martes, 25 de noviembre de 2014

Bending (pasión por lo mío)


Paso del trending ... me quedo con el bending ...

                   ... forever and ever... 




lunes, 3 de noviembre de 2014

VIDAS

 

 ¡Oh! No habéis traído mis galletas...
Le digo que sí. Que pase y tome asiento que enseguida estoy por ella. Se disculpa por interrumpir, saluda a la otra señora que estoy atendiendo y mientras se sienta comenta que esas galletas son las únicas que le gustan a su marido.

- Ya estoy con usted Conchita. Voy a buscarlas en el almacén que solo quedaba una caja y se las aparté.
- ¡Qué majas soys las dos! Es que le gustan tanto y es tan fácil hacerle feliz que...
- Aquí las tiene. ¿Va a querer algo más?
- Sí, me llevaré frutos secos.
- No se levante, ya le voy poniendo lo que me pida.

Conchita tiene 85 años, anda con bastón y siempre tiene una sonrisa dibujada en su rostro. Me gusta esta mujer, no huele a vieja y va siempre impecable. Es muy dulce y agradecida, y siempre me comenta - cuando yo le digo que es la persona con mejor humor del mundo- que no entiende por qué los viejos se vuelven tan cascarrabias, que a su edad ya solo se puede estar en paz.

Mientras le voy poniendo en bolsitas unas pocas nueces, avellanas y almendras, me doy cuenta que me mira casi examinándome y le sonrío. Me gusta Conchita porque además de oler muy bien, no me habla de vanalidades, ni me comenta que hace mucho calor aún, ni me habla de sus males, ni si le duele aquí o si ha ido al médico. Algunas veces hablamos, y otras no. Pero por su expresión sé que quiere decirme algo y utilizo el lenguaje corporal para que suelte lo que le pasa por su blanca cabeza. Levanto una ceja, la miro y ella dispara.

- ¿Estás casada?
- No.
- Bueno, casada o vives con alguien...me refería a estar en pareja.
- No.
- ¡Vaya! Pero si eres guapa y limpia... qué cosas.
- Jajajajajajaaaa. ¡Gracias por el cumplido! A mí me encanta que usted quiera tanto a su marido, después de tantos años y aún...
- No, no. Tantos años no. Unos cuantos, es mi segundo marido. Fui de las primeras mujeres en este país que se divorció, incluso conseguí la nulidad eclesiástica.
- ¡Ahí va! Es una caja de sorpresas. Pues no debió ser fácil.

Voy preparando el pedido y de repente se hace el silencio. Levanto la vista para preguntarle si quiere algo más y tiene la mirada perdida. No le digo nada y espero que vuelva a conectarse.

...no, no fue nada fácil. Yo era muy joven cuando me casé y estaba muy enamorada. Entonces no te explicaban nada. Los chicos te pretendían, si a tu padre le gustaba el mozo te dejaba casar y ya está. Pero de las cosas de la carne nada de nada. Lo que pasaba en mi casa para mí era normal, pero no venían los hijos. Llevábamos casados diez años y no me quedaba embarazada. Así que asumí aquello del "chica, tú no sirves" y decidimos adoptar. Todo lo hicimos con mucho amor. Adoptamos un niño maravilloso, mi hijo, nuestro hijo.

Conchita habla para mí pero es una reflexión en voz alta. No interrumpo. No pregunto. Miro su expresión y su sonrisa no desaparece ni su rostro muestra un ápice de tristeza o de rabia. Hace pausas y yo solo asiento con la cabeza.

... luego él empezó a viajar porque le hicieron jefe del departamento de ventas de la empresa. Vivíamos bien, ganaba bastante y yo hacía arreglos de costura en casa. ¡Gané premios de bordados! Era muy artista. Cuando empezó a viajar y no dormir en casa...descubrió que le gustaban los hombres. Que era gay, como decís ahora. Durante unos años vivió un infierno. Yo le veía atormentado pero no sabía cómo explicármelo, hasta que se enamoró de un hombre y ya no pudo más. Primero me quedé helada, pero fui comprendiendo muchas cosas...entre otras que no consiguiera quedarme embarazada. Pero había mucho amor y respeto entre nosotros, así que le ayudé. Le dejé marchar y seguimos siendo grandes amigos.

La historia me conmueve, pero sobretodo me alucina su dulzura, su falta de acritud, su comprensión, su capacidad de ponerse en la piel del otro.

- Claro, pueden ser amigos porque no hubo engaño ninguno. Cuando se casaron eran dos pipiolos que desconocían su sexualidad. Hicieron lo que se esperaba de una pareja de novios. Para ustedes todo era normal.
- Es que entonces no se hablaba de las interioridades. Yo no podía contarle a una amiga que si lo hacía así o asá. Yo creía que mis amigas vivían lo mismo que yo.
- Y su hijo, ¿cómo lo encajó?
- Mal. No quiere saber nada de su padre. He intentado que no le juzgue pero...

Le digo que me pase su bolsa de la compra que le iré poniendo las cosas. Si no fuese por la cadera que la tiene jorobada, está estupendamente. Es ágil, pequeña, flacucha. Se levanta, mira el reloj y dice que tiene que ir tirando para casa a hacer la comida. Me tiende un billete y mientras cuento el cambio para devolvérselo la oigo respirar hondo.

...conocer a mi marido actual es lo mejor que pudo pasarme. Descubrí que se podía ser feliz tanto dentro como fuera de la cama. ¡Fue una revelación! Bueno, supongo que sabes a lo que me refiero (
emite un jijijiji, al tiempo que se tapa la boca). Tú si no quieres, no te cases. Pero sé feliz, y si un día se arrugan las sábanas y no puedes planchar, que te importe cien pepinos. Es que esa palabra que decís ahora de foll..., no me gusta decirla.


Aguanto la puerta para que pueda salir y pienso que ha llegado lozana a los 85 años porque aplica la sensatez: ni rencor, ni asco, ni odio.





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