar de eso ahora. Me apetece poneros al día del desfase en el que se ha convertido mi vida a ratos).

¿Cómo se consigue el mencionado desfase?. Pues dejando aflorar lo que has anulado durante tanto tiempo por amor malentendido. Si tú a los 20 eres una mojigata, es posible que, con el tiempo, tu vida vaya por dos derroteros: que le encuentres la afición al sexo y cambies de acera... o que no lo hagas y sigas siendo una mojigata. En cualquiera de esos dos casos, no echarás nada de menos.

En mi caso, a los 20 yo era una fábrica de hormonas. Era mona y ligaba bastante, por lo que la cosa no hacía más que retroalimentarse, cuanto más ligaba, más hormonas producía. Podría haber seguido quemando cartuchos sexuales hasta gastarlos todos y quedarme extinguida, pero entonces ... me enamoré. Y me junté. Y me reproduje. Y me casé. Los cartuchos que no quemas en su momento, acaban poniéndose en medio para que tropieces con ellos. Un buen día mi verdadero yo comenzó a asomar y a exigir contrapartidas y mi entonces marido, no estaba por la labor. Así que ... ¡qué bonito y necesario es el mundo del adulterio, amigos!. Sonará inmoral pero estoy totalmente a favor de follar con otros si tu pareja no te da lo que necesitas, son compartimentos estancos. Lo he vivido en mis carnes, es divertido, es liberador, sube la autoestima y mejora la armonía familiar. Y en mi caso, contribuyó además a que no acabara cayendo en una puta depresión. Este nuestro cutre-blog recoge un par de experiencias, peeeero ... no todas (una es másqueperra al fin y al cabo, no pensareis que la cosa quedó ahí). El mundo del ligoteo en internet, ¡qué gran tema!... ¡Retomemos pues el Welcome to the pleasuredome (mmmhh sí, sí, siiií!). Aún a riesgo de hacer un post kilométrico ... Demos la bienvenida al tercer capítulo de esta saga inigualable.

Con todos ustedes:
EL PARANOICO


Web para casados. No hablaré ahora de la conveniencia -o no- de este tipo de webs. La realidad es que existen y que es muy fácil encontrar sexo dentro de este colectivo. Gente que no quiere cambiar su estatus, que seguramente quiere mucho a sus parejas, que ha formado una familia con ellas, pero que tiene una serie de necesidades no satisfechas en casa. Yo era una de ellas. Y aluciné al comprobar que había cientos/miles de personas en toda España a las que les pasaba exactamente lo mismo.

Brujuleo, navego, fotos, fotos, fotos, perfiles variados, nicks ridículos que te hacen descojonar, textos personales que te hacen descojonar todavía más... y de repente: LA FOTO. Hostiapuuuta, ¿quién es este hombre?. Leo el perfil. Es críptico y desvía a un email. Nunca doy el primer paso (no hace falta, hay mucho varón pero poca hembra) pero esta foto me hechiza. Está bien, le escribo. Me contesta al cabo de muchos días, le intereso. Vale, avanzamos. Le pido el nombre, donde vive, a qué se dedica ... pero no, tampoco, no quiere darme datos. Vale. Email arriba y abajo todo el rato, le pido el whatsapp. Ni hablar. Todo va a tener que ser vía email. Eeeehhh bueno, vale, de acuerdo. Alucino un poco con tanta prevención, sobretodo teniendo en cuenta que ha puesto una foto de su cara en abierto. Este hombre me desorienta, y no sé como continuar, así que le pido que imagine una situación anónima entre nosotros y me la cuente. Y ahí .... aaaaay ahí. Tarda 4 días en contestar, pero la respuesta me deja temblando: me envía un mail de dos páginas en el que relata un encuentro en un hotel, un desnudo autoinducido y una situación ardiente como el infierno, rematada por un cunnilingus descrito con todo lujo de detalles. Mientras lo leo, noto subir la furia en mi entrepierna, es ... tremendo. Acaba el relato con unos puntos suspensivos y me alienta a continuarlo. Dios. Este cabrón acaba de partirme por la mitad.

Uff, le digo a Kitty al cabo de un par de días. Lee esto, nena, no creo que sea capaz de igualarlo. Y ella lo lee y me responde, "Dale. Tú puedes". Yo no lo tengo nada claro, pero ella sí. Pues vale, lo intento... así que pongo todas mis neuronas en un hemisferio cerebral, y mis hormonas en el otro, y las uno en singular comunión en el segundo capítulo del relato. Para mi, un cunnilingus, por magistral que sea, son prolegómenos. Por lo que derivo la situación a una felación posterior (prolegómenos también) que culmina en un pedazo de polvo con clímax concurrente. ¿Cuántos orgasmos simultáneos he tenido en mi vida? ... poquísimos. Pero esto es literatura calentorra, coño. Si a la petarda de 50 mierdas de Grey le ha funcionado, no veo porqué a mi no.

Acompaño el relato con una selfie en paños menores y en blancoynegro, que eso siempre favorece. La respuesta tarda un par de días, pero ahá. Le ha gustado ¡y mucho!, parece que he pasado el examen ... y a partir de aquí se desarrolla una correspondencia de lo más rara, contándonos lo que nos gustaría hacernos el uno al otro en esa habitación de hotel (poco falta para que salga humo de la pantalla) ... aunque la cosa no pasa del correo electrónico. A mi, la verdad, la literatura erótica me gusta mucho pero si hubiera sido lo que andaba buscando, me habría bastado con pillar en la biblioteca un volumen de La Sonrisa Vertical. Guapo, a mi el cybersexo me aburre de manera soberana, quiero saber si toda esta parafernalia va a desembocar en algo real y palpable en algún momento. Se lo pregunto directamente en varias ocasiones, pero me contesta con evasivas desde la estudiada pose de tío enigmático y misterioso que se ha fabricado. Con el tiempo y mucho picar piedra, acabo consiguiendo hablar con él en tiempo real por chat. Conversaciones mmmuy divertidas, es un tipo con muchos recursos dialécticos y muy mala intención. Y un buen día, considerando que ya le he dado mucha cancha, le encañono "no hace falta que me digas cómo te llamas ni dónde vives, pero quiero verte, aunque sea en foto". Y me contesta "Vale. Me hago una y te la envío mañana" y añade "si te confieso algo, no te vas a asustar ¿verdad? ... yo sí sé dónde vives". ¡Y seguidamente me dice con todo su papo que me ha estado rastreando, y que vivo en Tal Calle/esquina Tal Otra!. Hostiaputa, ¡es mi casa!, peroperopero What The Fuck??!!. "No me asusto, supongo que no te presentarás aquí a hablar con mi marido. Pero ¿puedo saber porqué lo has hecho? ... si me lo hubieras preguntado, seguramente te lo habría dicho. Esto no era necesario". Y me dice "sí, pero nunca se sabe". Qué doble rasero más cabrón, "quiero que respetes mi anonimato, pero yo el tuyo me lo paso por el forro". Este muchacho parece que haya salido de una película de espías, o me ha visto cara de Glenn Close, o su mujer es un sabueso infalible. Dudo entre enviarlo a la mierda o reirme. Aguanto, la curiosidad a estas alturas de la película es demasiado grande.

Al día siguiente al encender el ordenador, compruebo con alegría que tengo un mensaje suyo con archivo adjunto. ¡La foto!, pienso. Me apresuro a abrirla y ... aparece en blanco y negro un sujeto bastante moreno y con cara de tímido haciéndose una autofoto delante de un espejo. Un momento, ¿pero quién es este pollo? ¿dónde está el-tirando-a-rubio con patillas y perfil griego que yo vi en la web? Obviamente éste tío NO ES EL MISMO. Me pillo un berrinche mayúsculo y lo someto a la opinión del resto de másques. Sincopada no se define, Kitty decreta muy convencida que sí que es él, y yo, la verdad, cuanto más miro la foto, más me ofusco. Yo no sé ver a la misma persona. Abro el chat y se lo digo sin ambages, mira, no es que no me guste la foto (la verdad es que es un tipo normal y corriente como hay tantos) pero puedes explicarme porqué la persona que aparece en mi pantalla no tiene nada que ver con la otra?. Respuesta: "Soy poliédrico".

Jajajaja me da un ataque de risa. Este hombre es rarito pero me cae bien, es un rarito muy ocurrente. Así que durante días le propongo de vernos, y al final lo consigo. Tiene que ser por la mañana y tiene que ser en Barcelona. Vale. Llega el día, me pillo un día de vacaciones y salgo de casa a la misma hora de siempre, dándole un beso al marido como si me fuera a currar. Entro en la cafetería donde hemos quedado para desayunar, oteo entre la parroquia y no le veo, asi que me siento en la barra y pido un té con limón. Y cuando llevo un rato esperando que me sirvan, veo a un tipo con barbita que me sonríe desde una mesa ... le miro bien, no sé porqué me sonríe ... se levanta, se acerca, se presenta "hola soy (nick)" me da dos besos, y yo lo miro balbuceante e intentando escapar de la nube de estupor en que estoy inmersa porque ... joder, dice que es él pero ¡no se parece a ninguna de las otras dos fotos, es OTRO TIPO DISTINTO!. ¡Diametralmente distinto!.

Desayunamos. Le digo que me tiene flipada porque si no llega a acercarse no le habría reconocido ni en dos vidas. Me confirma que sí, que realmente él tampoco se reconoce en ninguna de esas dos fotos (¿y porqué cojones las envías, macho?). No es la persona morbosa que yo esperaba encontrar, es un chico sencillo, bastante tímido (le tiemblan las manos, le tiembla el labio inferior, le tiembla la voz ... ¡está histérico!) y a mi así a priori la verdad es que me descoloca bastante, no sé qué narices hago ahí, esperaba encontrarme al lobo feroz y me he encontrado con la abuelita. Yo también soy tímida, pero intento sobreponerme, haz tú lo mismo, joder. Decido pedirme otro té a ver si dándole margen, se relaja un poquito. Y ... al cabo de un rato, y haciendo un esfuerzo sobrehumano (se le nota), descubre sus cartas y me pregunta si quiero hacer realidad nuestra fantasía escrita.

Me cuesta un rato decidirme. La cosa no está siendo como la había imaginado, está muy nervioso y a mi eso me corta el rollo de mala manera, pero la verdad es que me gusta cómo habla y a pesar de sus nervios, tiene una mirada bonita, penetrante. Da la impresión de que hay otro alguien ahí dentro. Así que, seamos prácticos, ya no me van a devolver el día de vacaciones, de perdidos al río ... le digo que OK.

Estamos cerca de La Paloma, así que en cinco minutos estamos allí. Nos suben a nuestra habitación, cierra la puerta detrás mío, y noto sus manos en mis hombros, quitándome la chaqueta. Me coge el bolso y lo deja reposar en el suelo. Y yo me dejo hacer, de espaldas a él, esperando. Su respiración en mi nuca. Sus manos en mis caderas. Su paquete -duro- en mi trasero, me atrae hacia él apretándose contra mi y me besa en el cuello mmmmh, sabes que eso me pone perra, cabrón, te lo he dicho muchas veces. Eso es lo bueno de este tipo de relaciones: no te conoces, pero TE CONOCES. Me giro, y le empiezo a bajar la cremallera de la cazadora ¿no tienes calor? ... "muchísimo", me responde. Tendré que quitarte ropa ... no ofrece resistencia, le empujo suavemente hacia la cama mientras le beso quitándole la camiseta, todo es lento y plácido pero noto su excitación en el modo en que me mira y en su respiración, acelerada. Está cachondo. Yo también. Decido desprenderme de mi camiseta ... hunde su cara en mi regatera y me besa, me lame, me come el cuello mmmhhh y yo estoy intentando bajarle el pantalón sin conseguirlo, por lo que decido darle otro pequeño empujón y hacerle caer encima de la cama. Le quito los pantalones de un estirón, me subo encima, le miro con cara de "te voy a comer, querido" y entonces ...

Un espasmo. Se va sin que le toque siquiera. 


Un momento, ¿¿¿se va sin que le toque siquiera??? ... ¿ein?. "¡Lo siento, lo siento mucho!". Bueno, no pasa nada, me lo tomaré como un cumplido (nena, olvídate del clímax conjunto, me dice la perra interior). Me estiro a su lado soplando, estos coitus interruptus me trastocan. Cierro los ojos. Pasa un rato y noto que se mueve a mi lado, se desliza por la cama, abro los ojos un momento y le veo de rodillas en el suelo, entre mis piernas. "¿Puedo?" me dice mirando hacia mi parte inferior. Sí, claro. Se acerca, me besa en las piernas y va subiendo hasta llegar arriba, se hunde en mi y entonces ... ¿eh? ¿eeeeh?. UFFFF. Entiendo en una súbita revelación porqué este hombre describía TAN BIEN los cunnilingus. Qué virtuosismo. Madre del amor hermoso. La salamandra perdida en un terremoto escala 7.3 grita y grita y ... Diossssss. 

Demos gracias al Señor.


PD. Nunca supe cómo se llamaba. Al final acabé sabiendo en qué población vivía ... y en otra ocasión nos vimos allí, aprovechando que yo tenía un rodaje cerca. Pero no fue tan intenso, faltó el morbo de la novedad y a él le ponía nervioso que acabáramos intimando demasiado. Se fue distanciando hasta que al cabo de un par de meses, me dijo que estaba con los ánimos bajos y dejó de conectarse. Y a mi no me importó. Estas cosas ... van así.




viernes, 14 de febrero de 2014

Doppelgänger

"No estoy en peligro: YO SOY EL PELIGRO"

Lo bueno de escribir en una revista local es que todos nos conocemos, más o menos, que los lectores a veces se acercan a decirte esto o aquello sobre algo que tú has escrito, y que a su vez puedes dirigirte a la fuente directamente para opinar, criticar o ensalzar.
Esto mismo, la proximidad, es también su talón de Aquiles, sobre todo si quieres escribir sobre un tema espinoso mojándote y pasar desapercibida. Complicado.

N.(directora de la revista) y yo, ambas adoradoras de Mr. Heisenberg (creo que más que nada por algo personal y por lo bien hecha que está Breaking Bad), habíamos decidido escribir un artículo para el próximo número de forma anónima, despachándonos a gusto sobre la dualidad humana. La nuestra propia. Ayer vino a casa, y entre cafés y cigarrillos a cuatro manos escribimos nuestro artículo, firmado bajo un pseudónimo para que nadie pueda imaginar quién es el autor. Ha sido divertido: pensar en un nombre falso, una cuenta de correo desconocida, divagar sobre el doppelgänger y, finalmente, después de 3 horas cerrar un texto ínfimo de 1.700 caracteres que nos ha llevado de una cosa a la otra y, como es usual, hemos acabado afirmando que nosotras también somos Heisenberg.

Doppelgänger es un término germánico que designa al que "camina a nuestro lado", a nuestro "gemelo malvado", nuestro otro yo, ni tan correcto ni tan moral ni tan pamplinas.
Es el Mr. Hyde que acompaña a todos los Dr. Jekyll del mundo, aquella parte oscura que todos poseemos. Por más que la queramos reprimir ahí está.

Nuestro artículo, finalmente, empieza con esta frase:

"¿Qué nos hace sentir vivos? Probablemente todo aquello que nos hace sentir más vivos es socialmente incorrecto o inmoral. ¿Quién no ha tenido alguna vez un pensamiento obscuro, amoral, perverso u obsceno?".

El gris y aburrido Dr. White se siente más vivo que nunca cuando se convierte en el eufórico y cabronazo Mr. Heisenberg.

Y es que ser siempre "bueno" y "correcto" es altamente tedioso. Todos somos Heisenberg.

¿Quién no guarda un oscuro secreto en lo más hondo de su corazón? ¿Quién no es Heisenberg?

Yo soy Heisenberg.


jueves, 13 de febrero de 2014

iCuenca

Miro el calendario de sobremesa que marca en colores:
a) tengo algo pendiente fecha límite por cerrar
b) tengo algo pendiente fecha inicio por abrir

Si no hay marcas, día menos estresado.
Hace un par de días miré el calendario y no había marca de colorín ninguno.
A media mañana di un respingo y dije: ¡Coño, día once de febrero... es el cumple del "Chuche"!

Me apresuré a mirar si estaba conectado para felicitarle. Como no lo estaba le dejé un mensaje estándar: FELICIDADES HOMBRETÓN. Al cabo de un rato vi que respondía con un mensaje estándar "gracias chochón".

Iniciamos una conversación trivial y guarra, como todas las que tenemos siempre.

Kit: ¿Has visto qué memoria tengo? Me he acordado.. eeeehhh
Chuche: Sí, tienes buena memoria... yo la tengo fotográfica
Kit: ¡Anda ya, pero si tienes memoria de pez!
C: no, no... cierro los ojos y se me aparece la foto tuya a 20 uñas... ¡cómo mola la memoria fotográfica!
Kit: jajajajaja visto así....mola mucho
C: ya está...ya estoy enfilao, to tieso y parriba.
Kit: eres un facilón, por cierto... que tengo un regalo para ti.
C: ¿¿¿¿Cuándo vienes?????
Kit: no lo sé... pero cuando venga vamos a estrenar una app que me he instalado en el móvil, se llama iCuenca
C: ¡No jodas! Supongo que es para que te ponga mirando a la Meca.
Kit: jajajajajaja pero qué burro eres... mirando pa Cuenca, querrás decir, que sí, que ya sé que es lo mismo, pero no entiendo por qué le cambias el nombre.
C: prométeme que lo vas a estrenar conmigo
Kit: pues claro, ya te he dicho que es mi regalo. Ahora te mando un vale-regalo.
C: jajajajajajajajaja qué preciosidad de regalo. ¿Cuándo vienes?
Kit: Pronto... buscaré alguna oferta.
C: hazme el vale para 6 sesiones y sin fecha de caducidad. Gracias.
Kit: jajajajajajajajajaa, vaaaale, anda abre el correo que ahí tienes las instrucciones de uso



C: que he cambiado de opinión, quiero 12 sesiones sin caducidad, jajajajajajaaj
Kit: bocas, que eres un bocas. Tú prueba la primera y ya si eso... vamos viendo.
C: ¡que no la estrenes con nadie, es mi regalo!
Kit: me ha quedado clarito.
C: ven pronto, andaaaaa. Me voy a comer con la familia. Un beso
Kit: ciao! 

Pues nada, voy a ver si me compro un billete pá Cuenca.


sábado, 8 de febrero de 2014

Febrero ataca de nuevo...y me pilla en bragas

Que lo borren. Que lo borren de una puta vez. Quiero que este mes desaparezca del calendario. Que exista un lobbie podoroso de científicos que tome la decisión de aniquilarlo. ¿Quién iba a echar de menos estos estúpidos 28/29 días? Si cada tres años hay personas que están desubicadas, que por no tener no existe ni su fecha de nacimiento.
Para mí solo es una sucesión de días necrológicos. El mes más frío del año y la antesala de que por mí también pasan los años, mientras voy celebrando los vacíos que este mes de mierda ha ido dejando a mi alrededor. El mes de cumplir pérdidas: día 2, diecinueve años de vacío; día 8, diecinueve años de vacío; día 9, nueve años de vacío...y a pesar que son muchos los años transcurridos me ha pillado de bajón, ha sido como ¡¡¡¡joooooooderrrrr si no están!!!!!

Ocho años del diagnóstico que cambió mi vida. Ocho largos años vividos como si no existiera un mañana, luchados como una gladiadora, rodeada de tantísima gente que ha luchado por sobrevivir a lo mismo, sin conseguirlo.
No seguí nunca la carrera periodística de Tatiana Cisquella. No sé de qué iban sus programas de radio, creo haber visto solo un programa de televisión que dirigía y conducía (Summa positiva), pero conocía su existencia. La conocí en una sala de espera de un gran hospital, el mes de febrero del año 2006. Yo no sabía quién era, ella iba a una revisión y tenía 28 años y una alegría en el rostro que transmitía mucha luz. Yo iba a que me dijeran cómo se llamaba el tumor que precisábamos erradicar. Mi rostro, supongo, que transmitía todo lo contrario, opacidad y preocupación. Tenía 36 años.
Hablamos. Me habló. Me dijo que teníamos mucha suerte de haber nacido en el siglo pasado y de haberlo hecho en este primer mundo. Me dijo que viviríamos para contarlo a nuestros nietos.

A pesar de haberla conocido, durante todos estos años no he tenido interés en seguir su trabajo, pero sí he conocido su evolución porque la contaba abiertamente. El jueves por la mañana supe que había muerto. La noticia me pilló en la ducha y de repente el agua me pareció helada, muy helada. Pude escuchar mi voz bajo el agua diciendo "puto febrero de los cojones". Sí, ya lo sé, todos vamos a morirnos un día u otro, no lucho contra lo inevitable, y convivo francamente bien con la muerte. No me asusta. Siempre he tenido la suerte de poder hablar abiertamente de ella, sin tabús, incluso sin rechazo. Pero llega un día que te pesa. Y con desconcierto no sabes si lo que te pesa es la vida sin los que ya no te rodean, o la sensación que cada día es un día menos para ti, también.

Cada inicio de año me pasa lo mismo. Arranco la primera hoja del calendario y sé que me esperan unos cuantos días de desasosiego y me entra un vértigo horrible y me inunda el miedo a seguir sumando deserciones. Porque al fin y al cabo mi vida se trunca un poco con cada uno de ellos. Y cuando la melancolía pasa me sobreviene la rabia y las ganas de mandarlo todo a la mierda y vivir muy rápido. Tan rápido que no me dé tiempo a pensar, ni a reaccionar, ni a vivir con miedo.

Quiero dos marzos, dos agostos o solo once meses, ¡qué más da!.
Puto febrero. Que lo borren.

martes, 4 de febrero de 2014

MUERTO...matao


Él la consideraba su amante. Sin embargo para ella, aunque le tenía afecto, no pasaba de ser uno más en su vida.
Llevaban un tiempo sin verse, sin perder el contacto, pero para una relación que se sustentaba en el sexo, seis meses sin hacerlo, era mucho tiempo. Desde el mes de agosto habían tenido que abortar misión en innumerables ocasiones, a través de e-mail él se excusaba, "lo siento mucho, no voy a poder ir... ¡dime que no me vas a mandar a la mierda, por favor!".
Ella cada vez se inmutaba menos ante sus plantones, sabía que no lo hacía por falta de deseo, sabía que él se jodía infinitamente más ante esa renuncia por miedo, por prudencia, por...

Y ahora, a las siete y media de la mañana de un martes cualquiera, está fumando desnuda, apenas arropada por una manta, en el sofá del salón pensando qué debe hacerse cuando alguien, de quién no sabes siquiera si su nombre es realmente Dani, yace en tu cama sin aliento. ¿Debía llamar a la policía? ¿A los bomberos? ¿A la morgue?

La primera vez que se vieron fue explosiva. Él, Dani, había insistido mucho a pesar de tenerlo muy complicado. Pasados unos tres meses de hablarse y saludarse por skype, le comentó que si era preciso estaba dispuesto a meterse en un lío por quedar con ella.
No le apetecía demasiado que alguien tuviese problemas por echar una cana al aire, así que le preguntó sobre posibles horarios que no levantaran la liebre si él desaparecía. Finalmente acordaron que una buena hora para inventarse un servicio era las seis de la mañana. Ese horario no daba pie (por parte de la secuestradora de su esposa) a imaginar posibles cuernos.
Y sí, fue realmente explosivo. Tanto que ella llegó tarde a trabajar a pesar de haber escogido un hotel a una distancia a pocos minutos de la oficina.
Quedó establecido que ése iba a ser su horario siempre que quisieran verse: de seis y media a ocho y media de la mañana.

Encadenando un cigarrillo con otro se acerca a la cama para comprobar no sabe muy bien qué. Lo destapa por si el frío hace que su piel se erice. Nada. Mira si mueve los párpados o si sus ojos se mueven bajo ellos. Nada. Mira si mueve la nuez del cuello. Nada. Trata de tomarle el pulso, pero bien no sabe hacerlo o bien le da miedo apretar demasiado. Nada, no encuentra signos de vida.
Siempre ha visto en las películas que debe ponerse un espejo en la nariz para ver si hay respiración y se empaña. No encuentra espejito alguno, y si bien intenta descolgar el del baño no consigue hacerlo ella sola.
Café. Decide que es mejor hacer café para poder pensar con más claridad.

Los siguientes encuentros fueron divertidos, sexualmente hablando, pero Dani necesitaba con la misma urgencia, tanto a una piscóloga como a una mujer que le tratara bien... que le hiciera sentir bien.
Vivía un puto infierno con esa pareja castradora que no le permitía respirar sin su permiso. Una mujer que le rastreaba el móvil, que le acribillaba a preguntas si llegaba cinco minutos más tarde de lo habitual a casa, que era capaz de organizarle una tangana si encontraba un pelo largo en su jersey...pero que no le permitía que la tocase.
Al tercer o cuarto encuentro ella le propuso quedar en su casa en vez de ir a un hotel. A Dani le pareció perfecto: más económico y encima al ser menos céntrico rebajaba la probabilidad de ser descubierto y capado y decapitado por este orden.

Qué mal le está sentando el café. ¿Cómo ha podido palmarla de un polvo? Pero si estaba bien...era  joven, sano, fuerte. No había sido una sesión hard, ni había dado tiempo a pegar dos.
Entre ese silencio mortífero oye vibrar su móvil desde encima la mesa del comedor. Se acerca y mira la pantalla: llamada entrante de alguien que se llama "La Central". Tiene ganas de descolgar y decirles que no llamen, que ya no va a cogerlo.
Tiene ganas de llorar.
Piensa si conoce a alguien que pueda dejarle una pala.
Piensa si conoce a alguien que sea capaz de ayudarla para hacer desaparecer el cuerpo.
Piensa que ahora sí está metida en un lío.
Llora cuando mira dentro la habitación y él sigue ahí quieto... ¿¿¿roncando???

- Guapa, ¿eso que suena es mi móvil? ¿Me lo puedes acercar y quedarte unos minutos conmigo en la cama?
Se arrodilla a su lado en la cama mientras le toca la cara, y mira sus ojos abiertos. 
- ¿Estás bien? Joder, te juro que había creído que...
- Estoy cojonudo. ¡Qué bien me sientas siempre!. Pero tú estás pálida. Me he quedado tan traspuesto que he soñado que la había palmado... jajajajaja ¡Qué tontería!
- Es que has estado muerto (cabrón) ... me voy a la ducha, ¿me acompañas?


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