A mí el calor bochornoso del verano en las ciudades, me aturde. El de la playa, no. Así que según a qué horas andar por las calles de Barcelona me resulta un absoluto suplicio.
Bajé del autobús y miré la cuesta que me quedaba por subir al tiempo que soltaba un soplido y me recogía el pelo en un moño.
"¡¡¡Oiga!!! Perdone, ¿puedo hacerle una pregunta?". Si, lo oigo. Una voz masculina a mi espalda que llama la atención a alguien. No me giro cuando se dirigen de usted porque no interpreto que sea para mí, pero si me tocan el hombro y me dicen "¡Espere, espere, por favor!", entonces sí, aguardo lo que tengan que decirme.
Levanté la ceja a modo de usted dirá, caballero. Se trataba de un hombre de edad indefinida, la calvície o el pelo blanco siempre me despistan, que resollaba e iba cargado con bolsas de la compra.
- ¿pihgahraoerher de la poaihdarhapñjkldr ... es el viaseuroaperq del iaeraueopriacmgioqh secreto?
- Estoooooo... no sé qué dice.
- ¿El pihgahraoerher de la espalda es el viaseuroaperq del iaeraueopriacmgioqh secreto?
- ¿Que si llevo un secreto en la espalda? ¿Se me ha cagao una puta paloma en la espalda? ¡¡¡joooooderrr!!!
- No, no, nooooooo. Pregunto si el pihgahraoerher de la espalda es el sello del iaeraueopriacmgioqh secreto.
- (tío más raro... no entiendo la mitad de lo que dice). A ver, un sello, mi espalda, un secreto. ¿Me hablas del tattoo de la espalda?
- Siiiiiiiiii (se le mueven incluso las orejas de la emoción). ¿Es el sello del libro del secreto?
- No. No sé de qué me hablas. No conozco ese libro... lo siento.
- Es un sello rojo con una S, como el tuyo. ¡Qué gran libro!
- Pues ya te digo que no. Además, esto no es una S, es una M, bueno o un truño, pero una S está claro que no es. Venga, hasta luego.
- Léelo, te encantará. Adiós.
Entre que el tipo era raro de cojones, que lo del sello me parecía de lo más enigmático, por la noche me puse a buscar información y, ¡oh, dios mío!, me rechinaron los dientes.
Si algo me sulfura mucho, pero mucho, mucho y mucho más, es todo lo que tenga que ver con la autoayuda. No puedo con ello, me pone de muy mala leche.
Googleando encontré que lo escribió Rhonda Byrne en el 2006 llegando a ser un superventas del copón (parece ser que también hubo película) y di con esta reseña:
"El secreto de Rhonda Byrne es uno de los libros más deseados de los últimos tiempos ya que trata sobre cómo construir una vida plena, abundante y feliz [empiezo a ponerme nerviosa]. Altamente codiciado, oculto, perdido, robado y comprado por grandes sumas de dinero, se ha transmitido en todas las eras. Este secreto milenario lo han conocido algunos de los personajes más destacados de la historia: Platón, Galileo, Beethoven, Edison, Carnegie, Einstein..., así como muchos otros inventores, teólogos, científicos y grandes pensadores. Ahora el Secreto se revela al mundo [tengo claro que no lo leeré jamás]. Conforme vayas leyendo y aprendas El Secreto, descubrirás cómo puedes tener, ser o hacer todo lo que quieras. Sabrás quién eres realmente. Conocerás el verdadero esplendor que te espera [ahora ya estoy nerviosa]. El Gran Secreto siempre ha estado presente de forma fragmentada en las tradiciones orales, en las religiones y en las distintas filosofías de todos los tiempos. Por primera vez, todos esos componentes se han reunido en una increíble revelación que transformará la vida de todo aquel que la experimente [empiezo a notar arcadas]. En este libro aprenderás a utilizar El Secreto en todos los aspectos de tu vida: dinero, salud, relaciones, felicidad y en todas tus interacciones con el mundo. Empezarás a entender el poder oculto y sin explotar que hay en tu interior. Esta revelación te aportará la felicidad en todas las áreas de tu vida [¡toma ya! ahora que ya he vomitado... puede que sí, que me encuentro más ligera y dichosa].
Com ya he dicho yo no puedo soportar esta forma de explicar la vida y la manipulación de la misma, me parece una forma tan elevada de relativización que me descoyunta. Amén del timo espiritual, cognitivo y venial que supone. Hace ya unos cuantos años, estando en una planta de hospital de niños, la madre de uno de ellos vino a contarme que esa tarde iba a venir una especie de curandera que le había hecho mucho bien a su chiquillo. Yo puedo llegar a comprender que la desesperación y la frustración puedan conducir a utilizar métodos no ortodoxos cuando fallan los canales habituales para solucionar problemas. Comprendo aunque no comparto. Pero cuando dijo que pasaría por la habitación de mi sobrina para ayudarnos fui seca y contundente diciendo que no, gracias, pero no, cosa que no le sentó demasiado bien y concluyó diciendo que tampoco podía hacerle daño.
Eso me enervó y entonces sí fui dura y contundente: las técnicas absurdas y sin evidencia comprobada que puediese utilizar no sé si hacen daño, el daño viene de las expectativas, todavía más absurdas, que eso pueda generar. No es inocuo, nada que juegue con las ilusiones y esperanzas lo es.
Por suerte existen más personas que piensan como yo, a pesar de las ventas millonarias de libros de esta calaña, y hace un par de semanas me recomendaron la lectura de una entrevista que le habían hecho a una filósofa francesa de origen marroquí, Eva Illouz, a la que definen como "deconstructora de la autoayuda". Me enamoré al instante de esta mujer. Dice cosas tan maravillosas como: "Entre las cosas sobre las que he escrito está la hiperresponsabilización del sujeto. Una de las ideas de la autoayuda es que nosotros modelamos por completo nuestro destino y que la suerte no juega ningún papel en ello. Es tu inconsciencia la que ha estado, de alguna forma, pertrechando el desastre que te haya podido ocurrir. Es una de las cosas que más detesto de la autoayuda. Hace que, al final del día, seamos responsables de todas nuestras miserias".
En un momento dado el periodista comenta que tenemos que mejorar por dentro para ser socialmente adaptables, a lo que ella responde: "Para encajar en el trabajo, por ejemplo, pero la mayoría de puestos de trabajo son un infierno. Tienes que tratar con locos, personas enfadadas, gente frustrada...Y la solución que se ha encontrado colectivamente es la de trabajar en uno mismo, autoayudarse. Creo que una gran parte de esta cultura, literalmente, nos vuelve locos. Porque seas como seas siempre hay algo que puedes mejorar. Te hace, por definición, inadecuado. Si tienes muchas parejas sexuales, quizás es que algo no funciona en ti. Y si tienes pocas, lo mismo. Si sales mucho, es que no tienes suficiente tranquilidad en tu interior. Si tienes demasiada tranquilidad, deberías aprender a entretenerte un poco más. Tienes que ser un modelo de persona, pero el caso es que no existe un modelo".
Y me quedo con esta afirmación, que bien podría ser mía:
La autoayuda te hace trabajar muchísimo para ser alguna cosa que no eres. Y no existe ningún modelo claro de lo que tendríamos que ser.