viernes, 31 de mayo de 2013

DIAL MY NUMBER

CARTA INTRODUCIDA EN UN BUZÓN AMARILLO HACE CINCO MINUTOS

Sres. MOVISTAR
Apdo. Correos 151124
28080 Madrid
                                                                                                                       Barcelona, 31 mayo 2013

Estimados Sres.
Por la presente solicito procedan a dar de baja la línea móvil a mi nombre  XXX XXX XXX a partir del día de hoy. Les adjunto la fotocopia de mi DNI tal como solicitan.
Asimismo, aprovecho la ocasión para manifestar mi más absoluta admiración por las cabezas pensantes que han diseñado la carrera de obstáculos con la que uno se tropieza al intentar acceder a su derecho a darse de baja de sus servicios. En su día, contratar la línea en un punto comercial MOVISTAR fue un trámite que me llevó cinco minutos, regalo de móvil incluído.  Ahora, después de ser fiel cliente durante años, necesito darme de baja de esa misma línea por no utilizarla, y no solamente no me han querido atender en ese mismo punto comercial (desviándome al 1004), sino que:

- Me han obligado a estar en espera, escuchando una canción en bucle, durante QUINCE MINUTOS.  Dejo al margen el secuestro de tiempo ajeno, ya entiendo que cuánto más tarden en atender, más gente cuelga cansada de esperar, y por tanto, una gestión menos de la que ocuparse. Perverso, pero supongo que efectivo. No obstante, les aconsejaría desde mi más humilde opinión, que echen con cajas destempladas a la persona que escoge el hilo musical. Ni Tunewiki reconocía el engendro. Créanme, es una tortura innecesaria.

- No contentos con eso, he tenido que esperar otros DIEZ MINUTOS a que otro de sus amables muchachos hiciera las verificaciones pertinentes. Eso sí, cada 30 segundos el pobre reconectaba para decirme “Sra. Salamandra, estoy efectivamente realisando las comprobasiones, grasias por su valiosa espera”. Hombre, sí, valiosa es. Más que nada porque llevo planchando la oreja unos 25 minutos ya, eso no lo aguanta cualquiera. Leónidas de Esparta, yo (que soy medio aragonesa) y  pocos más.

- Cuando “ha efectivamente realisado todas las comprobasiones”, me ha obligado a escuchar durante otros CINCO MINUTOS las bondades de “su servisio ADSL, los millones de minutos gratis que me ofresen, la estupenda y maravillosa factura única” ... de nada ha servido interrumpirle para intentar ahorrarle el trabajo (tengo móvil de empresa, no necesito nada de eso), porque él ha seguido erre-que-erre con su matraca infernal. Se ve que en las galeras a los pobres muchachos les obligan ustedes a soltar la diatriba so pena de latigazo. Pues nada, otra valiosa espera que les regalo, no quisiera yo ser causa de azotes evitables. 

- ¡Y ahora viene lo mejor!, ¡¡¡ovación y vuelta al ruedo para las cabezas pensantes, menudos fenómenos!!!.  Después de estar hablando/esperando/desesperando con ustedes durante mis últimos TREINTA MINUTOS DE VIDA, agarra el amable muchacho y me dice que coja lápiz y papel, porque una grabación va a decirme lo que tengo que hacer para darme de baja. Un clic metálico y  ... ¡¡¡una voz enlatada me conmina a enviar una carta y una fotocopia a un apartado de correos en Madrid!!!.  ¡¡¡SÍ SEÑOR, OLE TUS HUEVOS TOREROS!!!. Siglo XXI, empresa de telecomunicaciones, y yo tengo que ponerme los manguitos e ir a buscar la plumilla para escribirles a ustedes una carta solicitando de su amabilidad que tengan a bien eliminarme si no es mucha molestia.

Está bien. Acato. En su mano está mi petición en papel, fotocopia (no me la han pedido compulsada, si es que en el fondo son ustedes unos soletes), con el correspondiente sellito y correo postal.
Un cordial saludo y que sigan tan cachondos.
¡Ah! Calla, ¡que falta la firma!  ¡¡voy!!
 (garabato) 
Salamandra de Besugo
DNI XX.XXX.XXX - X

PD. Otra cosita. Si me llega un sólo recibo más a partir de este momento, procederé a devolverlo convenientemente. Besis.

http://youtu.be/VTwdrZH4qqI

ATENCIÓN QUE EL VIDEO NO TIENE DESPERDICIO. Buenos días a todos.

jueves, 23 de mayo de 2013

Ausencia


(Para el Sr. Pérez, con todo mi cariño y el del resto de Másqueperras)

Ibas caminando junto a la vía del tren cuando notaste la tierra temblar. Apretando fuerte los dientes y con los pies firmes en el suelo abriste los ojos lo máximo posible para ver pasar el tren bala a 1.000 km/h. Dentro estaba él, sentado junto a la ventanilla, te insinuó una sonrisa y un gesto de aprobación con la mirada. Y se perdió en aquella curva misteriosa, ante tu incredulidad.

Cada día, al recordarle, sabrás que aquella curva no era el final del trayecto. Cuando le descubras en ti mismo con un gesto, con una frase hecha, o al mirarte en el espejo, entenderás que todo tiene un sentido y que tu felicidad ha sido y será su destino. También debe ser el tuyo.

La ausencia es parte del juego de vivir. Y duele, pero más doloroso es no haber vivido.

Ahora aprieta de nuevo los dientes, piensa en su felicidad y comprenderás que no es ni más ni menos que la tuya propia. Y sigue caminando.

Hoy quisiera abrazarte muy fuerte. Vivamos por ellos, por nosotros.


miércoles, 15 de mayo de 2013

LENCERÍA


¿Por qué cuesta tanto encontrar sujetadores sin relleno? 
¿Por qué en un país de pechugonas hay que llevar suspensorios como el Acorazado Potemkin?
¿Alguien lo sabe? ¿Por qué?

Hace ya años, en la universidad, otra becaria y servidora fundamos la liga denominada "Pezón libre". Empezó a ponerse de moda la lencería con relleno, los sujetadores con mil quilos de forro que parecían batas de boatiné, por no hablar de los Wondrebra. A nosotras nos parecía bello marcar pezón, y nos volvíamos locas buscando sujetadores simples, de una sola capa que solo hicieran la función de sujetar. Nada de aumentar, nada de camuflar, solo mantener los pechos a la altura que se supone deben estar. Imprimos unos panfletos que rezaban: "Deixa respirar el mugrons o es pensiran" ("Deja respirar los pezones o se marchitarán"), y los colgamos por los despachos del departamento. Sobra decir que nuestros compañeros de despacho estaban encantados y jaleaban todos los días que querían pruebas fotográficas de nuestra campaña de liberad a Willy!

Pasada la efervescencia de esa juventud desbocada, sigo sin entender esos sujetadores que por la noche, cuando llegas a casa, es lo primero que te quitas cuando estás todavía en el ascensor y lo que deseas es ahorcarte con ellos porque tu caja torácica está al borde de ser aplastada.
¿Qué tenemos que hacer las mujeres con tetas para que no les pongan esos mofletes almohadilla de relleno? ¿No se dan cuenta los diseñadores y fabricantes de lencería que se nos juntan las tetas con la nuez del cuello? 
Y yo pienso, joder si se han espavilado en darse cuenta que no todas las tetas son iguales, que una misma talla puede albergar diferentes contornos, y te vuelves loca para saber si tienes copa A, B ó C (aunque la C la deben esconder en los almacenes porque nunca está, es la revancha a las tetudas), no entiendo cómo se les puede ocurrir rellenar sujetadores de una 95 o más. ¡Coño, que no hace falta tener un Nobel de física para darse cuenta que esas tallas no necesitan realce de ningún tipo, que la materia prima ya rellena sola!

Lo terrible es que esta manía ha invadido también el territorio bikini. ¿Qué coño pinta un relleno en un bikini? ¿Es necesario parecer una boya que no se seca jamás? Entiendo que esto suponga un avance para las mujeres planas o que se sienten mejor con un poco de trampa, pero a las tetonas nos han marginado a ser unas "meloneras". ¡Qué más da que se marque el pezón en la playa! Nos estamos volviendo tontos de remate, muy pero que muy tontos. 

Si las estúpidas modas no cambian, una de dos, o habrá que dejar que la ley de la gravedad haga su curso o buscar subvenciones para reducción de senos. Bueno, también puede funcionar una campaña que empapele todas las cadenas que venden ropa interior... habrá que volver a imprimr panfletos. ¡Viva el pezón libre!

jueves, 9 de mayo de 2013

El puto carrusel de la vida

Estoy indignada con la vida. Y punto.

Ayer, durante la fiesta que celebramos por el día mundial de la C.R., tuve el placer de reencontrarme con un viejo amigo, al que no veía desde hacía algunos meses.

La última vez que le vi, pasadas las navidades, nos encontramos en una joyería de la ciudad. Yo estaba con mi amiga C. comprando un reloj que le regalamos entre todos a nuestra querida G. Él había ido a recoger unos cubiertos chiquititos de plata, grabados con el nombre de su hijo, contento y orgulloso. Cuando me preguntó qué me parecían le contesté que preciosos, aunque en mi interior retumbó una voz diciendo "menuda horterada, qué cosas más chorras hace la gente". A veces mentir un poquito tampoco es tan malo.

Le pregunté cómo estaba el tema de la custodia de su hijo y me dijo que en un par de meses tenían el juicio y que esperaba ganarlo para poder estar con él al fin. La historia, su historia, es básicamente ésta:

"J.(mi amigo) llevaba años siendo "la enfermera" (como dice él mismo) del pueblo.Se casó con la novia de toda la vida, una chica de casa bien, y después de años juntos no tenían hijos. Las malas lenguas dicen que ella, más interesada por su carrera profesional que por la maternidad, no quería tener. A J. se le caían las babas a litros cada vez que veía un retoño, aun recuerdo cómo cogió en brazos a mi hija casi recién nacida, cualquiera habría pensado que él era el padre. Pasaron los años y J. conoció a otra mujer. La cosa parecía un calentón, un furor uterino, pero ella se quedó embarazada casi al instante y se lió un pollo descomunal en el pueblo, con el consiguiente linchamiento popular. J. dejó a su mujer, pidió un traslado de centro de salud a otro pueblo y decidió seguir adelante con aquél proyecto de familia feliz que tanto había ansiado. Pero no sabía (porque no le había dado tiempo a conocerla) que la chica con la que iba a tener a su hijo era (es) una zumbada de tres pares de huevos, una desequilibrada...y ahí empezó su calvario. Dos meses antes de que naciera I. ella le dejó, se marchó sin decirle a dónde iba, tuvo a su hijo como madre soltera y le puso sus dos apellidos. Así, pumba, jódete que te has quedado sin niño. Él, claro está, supo cuándo y dónde había nacido la criatura y fue rápidamente a verle. Ella le dijo que ese hijo no sería nunca suyo, que le iba a joder la existencia, que le negaba la paternidad y que no lo iba a ver ni en pintura. Alguna persona de su entorno con dos dedos de frente hizo que J. pudiera visitar a su hijo brevemente algunas veces. Alguna vez que me lo encontré en el parque con su niño me explicó todos los despropósitos que le liaba aquella loca, un día incluso vi con mis propios ojos cómo les perseguía por la calle, escondiéndose detrás de las farolas cuando nos girábamos a mirarla. Me daba terror pensar en qué clase de hogar se estaría criando aquél niño, con esa madre chiflada. Entonces empezó una batalla legal de pruebas de paternidad y demás para que le otorgasen la custodia de su hijo. "

Ayer en cuanto le vi, le pregunté cómo había ido el juicio, aunque supuse que no del todo mal, porque I. estaba con él, correteando feliz, jugando con otros enanos allí presentes, entre ellos la miniborroka de mi hija.

S: ¿Bueno, qué, ¿cómo fue ese juicio, lo celebramos?
J.: Pues fue bien, de puta madre, gané la custodia total, por fin soy su padre y ya podemos estar juntos para siempre. Soy muy feliz.
S: ¡Joder, cuánto me alegro!...¿lo celebramos tomándonos una de esas birras?
J.: No sé, Sinco, no tengo el cuerpo para birras....
S: ¿Qué pasa?
J: Pues que mi hijo ahora está enfermo.
S: Bueno, ya, los niños pillan de todo, pero son fuertes como robles, ¿qué le pasa?. A ver si te vas a volver ahora uno de esos padres paranoicos, tío, que te conozco...
J: I. tiene un tumor en la cabeza, estoy pendiente de que me llamen en cualquier momento para ir corriendo al hospital a operarle.
S: (glups)....no puede ser, dime que no...bueno, pero...¿el pronóstico es bueno? ¿qué te han dicho? Tú trabajas en el gremio, sabes que muchas de estas cosas se solventan la mar de bien.
J: Precisamente por eso, Sinco, porque sé demasiado como para hacerme el tonto, no lo veo claro. Hay que operar, hay que ver si pueden quitarlo todo, está en un sitio jodido, no saben qué secuelas pueden quedar....ya sabes, toda esa mierda.
S. Ostia...¿qué puedo hacer, decir?
J: Nada, gracias, estar ahí simplemente. Darme un abrazo cuando me veas. Sonreir. Es una mierda, después de tres años luchando para poder estar con él, para poder ser y hacer de padre, cuando al fin estamos tranquilos y felices nos cae esto encima, no sé qué he hecho para que la vida me trate así, y menos aun qué ha hecho él para merecerse esto.
S: Desde luego, J....lo siento mucho, joder, menudo palo.
J: Ya ves, llevo años currando aquí (señalando el cartel del local donde estábamos) por la cara, por intentar mejorar en algo la vida de los demás, creyendo en algo más humano y justo... y ya ves cómo el Karma me jode vivo.
S: Pues sí, dan ganas de... de... ¡no sé!, ¡de reventar algo a ostias, aunque sea!. Os deseo toda la suerte del mundo.
J: Gracias, nos va a hacer falta.
S: Míralos, qué bonicos y porculeros son...¿nos los llevamos un rato al parque de aquí al lado mientras esta banda se ponen ciegos a comer y a beber?
J: Venga, va, sí, que disfruten de la vida mientras puedan, que tiempo para ser adultos y sufrir ya tendrán.
S: Vamos...

Y mientras ellos jugaban sin pensar en nada más J. y yo les mirábamos en silencio, apretándonos muy fuerte la mano, y yo tenía un nudo en el estómago descomunal, pero al mirarle sonreía. Él también lo hacía. A saber lo que pasaba por nuestras cabezas.

Por la mía, sin cesar, viendo a I. reir y jugar sin importarle nada de lo que habita en su cabeza, sólo pasaba una idea: qué jodida es a veces la vida, las ostias que te arrea sin avisar. Y qué mal me parece que los niños tengan que sufrir...eso no, por ahí no paso. Si existe un dios hay que matarlo, por cabrón.

Esta mañana, chateando con grinder Kitty, hablábamos justamente de eso, de que a veces es demasiado, de que estamos indefensos frente a todo y todos, de que somos como cáscaras de nuez flotando en un mar furioso y en cualquier momento nos llevamos un revolcón, y no de los placenteros, sino de los otros.

¿Por qué nada más nacer a muchos les toca ya empezar a sufrir?

¿Qué puta burla nos espera mañana?

Me gusta vivir, mucho, pero a veces..... ¡joder!.

Mientras tanto...que rían, que jueguen, que sean felices. Bendita ignorancia.

Como bien decía J.M. Fonollosa:

No a la transmigración en otra especie.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.

No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.

Porque esos son los juegos para ingenuos
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi envite es al no ser. A lo seguro.

Rechaza otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.


(Recitado por Roberto Iniesta aun tiene más aplomo...bendito disco de Albert Pla "Supone Fonollosa")

miércoles, 8 de mayo de 2013

ABRIL - MAYO (y la puta primavera)

No me olvidé de hablar de kitty ABRIL, simplemente lo fui postergando. ¡¡¡Qué gran mierda de mes ha sido!!! Una primavera durísima que ha puesto a prueba mi líbido hasta límites insoportables. La ilustración me ha ido al pelo, have you seen this kitty?

Ir todo el día como una perra en celo y que la frecuencia de actividad sexual haya bajado respecto a los meses anteriores, ha resultado fatídico. No he sido capaz de concentrarme, los despistes (ya habituales en mí) se han multiplicado, me ha invadido la pereza y solo me apetecía retozar. No poder follar cuando se tiene ganas es comparable a no poder comer cuando se tiene hambre. Moraleja: toca renovar la agenda.

A todo ello se ha sumado pensar, consensuar, realizar y organizar la celebración de los 50 de mi hermana y cuñado (van un pack). He invertido varios fines de semana enteros instalándome en casa de la otra hermana (sí, la que no calla jamás), con lo que yo detesto organizar y trabajar en equipo... Debo decir que mereció la pena, que el resultado fue espectacular y que soy perra ladradora y poco mordedora, que me cago en todo pero luego soy mansa y conciliadora.

Y llega MAYO el mes de las flores... pero el salto de la hoja del calendario no ha mejorado mucho las cosas. De Missing he pasado a triste, jodida, hasta los cojones, rabiosa a ratos, y encima sigo cachonda y dispersa.

Y veo atónita como ser emprendedor en este país es lo más extenuante del mundo. Donde las trabas, el papeleo, la legislación absurda, no propician en absoluto la posibilidad de salir de esta "crisis" que llena tanto la boca de los políticos. Y pasan los días y tus papeles siguen atorados en la mesa de algún funcionario que le trae al pairo tu urgencia en montar lo que será tu futuro más prometedor o tu propia tumba.

Y contemplo estupefacta lo jodidamente desprotegidos que estamos como ciudadanos de un lugar llamado mundo. Y así de pequeñita me siento, como Kitty vs Tiranosaurus, cuando mi hermana tiene que largarse de su casa porque el bloque en el que vive ha sido okupado y la amenazan constantemente. Y la justicia le dice que no puede denunciar porque no han entrado a instalarse en su casa, y que si le pinchan la luz... que se joda. Y llora de impotencia porque no puede largarse sin más y esperar que esa locura pase, no puede alejarse de su casa porque corre el riesgo de no poder entrar cuando regrese. 

Alguien dijo al empezar el año, éste será bueno, es impar. Pues nada, a esperar que llegue junio y ver si la siguiente hoja con sus 30 días disipa la tempestad. O al menos que baje esta cachondez y me deje pensar con claridad (que lo necesito y mucho).

lunes, 6 de mayo de 2013

Domestícame

(Gracias a mi amiga Filomena la Amena, quien a veces es preclara y me escupe verdades como puños, sobre todo cuando llevamos unos cuantos 'francos' metidos entre pecho y espalda. Ella me ayudó a redescubrir 'El Principito' a los 42 años, y a comprenderlo en toda su complejidad descomplicada)




¿Qué es "domesticar"?... es crear lazos. Y es algo demasiado olvidado... .

Como bien le dice el "zorro" al Principito, no existen comerciantes de amigos ni de amor y necesitamos domesticarnos para tenernos, para ser felices.


Creamos lazos pacientemente y nos esperamos. 


Y quizás a ti no te gustará la nieve, pero cada vez que la veas te recordará mi pelo. O quizás yo esté lejos del mar, pero recordaré el sabor salado en tu piel cada vez que cocine.


Y en los ritos que nos marcan los tiempos y las formas encontraremos el momento de preparar nuestros corazones para compartirnos. Necesitamos saber cuándo, para no esperar en vano, para no desesperar.


Porque compartir es domesticarnos, es sabernos los unos parte de los otros.


No hay que llorar en la despedida, sino hacerlo en un reencuentro.


Tú mi Príncipe, yo tu zorra.


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