martes, 31 de diciembre de 2013

2014

Para que veais lo importante de algunos comentarios en nuestras vidas, os diré que hice caso a uno de ellos (Sr. Pérez, vale Vd. un imperio) y finiquité el 2013 el día 7 de diciembre, día en el que Marte salía de Virgo (que es mi signo). El lunes siguiente me estrenaba en una nueva área laboral que no tiene NADA que ver con el marketing, y no quería que ese cambio de ciclo ocurriera en el puto 2013, año de mierda. Y como caía en fin de semana y justamente no tenía a mi hija conmigo y disponía de todo el tiempo del mundo (todo eran señales), decidí que era una buena fecha para iniciar la campaña NO MÁS LÁGRIMAS. Y si eso tenía que ir unido a un ritual de fin de año, pues ritual al canto. Fui a la peluquería, escribí todas mis mierdas en un papel y las quemé (lloré mucho haciéndolo, pero creo que fue renovador), invité a Kit a casa, cenamos de puta madre, nos comimos las uvas al amparo de las campanadas en youtube, sonó la primera canción del año (que en mi casa siempre es la que ilustra este post) y cava celebratorio. Abrazos, besos, alegría y bon any. Bon any. Joder.

Y desde entonces vivo en el 2014.

Qué deciros de este año. He vivido dos semanas de relativo subidón, y no sé si será autosugestión, pero la verdad es que estos días, mi energía ha sido otra. Me levantaba de la cama con ganas de currar, con ganas de ir al gimnasio a ponerme en forma, ganas de irme a comer con mi ex-marido y hasta de que me contara qué tal le iba con la niñata-del curro-rubia de mierda-choni con la que se ha liado. Cinco años de impotencia para ahora darse cuenta de que el problema no lo tiene con otras. Qué cosas. Que a mis años y con la carrera que llevo, viva esto como un puto ataque de cuernos.

Y doy gracias a mi promiscuidad del último año, al puto adulterio. Doy gracias a los tíos que me han hecho sentir viva y deseable durante todo este tiempo. Doy gracias a que tengo un entorno que me apoya y me quiere. Doy gracias a que, dentro de todo, soy una tía inteligente y con ganas de tirar pa'delante. Y a que tengo una hija maravillosa que llena mis días de luz. Porque si no ... si no, no sé cómo estaría.

La vida da vueltas, ciertamente. Un día tienes familia y al siguiente te abandonan y tu padre muere en un hospital, mientras tú le zarandeas viendo cómo se ahoga en su propia sangre -momentazo del 2013 que me llevaré a la tumba-. La vida da vueltas y es una hija de puta muchas veces. Pero estamos en 2014. Y lo bueno de haber vivido una época tan jodidamente nefasta ... es que solamente puede mejorar.

Dadle la patada cómo se merece. Pasadlo con gente querida, emborrachaos, reid y haced mucho el amor (o tened directamente sexo muy cochino, ya sabemos que ése es el mejor). Cualquier fórmula es válida para empezar un nuevo ciclo.

Pero hacedlo.

¡Feliz año a todos!



sábado, 28 de diciembre de 2013

Secretos, mentiras, amor...y tristeza



Toma 1

Fechas previas a la navidad 2012. Hombre, que se ha escaqueado de la larga sobremesa de la comida de empresa, pasea por la ciudad mirando escaparates. Entra en una tienda singular en la que venden desde muebles restaurados a pendientes o vajillas.
La dependienta es una chica pizpireta, menuda, bastante más joven que él.
Se miran y sonríen socarronamente.
Él no tenía previsto comprar ningún objeto ahí, pero demora marcharse de la tienda porque siente una atracción poderosa hacia ella. Cuanto más la mira, más le gusta. Se le antoja que es ligera como una libélula.
Opta por comprar un fulard. Necesita entablar conversación con ella, oír su voz, su risa y poder mirarla a los ojos verdes inmensos que se esconden tras los cristales de las gafas. Ya en el mostrador es consciente que se ha quedado literalmente prendado de la libélula.
Podría decirse que se han leído el pensamiento. En el mismo instante que él le pide, si sería posible, que le diera su dirección de e-mail, ella le está tendiendo una tarjeta de la tienda en la que ha apuntado en el reverso su e-mail, el link de un blog, cuenta de instragram...
Paga, guarda la tarjeta en la cartera, la libélula envuelve el fulard, y se marcha.

Toma 2

Un par de días más tarde le escribe un correo diciéndole que sintió una sensación de centrifugado en el estómago al verla. Le cuenta cómo se le eriza el vello solo de acordarse. Bromea con lo del amor a primera vista, él ya maduro y con una larga lista de conquistas femeninas a sus espaldas, reconoce no haber experimentado nunca antes una sensación igual, ni siquiera similar.
La respuesta es: "échale una ojeada al link que te anoté". Entra en su blog... ¡ni había caído en ello!
Hay un escrito de la fecha en la que él visitó la tienda. Puede leer una entrada en la que lo que se expresa es exactamente lo mismo que él le ha confesado dos días más tarde. Alucina.

Toma 3

Enamorados hasta las trancas sortean una pierna escayolada durante 6 semanas al mes de conocerse, las diferencias de horarios, los fines de semana laborables de ella...
Soltero por vocación, no por no haber tenido oportunidad de abandonar ese estado, fantasea con cambiar la situación dejando que algunos fines de semana ella se instale en su casa.
Y aún estando muy enamorado no consigue vencer la necesidad de sus horas de soledad, permitiéndole la convivencia solo, y como máximo, durante 48 horas.
Ella consiente creyendo que el tiempo limará esos límites. Consiente, inconscientemente, que la manipule a su antojo.

Toma 4

El hombre cita a su hermana en un restaurante. Comen juntos, al menos, una vez al mes. Se quieren y se respetan, aunque rara vez se callan lo que piensan el uno del otro. La hermana le espeta que eso no irá bien. Que está repitiendo la historia, que está volviendo a usar a una persona aprovechándose de sus debilidades. Le pide que no le haga daño, le dice que le gusta la libélula, que le cae bien, que intente (por una vez) no ser un déspota con la persona que quiere.
Él admite que son muy diferentes, que el problema no es solo la diferencia de edad, pero que aún así apuesta por esa relación.

Toma 5

La libélula y la cuñada están tomando café y fumando en la terraza del sujeto en cuestión. Hablan de todo y de nada, y ella nota cierta angustia vital de la bella chica de ojos verdes inmensos. Finalmente le dice que su hermano está raro, que siente como se está alejando de ella. No encuentra las palabras para decirle que todo irá bien, sabe que eso no ocurrirá. La mira y se pregunta si debería advertirla que sufrirá más, mucho más. Pero calla.

Toma 6

La hermana recibe una llamada de otra de las hermanas. Ha estado fuera unos días y esta la pone al corriente de la situación. "Nuestro hermano ha dejado a la libélula. Dice que ha encontrado a la mujer de su vida. Bueno... textualmente dice que ha encontrado la mujer con la que compartirá los próximos 20 años. Van a vivir juntos".

Toma 7

Cita mensual en un restaurante. Él está exultante de felicidad. Comenta que ha encontrado el equilibrio, la persona que le estimula, que le abre todo un universo. También dice algo sobre que le sabe mal haber hecho daño... Al salir del restaurante le pide que le acompañe a un comercio cercano. Habla con la dependienta, ríen, se susurran palabras al oído... al salir le dice que acaba de conocer a la persona que vivirá con él en breve.

Toma 8

Fechas previas a la navidad 2013, nadie tiene noticias de él. Parece que la tierra se lo haya tragado. La hermana decide romper el hielo mandándole un whatsapp. "¿Qué tal tu nueva vida? ¿Has vuelto a hacer un arranque de caballo y parada de burro?". Como respuesta recibe un escueto "las cosas no van bien, ya te contaré". Por la noche hablan por teléfono y le cuenta que ha vivido los mejores quince días de su vida. Que ella se trasladó a su casa, que por primera vez había hecho un hueco para la entrada de alguien que no fuera él...Que una mañana se despidieron para ir a trabajar y que al mediodía recibió un mensaje que decía que ella regresaba a su casa...que lo había hecho todo mal, precipitadamente. Tenía que volver a casa a cerrar la relación con su pareja ya que este había vuelto de viaje antes de lo previsto.

Toma 9

Sentado frente al armario donde están las perchas vacías, con un vaso de vino en la mano, siente como en un instante la vida le ha golpeado con la misma intensidad como él lleva años haciéndolo.

FIN

martes, 17 de diciembre de 2013

La música que me has robado


Devuélveme toda la música que me has robado. De todas las cosas que me has arrebatado, esa es la que más me jode. Estoy cabreada. Quiero la música, mí música, quiero poder escuchar lo que se me antoje cuando me salga del mismísimo....quiero mi música. Me la has robado, no soy libre para escuchar lo que me apetezca, y estoy muy ofuscada.
Alguien me ha dicho "Frusciante es Dios" y sin poderlo remediar he empezado a llorar como una gilipollas mientras sus canciones sonaban en mi cabeza. Lo mismo me pasó hace unos días oyendo Radio3 mientras conducía, tuve que apagarla pese a que sonaba una de mis canciones preferidas de los últimos años.
¡¡¡Estoy indignada, joder, quiero mi música!!!
¡¡Devuélvemela y quédate con todo lo demás, cabrón!!



jueves, 28 de noviembre de 2013

Un amor que no degenera

Óscar y Àfrica en 2008


No voy a ponerme plasta ni sensiblona, ya he hablado de mi sobrino Óscar y de cuánto hemos aprendido todos los que le queremos de la vida desde que él nació en otras ocasiones en éste, nuestro cutreblog.
Así que no, no quiero tristeza ni angustia, quiero SOLIDARIDAD Y AMOR.

¡¡¡¡¡¡COMPRAD EL LIBRO DE "LA MARATÓ" DE ESTE AÑO!!!!!!

Varios son los motivos:

1- Porque me queréis (aunque sea un poquito) y por ende queréis a mi sobrino Óscar, que tiene Atrofia Espinal Muscular, una jodida y cruel enfermedad degenerativa.
2- Porque la hermana de Kitty es una de las coautoras de este libro, y yo la quiero muchísimo y escribe muy bien.
3- Porque ser un poquito solidario siempre sienta bien.

Gracias.

¡¡Ah!! Para quitarle hierro a la cosa he pensado volver a poner el puto Harlem Shake que nos marcamos hace unos meses. Fue Óscar quien cortó, pegó, ensambló, puso música y subió a la red el vídeo. Me consta cuánto vaciló en el instituto con la banda de freaks que tiene por familia. No es para menos (joder, qué bien sienta descojonarse recién levantada).


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Busco mecenas para hacer vida contemplativa

Kit, coge esa libreta y lee..
"Ha llamado Perico de los Palotes y ha dicho que necesita presupuesto para un aperitivo. Calcular para 250 personas. Motivo: fiesta de jubilación"

¡¡¡Coño!!! Cómo mola poder celebrar eso. Por un lado, pasta gansa para el negocio familiar, pero sobretodo porque poder llegar hasta ese momento con esa alegría y desear compartirlo con tantísima gente, me parece una gozada.

Últimamente he conocido muchos casos de prejubilación, personas que con 55 o máximo 60 años han conseguido librarse del yugo diario del trabajo. Personas que están encantadas, a pesar de perder nivel adquisitivo, porque aún están a tiempo de poder vivir sin estar al límite de sus fuerzas.
Qué mal montado está todo. Yo necesitaría vida de jubilada laboral ahora, no dentro de 20 ó 30 años, para poder hacer vida "plena". Firmaría un poder notarial, o lo que fuese, comprometiéndome a volver a la vida laboral pasados esos 20 años, con toda una serie de situaciones felices a mis espaldas, con la sabiduría de la edad y, posiblemente, sin ganas, pero más motivada que ahora.

Lunes y martes de la semana pasada tuve vacaciones de mi trabajo con nómina. Cogí el AVE y me fui (porque si me quedo en casa bajo las escaleras y me voy a currar de gratis). No hay nada que me guste más que instalarme en una ciudad que está atareada mientras yo me puedo permitir sentarme en una terraza a fumar, tomar café y leer.
Yo quiero jubilarme para esto. 
Bueno, y para no madrugar. 
O mejor dicho, para no llegar tarde cada día al curro.
Para hacer con las horas, los días y cada segundo, lo que se me antoje.
No tener obligaciones, ni actividades, ni planes.
A quienes nos gusta manejar nuestra vida sin demasiadas injerencias...solo nos queda esperar llegar a tiempo a poder disfrutar de la mejor profesión del mundo: ser jubilado.

Voy a empezar a pensar en el botellón que yo organizaré cuando llegue el momento... 

Y ahora me voy a marcar un bailecito a la salud de Perico de los Palotes, mi nuevo héroe.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Jodido y estúpido rencor

Cuando murió mi madre me prometí que no dejaría que nadie más se muriese sin haber dejado las cosas claras conmigo. Que no permitiría que alguien, en vida, no apreciase mi afecto si existía.
Y no lo he cumplido.

Carmelo fue uno de mis mejores amigos. Una de las personas que más creyó siempre en mí, en mis posibilidades de hacer todo lo que me llegara a proponer. Creo que ha sido, hasta la fecha, la única persona que me calificó de "brillante".
Por supuesto cuando alguien tiene expectativas sobre otro alguien, éste puede decepcionarse cuando no se cumplen. Era infatigable, tenaz, testarudo, con un humor de perros... y por encima de todas las cosas jamás se rendía.

Le conocí en la universidad. Era un profesor exigente y cercano a la vez. La tarea que más le gustaba era ser tutor. Se emocionaba con sus alumnos, les guiaba, les reñía, les alentaba...Sus maneras te podían gustar más o menos, pero si algo tenía es que no te dejaba indiferente.
Un día coincidimos en el bar y me explicó que él había sido analfabeto hasta los 27 años. Le miré atónita porque me parecía imposible que alguien hubiese podido ser capaz de hacer semejante sprint en el mundo del conocimiento. Me contó como había se había sacado el graduado escolar en solo dos años, e inmediatamente caí rendida ante ese gran personaje. Luego ya fui sabiendo que había sido pastor desde pequeño en su León natal, que pasó gran parte de su vida sin apenas cruzarse con humanos. Más tarde empezó a montar torres de alta tensión y en esos trabajos solitarios creó su propio universo.
Un día, estando subido a un poste sintió "la llamada", como él decía, pero no del Señor. Decidió que quería ser antropólogo y dar clases en la universidad.

Se apeó de los pastos y los postes y consiguió todo cuanto se propuso. Puedo decir que yo fui una de sus alumnas preferidas y también la que fue tratada con más severidad. Su siguiente propósito era que yo también hiciera una hazaña. Hizo posible que me contrataran antes de que acabase la carrera para que pudiera ser su ayudante. Me avaló en todas y cada una de las becas que pedí, y cada vez que algún candidato sacaba mejor puntuación que yo pasaba meses sin hablarme. Me castigaba por no ser la mejor.
Pero siempre volvía. Llamaba a la puerta y al abrir me daba un abrazo y acabábamos a altas horas en algún bar borrachos y riéndonos de su mala leche.
Apostó por mí en un trabajo para el que había hostias y mejores currículums que el mío. Consiguió un convenio con la cárcel Modelo para que nos dejaran filmarla y entrevistar a quien quisiéramos. A cambio debíamos dar clases de vídeo y fotografía social a los reclusos que entraran en el programa de reinserción. Fue, sin lugar a dudas, una de las experiencias más increíbles de mi vida. Durante 9 meses y una vez por semana íbamos juntos a la cárcel, y siempre al salir me cogía del brazo, me daba un beso en la mejilla y me decía "nadie haría mejor que tú este trabajo, niña. Te invito a comer".

No suelo pelearme con nadie, ni soy faltona, ni de insulto fácil. Pero con él la relación era difícil y solíamos tirarnos los trastos a la cabeza con bastante frecuencia. Me reñía, me chillaba y perdía los papeles con facilidad. Harta de tanto despotismo un día le grité y le mandé a la mierda y ahí se dio cuenta de que había traspasado la raya y me confesó algo que no llevaba nada bien. "Soy diabético, no me cuido mucho, y a veces tengo bajadas y subidas de azúcar que me ponen un poco airado. Te pido disculpas". Aprendí a tratarle cuando le daban esos ataques iracundos y a tener paciencia, mucha paciencia. Más tarde también supe que era sordo de un oído y que eso lo había convertido en un desconfiado. Más paciencia y siempre aclarando las cosas cuando me malinterpretaba.

Su suegro, gravemente enfermo y con una demencia incipiente, vino a vivir a Barcelona. Su hija le dio su móvil para que pudiera salir de casa y avisar si se perdía. El hombre se perdía constantemente y al buscar en la agenda, como yo también estaba en la C de Kitty, pues me llamaba. Las primeras veces le decía que se había equivocado y que tenía que llamar al número de encima mío, que era el de su yerno. La demencia incipiente pasó a ser galopante en muy poco tiempo. Así que un día llamé a su yerno para comentarle que llevaba un tiempo redirigiendo las llamadas de su suegro, pero ese día había marcado mi número más de tres veces.
Me he preguntado una y mil veces por qué le sentó tan mal que yo le dijese que su suegro tenía que estar mejor monitorizado. Desde ese día dejó de hablarme. Intenté, infructuosamente, que me explicara qué le había hecho tomar esa decisión, pero no quiso decírmelo.

Los años fueron borrando la tristeza de la pérdida de un gran y queridísimo amigo. De vez en cuando coincidíamos en alguna lectura de tesis de algún colega, por los pasillos de la universidad cuando iba a ver a mis antiguos compañeros del departamento...pero nunca saqué más que un saludo con la cabeza.
Hace apenas unos meses supe que estaba muy enfermo. La diabetes le había jodido bien la vida. Cuando me dijeron en qué estado se encontraba, languidecí. Mi interlocutor se quedó jodido y se excusó diciendo que creía que estaba enterada de la situación, que si me apetecía podía ir con algunos ex-compañeros a visitarle.
No fui. Sabía que su jodido carácter no le permitiría verme. Pero sí llamé, y no iba desencaminada, su mujer, muy amablemente, me dijo que no iba a ponerse al teléfono. Antes de colgar le pedí que le dijera que, aún no entendiendo el motivo de su alejamiento, le quería y que siempre iba a estarle agradecida por todo, pero sobretodo por haber tenido la oportunidad de conocerle.

Ayer supe que hace escasamente un mes que murió. 
Y ya me perdonarás Carmelo, pero te equivocaste mucho no dejando ni que viniera al entierro. Tú sabrás por qué, pero yo me quedo con una tristeza renovada muy injusta.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Cuestiones de estilo

Este es mi pequeño homenaje a un escritor y a un fascinante libro al cual dedicó dos años de su vida. En él, a partir de una simple anécdota, elaboró 99 ejercicios de estilo, a cual más bonito y complicado. Una filigrana, la obra de un maestro orfebre de las palabras.

Anteayer, esperando en la terraza de un bar, le vi pasar y me dieron ganas de escribir esta tontería. Por descontado, ni soy escritora ni me acerco a ello. Va por ti, escritor.



EL HECHO

La mujer se envolvió en su abrigo, se sentó en la terraza del bar, pidió un café y encendió un cigarrillo. Aunque el cielo estaba nublado no llovería, allí nunca llovía. Mientras esperaba vio pasar a un chico con el pelo muy largo que, pese a que había empezado a hacer frío, llevaba puestas unas chancletas. Luego vio asomar por la esquina al escritor de aquél alucinante libro sobre ejercicios de estilo; se saludaron, y se preguntó por qué, aun conociéndole bastante, nunca le había dicho que era muy bueno. De entre las arcadas del callejón apareció ella luciendo una amplia sonrisa, como era habitual. Después de darse dos sonoros besos se sentaron a compartir un café y una charla. Una cuestión profunda las unía y esa mañana lo iban a descubrir.

COLORISTA

Abrochó su abrigo violeta, se sentó en una de las sillas plateadas de aquél bar y pidió un café bien negro mientras encendía un cigarrillo rubio. El cielo estaba gris. Vio pasar a un chico con un jersey verde, unos pantalones amarillos y una chanclas negras, casi descalzo pese a que empezaba a hacer frío. Por la esquina asomó el escritor de blancas cejas que tanto le gustaba, aunque nunca se había atrevido a decírselo, por no ponerse roja. De entre las arcadas de piedra marrón apareció ella luciendo una chaqueta fucsia, tan flamante como su sonrisa, viva como el arco iris. Una cuestión tan profunda como el azul del mar las unía, y esa gris mañana lo descubrirían.


UNDERGROUND

Desaliñada y despeinada se dejó caer en la silla del bar y se pidió un café bien amargo, como la vida, mientras encendía un cigarro, quemando así sus minutos de espera. Hacía un día de mierda, de esos que parece que va a llover pero al final no cae nada. En ese puto agujero del mundo no llovía nunca, por eso lo llamaban "el socavón del hambre". Empezaba a hacer frío y vio pasar a un tío con unas rastas muy largas y tiñosas, vestido como el culo, y alucinó al ver que llevaba los pies sucios y descalzos, solo cubiertos con unas chanclas mugrientas, como si viniera resacoso y guarro de algún festival veraniego. Luego vio pasar al escritor que tocaba el contrabajo en algunos garitos. Aunque le gustaba mucho nunca había tenido narices de decírselo, seguramente por esa jodida inseguridad de creerse menos, la que arrastraba desde siempre como una puta lacra existencial. De entre las arcadas que daban al apestoso callejón, ese donde se meaban los borrachos todos los fines de semana, apareció ella sonriendo. Parecía demasiado feliz para ser aquél un día de mierda, gris y frío. Después de saludarse se sentaron a tomar café y a fumar, y entre palabras descubrieron tener en común algo importante que les amargaba la puta existencia a las dos.

SMS

Stoy n l bar, t pido 1 kf? Tnmos q hablar. Hc frío! Bss.


EN EL BAR DEL PUEBLO

Parece que vaya a caer un aguacero y mírala, ahí sentada esperando vete tú a saber a quién, con este frío y el cielo encapotao. Lo bien que vendría ahora un chaparrón, pa que creciera el cereal recién plantao. Hay que ver las mujeres modernas, todas fuman, igual se creen que así son como nosotros. Y la juventud aun peor, como ese, con esas pintas de guarros, esos pelos y sin calzao, será que se lo gastan todo en beber y drogarse, porque en peluquerías y ropa seguro que no. Tol día están dando vueltas sin oficio ni beneficio. Y mira el otro, el estirao, que se cree yo qué sé qué porque ha escrito cuatro libros pesaos y toca música con unos de esos que no hay dios que pueda aguantar. Ah, pues mira, estaba esperando a aquella otra, la hija de la alcaldesa del pueblo de al lao, sí hombre, la que ahora hace esa revista con un nombre más raro que la madre que la parió, que namás hablan de tonterías. Vaya par de dos, fumando como carreteras, a saber qué se estarán contando... .

DICHOS, FRASES Y REFRANES

Lo sabe hasta el más tonto: quien espera, desespera. El cielo estaba enladrillado, pero no iba a desenladrillarse porque nunca llueve a gusto de todos. Hacía un frío del carajo, y es que en noviembre, tu fuego enciende. Pasó un chico con aires de "ahí me las den todas y ande yo caliente...", aunque el hábito no hace al monje. Casa de esquina, o muerte o ruina, y por ella asomó el escritor. La patria del escritor es su lengua, y como el que calla otorga y callar y coger piedras es doble prudencia, no se metió en aquél jardín, se mordió la lengua y no le dijo que admiraba cómo escribía. Más tarde que pronto apareció ella. Pensó que la cara es el espejo del alma y que una sonrisa vale más que mil palabras. Y entre pitos y flautas se fueron de la lengua y resultó que dios las cría y ellas se juntan.


Sólo son cinco sencillos ejemplos, ¡¡¡imaginaros 99 y a cual más complicado!!! Qué divertido es esto y qué bien me ha sentado. ¡¡Amenazo con más!!

Puro arte. Sr. Escritor, me quito el sombrero.

domingo, 10 de noviembre de 2013

SOSPECHOSA HABITUAL



Desde hace algo más de un año que cabe la posibilidad que sea reclamada para acudir como testigo ocular de un trágico acontecimiento. No ha ocurrido. En algunas, bastantes, ocasiones he pensado si sería capaz de reconocer a ese tipo pasado tanto tiempo. He pensado que testificar "ocularmente" es una faena gorda, complicada y que debe generar muchas dudas, a no ser que el sujeto sea, por sus características físicas, muy identificable. Pero no ha ocurrido. Nadie ha llamado a mi teléfono para que acuda a filas.

Hace unos días salí por la mañana a la calle para hacer gestiones por los alrededores de la oficina. Iba a piñón: banco, correos, (escaqueo de un café)...Pasé por delante de una pareja de Mossos y noté cierta mirada reprobatoria pero continué mi camino hasta que una mano me cogió por el hombro al tiempo que me decía "¡¡¡Espera, paraaaaa!!!". Me giré y ahí estaba el Mosso mirándome de los pies a la cabeza mientras en su mano sostenía una fotografía.

- Buenos días. Disculpe, ¿cuántos años tiene?
- ¿Ein?  ¿Cómo? ¿Qué dices?
- ¿Cuántos años tienes?
- Coño qué raro todo... pues 44
- Pffffffffff...bueno, da igual, pareces más joven
- Ah! Pues muchas gracias, adiós y buenos días.
- No, nooooo, quieta. Un momento. Será solo un momento.

Volvió a mirar la foto e hizo un gesto a su compañera para que se acercase. Ella me miró primero fijamente y luego haciendo un repaso general.

- Hola, buenos días. ¿Cuántos años tienes?
- 44
- Pffffffff, se nos escapa (mirando al compañero)
- Tengo un poco de prisa...Si no os importa voy tirando.
- Pues no va a poder ser. Tienes que hacernos un favor... bueno, a nosotros no, a la justicia y a la sociedad.
- Tienes que formar parte de una rueda de reconocimiento. 
- ¿Yo? ¿Al otro lado del cristal?
- Sí. Tendrás que acudir pasado mañana a la ciudad de la justicia, a las 11 de la mañana.
- ¿Así, sin más? Pero si soy más mayor, lo habéis dicho, no sirvo, hombreeeeee
- Sí, si cuela. (mirando la foto que lleva en la mano, en la que puedo ver solo la puntita, pero sonrío al ver que es la foto en la que asoman los numeritos del cartel que sujeta la "sospechosa")
- Tú tranquila, te harán un justificante para el trabajo. Pero tienes que ir, es una situación de obligado cumplimiento con la sociedad.
- ¡Qué bien! Con lo altruista que yo soy...
- Solo un par de cositas: no te arregles, vístete así...
- Que vaya normal, vaya.
- Sí, así, de tirada. Y no llegues tarde.


Me entregaron un papelito con la citación policial y volví al trabajo. Le enseñé el papelito a mi jefe al tiempo que le comentaba que estaba en la calle por temas de curro, no fuera a pensar que había salido a tomar el sol y a comer pipas. Me comentó que ese día no podía faltar al curro porque teníamos un par de reuniones "importantísimas"... le puse cara de "pues haber cómo lo arreglas tú eso". Llamó a los Mossos y le dijeron que naino-naino,  que si había sido citada para hacer de mala malota, tenía que ir.

El día D, hora H me presenté a las dependencias de la ciudad judicial. Con el papelito pasé sin tener que depositar mis pertenencias y me llevaron a una especie de calabozos. Ahí al lado de las celdas, en un banco había un montón de calvos, de chicas jóvenes y de kittys (más jóvenes) que habían sido citados para ser descartados por los ojeadores. Los calvos se parecían todos a Pepe Viyuela, si yo hubiese tenido que hacer una rueda de reconocimiento con todos esos tipos no habría sabido elegir.
En la última celda estaba la sujeta con la que "supuestamente" me parecía y a la que no podía ver. Con las otras kittys no tenía mucho parecido, quizás lo que más nos unía era el largo del pelo, pero ni las estaturas, ni los pesos, ni el color de ojos se asemejaba entre nosotras. 
Llegaron los abogados e hicieron los descartes para poder representar mejor a sus defendidos. En ese instante pensé que me salvaría, yo era la más distinta de todas... pero no. Solo entrar en la sala el abogado, dirigiendo un dedo hacia mí, dijo "ésta la quiero". Empezamos bien. Con la elección hecha quedamos 5 kittys más la sujeta aún en la celda. Nos trasladaron a un despacho y nos hicieron las fotos de cara, de perfil, haciendo el pino puente y algunas más, que luego teníamos que sostener mientras nos identificaran.

La escena era bastante dantesca. Ahí abajo había un trajín considerable. Entraban y salían esposados mientras nos pedían que nos quedáramos en un rincón. Todo el rato mientras estuve ahí hubo un preso que no paró de pedirme un cigarro, lo repetía como un mantra mientras un mosso me decía que no con el dedo, que nada de tabaco.
Nos avisaron que la identificación sería lenta, que había tres testigos que no podían comunicarse entre ellos y que podía ser largo, que les dejaban tomarse su tiempo. Pasada una hora larga nos hicieron subir a la sala del espejo. Nos fueron llamando por el orden que debíamos ponernos. Entró la primera, la segunda, la tercera, la cuarta... stop! "Kitty, tú espera aquí". Y apareció la quinta en discordia... la Perla. Porque menuda perla estaba hecha. La colocaron, le quitaron las esposas, y luego entré yo.
Nos quedamos ahí, con las fotos entre las manos a la altura del pecho, y en el momento de cerrarse la puerta la perla nos soltó "Tranquilas, si me vieron la cara mientras la rajaba". Yupiiiiiii, no podía ser una mula, o una carterista, noooooooo, eso hubiese sido una nadería para mí.

Empezó el baile, una pasito p'alante, un pasito p'atrás, derecha, izquierda, una y otra vez. Algún exabrupto de la Perla... Hasta que empezaron los descartes. Se oía por el altavoz: "La tres puede retirarse" y se abría la puerta. "La uno puede retirarse". "La cuatro puede retirarse". "La dos puede retirarse". 
Silencio. 
Más silencio. 
¿Y qué pasa con la seis?. 
Coño, se han olvidado de mí. 
"Cinco y seis, no os mováis". 
No, no se han olvidado. Pues quién esté al otro lado necesita un oculista porque nos parecemos como un huevo a una castaña. 
Entonces la Perla se soltó, "anda que debes tener el culito apretao...jajajajajaja...mira que si te entrullan a ti..." Se abrió la puerta, entraron, la esposaron y antes de que se la llevaran me espetó un "hay que ser mmmmuuuuyyy mala persona para ayudar a éstos a culpar a alguien".

"La seis, te puedes ir...gracias".

jueves, 7 de noviembre de 2013

Enfermeras cachondas (tópicos típicos y la desgracia de ser una bocazas)

G. y yo somos compañeras de trabajo, nos conocemos desde hace unos años.
El pasado verano, por esas cosas de cubrir vacaciones, doblar turnos y demás filigranas laborales, coincidimos bastantes días en la colifatería.
En los ratos del desayuno ella le cogió gusto a contarme su vida sexual, sin yo haberle preguntado en absoluto, por falta de confianza y de interés, para qué mentir.
Supongo que por mi manera de ser, de expresarme o de interactuar en las conversaciones, la gente se envalentona para contarme cosas que, estoy convencida, no le cuentan a cualquiera así como así. Y menos en el trabajo, y aún menos teniendo en cuenta que vivimos en pueblos, que todos nos conocemos, que todo (casi) se sabe.
Lo que pasa en los pueblos es alucinante, Twin Peaks parece una serie infantil al lado, la realidad supera la ficción pero de lejos. Algún día me explayaré.
¡Al caso! que divago...
G. me contó que antes de casarse (hace 5 años) disfrutó de una alegre y distraída vida sexual. Tuvo un novio "muy liberal" (palabras textuales) con el que hizo tríos, intercambios de pareja y otras lindezas que no voy a relatar. Lejos de escandalizarme yo la escuchaba mientras me tomaba mis cafés emitiendo sonidos de esos aprobatorios y conformistas: "ahá, "uhmmm...", "ya", "claro, claro", "sí, sí". No creo haberle contado nada de mis experiencias sexuales ni de mis perversiones, pero a veces esas cosas se exudan, se perciben, no sé. Por una vez fui prudente y me callé la boca, que todos tenemos un pasado y a veces un poco raruno.
Un día se arrancó con el plato estrella: antes de conocer a su actual marido había tenido una relación con otra trabajadora de la colifatería, incluso habían viajado juntas a Colombia (país de origen de la otra) para conocer a su familia.
Ni me inmuté, pero ella recalcó e insistió en que a ella le gusta todo, lo mismo le da que le da lo mismo. Impasible la escuché y me reprimí en opinar o explicar nada, que luego todo se sabe.
A partir de ese día empezaron a caer comentarios y coletillas de claro contenido sexual hacia mi persona, que yo entomaba como buenamente podía, pero que me ponían tensa...¡a mí! ¡a toda una Másqueperra!
Recuerdo habérselo dicho una tarde en la piscina a Filomena la Amena : "tía, hay una enfermera en el curro que me tira los tejos, y me pone tensa". Ella, claro está, se descojonó de mí. Filomena es una mujer con una gran sabiduría en cuanto a sexualidad humana, por motivos que no vienen al caso puedo aseguraros que podría escribir una enciclopedia y nos dejaría con la boca abierta.
En esos días en alguna ocasión me sorprendí ruborizada con ciertos comentarios, incómoda podría decir, y al acabar el verano y volver todo a la normalidad nos veíamos en contados momentos. Me relajé.
Hasta ahora. Que la veo cada mañana cuando acompaño a C. a la colifatería. Y la he cagado, claro, como siempre, con esta boca pecadora y enorme que tengo a veces.
El lunes le pedí que me diera unas amoxicilinas porque tengo que acabar un tratamiento y me da pereza ir al médico a pedir la receta.
Presta y amable ella lo hizo pero al dármelas me soltó:
-Bueno, me debes un favor, cualquier día te lo pediré.
Y yo, ni corta ni perezosa, en un arranque de gilipollez mental, le respondí:
-Claro, mujer, pídeme lo que quieras cuando quieras...
¡Glups! ¡Pero qué has dicho, insensata!¡¡¿Eso lo he dicho yo?!!¡¡¿POR QUÉ?!!
Ella me miró de reojo, sonrió y dijo:
-Me lo cobraré, Sinco, puedes estar segura.
Y desde ese día, hace ya un par o tres, cada mañana no me escapo de sus dardos erótico-festivos, que ya no sé dónde meterme, manda huevos, a mi edad y con lo que yo he sido, me tengo que ver acorralada por una tía de treinta y pocos años, más cachonda mental de lo que nadie en su pueblo, casa o trabajo se puedan imaginar. Acojonada estoy con que llegue el día en que tenga que devolverle el favor...os lo digo. A ver cómo salgo yo de ésta... .
Mientras, cada mañana, a agachar las orejas con cara de modosita y de no haber roto un plato, no me queda otra. Lo malo es que creo, bueno, sé, que no cuela. La picardía se me ve en los ojos.

¡¡Me pasa por bocazas!!



martes, 5 de noviembre de 2013

UBUNTU

UBUNTU es una forma de ver la vida, de vivirla, resumiendo es solidaridad, compartir, ayudar. Yo tengo, entonces tú tienes, esa es la filosofía.

Está más que estudiado, las comunidades africanas subsaharianas (los negros, para entendernos) emigradas a otros países son las que menos ayudas reclaman y reciben de los estados, porque practican el UBUNTU.

Hace ya 14 años que emigré de Barcelona hacia la dura estepa lleidetana y no me volvería por nada ni, creo, por nadie. Familia y amigos me quedan a unos 130 km. de casa. No es mucho, es verdad, y nos vemos muchísimo, pero es lo suficiente para que no puedas contar con ellos en un ramplus de esos de "joder, necesito dos huevos para hacerme una tortilla, quien me recoja a la niña del colegio dentro de dos horas, quien me lleve a la estación del tren, quien me ayude a subir la lavadora o quien le dé de comer a los gatos durante una escapada".

En el pueblo somos unos cuantos forasteros venidos de la capital e inevitablemente uno se junta con los semejantes, crea su propio clan y pone en funcionamiento el UBUNTU.
El UBUNTU nos funciona a las mil maravillas aquí, en el pueblo, entre los extranjeros neorurales, fluye como agua de arroyo y eso es muy tranquilizador cuando una está lejos de los suyos.

Luego dicen que los inmigrantes crean ghettos, que no se adaptan, que no cambian sus costumbres...y yo, que soy inmigrante en mi propio territorio, que siento desde hace 14 años las miradas curiosas y a veces reprobatorias de los autóctonos, lo entiendo a la perfección. 

También están esas salidas juntos a la montaña, huertos compartidos (my god, nos han abducido una gallina!!), fiestas y conciertos, los cafés por las mañanas, las cervezas en la piscina, pero sobre todo nos une la tranquilidad de saber que podemos contar unos con otros sin lugar a dudas. Eso es UBUNTU a la catalufa.

Estar lejos de tu clan es duro y te lleva a formar otro nuevo y propio donde te reconoces y te sientes arropado.

Yo, que recorrí ese camino libremente y cargada de ilusión y ganas, puedo imaginar lo que debe ser aterrizar (en el mejor de los casos) en un país lejano, distinto, arisco de entrada y lleno de prejuicios. No creo que nadie, NADIE, lo haga por gusto ni por joderle el sistema de vida a nadie, ni por quitarle el trabajo, ni por follarse a sus hijas o mujeres.

El hermano de mi amigo C. se ha pegado una leche en moto monumental, está roto por mil sitios y su mujer se ha partido un riñón, los dos en la UCI y a verlas venir (querido 2013, ve acabándote ya, por favor). La semana pasada le tocó a Filomena la Amena, enterrando un primo de 42 años también motorista. Trabajo, hijos, perros, obligaciones que se vuelven obstáculos cuando toca estar donde hay que estar. Y más allá de la pena te entra la angustia para poder coordinar tu vida diaria con las circunstancias que te ha tocado lidiar.
Sólo hizo falta una llamada de teléfono y la maquinaria del clan se puso en marcha.

Durante estos años he hecho buenos nuevos amigos, pero valoro muchísimo el CLAN que hemos formado.

UBUNTU RULES !!!!!!!!!!!!!!!!!!



(Grandísimo el disco de Ali Farka Touré con Ry Cooder)


jueves, 31 de octubre de 2013

2013

Pues eso, ¡corre!
Hablo en serio, muy en serio, más en serio que nunca.
Corre.
Cuando corres, primero te da pereza, después vergüenza, después estás cansado... pero si sigues, empiezas a pensar. Sigues, y cada vez piensas en cosas más tontas. Sigues, y ya no piensas. Tienes un buen rollo latente. Llegas a casa y estás de mejor humor que cuando saliste. Siempre, cuando llego, los problemas són más pequeños y los amores más grandes.

Empecé a correr para no sentirme solo. Ahora, si un día no corro, me siento raro.

Correr. De verdad. Es el mejor antídoto contra los problemas. Tú corre el primer día 15 minutos, y poco a poco, cada vez más rato. Ya lo verás.

Hace unos días, hice algo precioso, una carrera de 50 Km. que ascendía 5 montañas maravillosas seguidas. Salimos de madrugada, viendo como salía el sol. Una maravilla el Turó de l’Home a las siete de la mañana. Tardé 8 horas. El buen humor me ha durado hasta esta mañana al verme la barriga.

Te quiero mucho princesa.

X


Este es el mail que he recibido esta mañana de X, en respuesta a uno mío en el que le contaba que llevo una época de mierda en la que no tengo ganas de hacer absolutamente nada, más que ver la TV y vegetar. Es una de las pocas personas en el mundo que SIEMPRE saben sacarme una sonrisa. Aunque en esta ocasión su “te quiero, princesa” ha desmontado el frágil equilibrio entre el pasotismo y la lágrima en el que subsisto. Ganaron las lágrimas.

No es por el proselitismo runner. Tampoco es porque diga que me quiere, eso ya lo sé. Y yo a él. Es porque me he dado cuenta de que fue el primer hombre de mi vida y todavía somos capaces de preocuparnos el uno por el otro 25 años después. Pasó el dolor, pasó el rencor y quedó la amistad. Las ganas de verse una vez cada tantos meses para reirnos y hablar de nosotros, de nuestras vidas y de lo que se nos han complicado, después de esos felices polvos adolescentes que pegábamos en casa de sus padres cuando hacíamos campana. Una vez nos pescaron en plena faena, por cierto ... aunque esa es otra historia.

Vivo actualmente en otro proceso de dolor, rencor y ganas de matar, y me gustaría pensar que algún día, igual que con X, todo eso pasará para dejar paso a la amistad sincera. Y lloro, porque en este momento, me cuesta un mundo visualizar algo que se le acerque ni remotamente. No quiero que esté tranquilo y bien. No quiero que las cosas le funcionen. No quiero que sea feliz ni que conozca a otra. No quiero que se le levante nunca más. Y sé que desearle todo ese mal al padre de mi hija es mezquino y cruel y egoísta y tantas cosas y ninguna bonita. Él es buena persona y un padre entregado. También sé que no me ha hecho daño conscientemente y que el mayor problema lo tiene él, con sus adentros. Sé todo eso. Pero mi realidad es ésta, mi cerebro dice una cosa y mi fluído interno, otra. Y no tengo manera de cambiarlo.

Solamente tengo ganas de que este 2013 que me ha arrebatado a mi marido, a mi proyecto de familia y a mi padre (papá, esto no te lo perdono) se vaya de una jodida vez al puto agujero del olvido.

Mientras tanto ... corrámonos unas cuantas juergas, amigas. Lo necesito.

Prometo volver

FELIZ CASTAÑADA


Todos a la mesa
todos menos tú
todos a la pista
todos menos tú
todos a la foto
todos menos tú
todos están locos
todos menos tú
todos masticando
todos menos tú
todos girando
todos menos tú
todos de piedra
todos menos tú
todos a la mierda
sobretodo tu



lunes, 28 de octubre de 2013

martes, 22 de octubre de 2013

ballenas


Envejecemos desde que nacemos. Somos un amasijo de células programadas para deteriorarse, oxidarse, desaparecer.
No me importa, al contrario, desde hace un tiempo celebro cada día vivido.

Esta tarde he empezado un curso subvencionado por el Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e Igualdad, dirigido a los voluntarios que trabajan con gente mayor: viejos, para entendernos. Viejos que ayudan a otros viejos. Una compañera de mi grupo y yo éramos las más jóvenes de un aula con 21 personas, ahí es ná... .
Éste es un país de viejos, a la cabeza de Europa en senectud, con una pirámide demográfica que acojona y una esperanza de vida que se me antoja una bestialidad.

La clase ha sido un absoluto y rotundo puto tostón, más allá de aprender algo he perdido dos horas de mi precioso tiempo y parte de nuestros impuestos escuchando como cada uno de los asistentes explicaba su vida y miserias, sin darse cuenta de que aquello no era un grupo de apoyo al estilo de los del "Club de la lucha", sino una pretenciosa (pero poco pretendida) clase donde aprender algo, aunque todavía no sé bien qué. Y nos quedan otras seis preciosas horas por perder.

Me he aburrido, me he cabreado, he intervenido ofuscada arremetiendo (siempre educadamente, creo) contra todas las gilipolleces que iba oyendo sobre crisis, desempleo, inmigración, abuelos y nietos, la pérdida de valores, los cambios de roles, etc... .

Sólo una cosa ha llamado mi atención: las ballenas piloto.

Las ballenas piloto, junto a las hembras del género humano, son los únicos mamíferos que viven décadas después de haber finalizado su ciclo reproductor. Otras menopáusicas más.
De todos los mamíferos que existen, sí. Sólo las mujeres y esas ballenas. Muy curioso.
¿Y por qué? os estaréis preguntando....parece que es simple. Esas ballenas, por algún extraño motivo, hacen de abuelas cuidadoras con los pequeñines de su especie. Su vida, su existencia, aun no pudiendo ya reproducirse, tiene un sentido, un valor, una tarea a realizar. Cuidar, enseñar, proteger.

La concurrencia se ha exaltado cuando hemos debatido sobre los deberes de los hijos respecto a los padres. La visión carca y egoísta de que los hijos deben cuidar de los padres porque ellos lo han hecho antes me exaspera. Ellos nunca pidieron venir al mundo, no nos deben nada, su único deber es ser felices.

Al final, desesperada, aburrida y hastiada les he soltado mi frase estrella y me he quedado como nueva: "Yo no he sido madre para que mi hija cuide de mí cuando sea vieja, eso es ser egoísta y cruel. Cuando ella tenga edad para vivir su vida eso es lo que deberá hacer: vivirla. Bastante tendrá con sobrevivir y hacer la revolución. A mí que me cuiden otros cobrando o que se me coman los buitres en la montaña. ¡Pero si hasta las ballenas lo saben, joder, cómo podemos ser tan inhumanos!".

Mi compañera me ha mirado de reojo y ha sonreído. El resto me han mirado mal, incluso creo que fatal.


(Preciosa canción, se la dedico a mi hija, Àfrica, que es como un pez...para que siempre nade feliz y libre)


sábado, 19 de octubre de 2013

El jueguecito del demonio

Todas las mañanas al salir del metro el recorrido hasta al matadero lo realizo como un autómata, sin pensar, sin mirar los semáforos, solo sigo el compás de la música que atraviesa mis oídos.
Pero miro, miro mucho. Creo. Eso dicen.
Durante unos días miré mucho a una panda de obreros que trabajan para una empresa que les hace ir vestidos a todos igual: camiseta roja con unas letras blancas en la espalda en las que puede leerse STAFF y vaqueros. Me parecía gracioso ver a unos 20 tíos todos vestidos igual dentro de un local gigante desvencijado y lleno de polvo. Miraba mucho durante el rato que esperaba a que se pusiera verde el semáforo para cruzar.
La hora en la que suelo pasar por allí coincide con su hora de café y cigarro, así que muchos están en la acera apurando sus pitis, liando sus pitis, mordiendo bocatas, hablando, o haciendo todo esto a la vez que miran sus móviles. (Sí Sinco, están poseídos por san whatsapp).

No hay un solo grupúsculo humano masculino que no se precie de tener un graciosillo. El que dice tonterías a todas y cada una de las mujeres que pasan por delante suyo durante esa pausa. El que recibe collejas y que es jaleado por sus congéneres cuando consigue una sonrisa, un saludo o un que te follen idiota.
Dado que miro mucho soy un blanco fácil para los graciosillos y el de este grupo es muy gili, pero que muy gili. De los incansables, de los que te apetece insultar, o mejor aún, dejarle como un imbécil delante de todos.
Una de las mañanas me soltó algo parecido a "podrías decir buenos días guapa, que nos vemos todos los días", le dije buenos días guapa. Risita nerviosa en plan me va a joder la graciosilla ésta.
Siguiente día: buenos días guapa. Risas y comentarios de te está bien empleado.
Siguiente día del siguiente día: buenos días guapa. Mirada de odio del graciosillo y descojone general.
Siguiente día del siguiente día del pentacostés: buenos días guapa. Risas y una mano que me tiende un vaso de café con leche del Starbucks. "Te lo mereces, le has callado la boca a este plasta".

Todas las mañanas posteriores a ésta antes de entrar tarde al curro he tenido un café con leche, he compartido el humo de un cigarro y he hablado del puto juego del demonio. Mi proveedor matutino de cafeína es un yonqui del Candy Crush, como servidora. Ambos estamos de acuerdo en que es una chorrada de juego, estamos de acuerdo en que odiamos jugar, estamos de acuerdo en que hemos aborrecido las gominolas, estamos de acuerdo en que estamos muuuuuuuy pillados... y que no podemos parar. Estamos de acuerdo en que es endemoniadamente adictivo.
Él tiene la aplicación en el móvil y mientras sus compañeros desayunan, hablan de fútbol o de mujeres o de lo que sea, él juega, apura vidas de gominola como si no existiera un mañana. Le cuento que yo me he negado a eso. Nada de jugar con el móvil, no, no y no. Sería demasiado incluso para mí.

El primer día de quedarme a compartir el café, que tan generosamente me ofrece en agradecimiento por haber dejado calladito a su compañero gili, vi que estaba a mitad de partida y empezamos a hablar de niveles como quien habla de acciones en la bolsa: joder el 59 me tuvo atascada hasta pensar en renunciar, yo odio los de recolectar avellanas, a mí se me atragantó el 73, qué nervios cuando no te ayudan a cruzar los puentes!!!... En todo momento con gran corrección y sin palabras mal sonantes. Al cabo de unos días, después de habernos dado los buenos días guapa me comentó que llevaba cinco niveles seguidos a la primera y que estaba on fire total. Que andaba preocupado porque se despertaba a media noche para jugar. 
Y no pude más. Confesé que llevaba más de una semana atascada en el 70. 
- Si supiera dónde encontrar al Sr. Candy Candy le comía la polla hasta arrancarle el truco para pasar de nivel.
Mirada de estupefacción. En menos de una semana ya he perdido las formas. Intento negarme que yo haya dicho eso.
- Pues no sé... chica yo voy por el 103 así que si puedo ayudarte...bueno...que que quería decir que...
- Ufffff otro día, es tardísimo!

Ayer, después de una semana sin vernos por una gripe que me ha dejado fuera de combate, al pasar frente el local me paré en la puerta y le busqué con la mirada... Todos vestidos igual y con tanto polvo es complicado dar a la primera con el sujeto. Un colega me vio y salió para decirme que su compañero llevaba un par de días destinado a otra obra. Vaya... pues nada.
- Oye, solo una cosa...si le ves, ¿podrías decirle que conseguí pasar el nivel 70 sin comerle la polla a nadie?
Esta mañana ya he tomado otra ruta... al menos hasta que finalicen las obras.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Nueve números

Sacó su teléfono móvil del bolsillo y buscó apresuradamente el nombre entre los contactos. Allí estaba. Sin pestañear apretó en "opciones", deslizó el cursor hasta llegar a "eliminar" y dudó un momento. Echó un último vistazo a aquellos nueve números que tantas veces había marcado en los últimos cuatro años. Respiró hondo y ejecutó: "eliminar". Un leve escalofrío recorrió su interior como en caída libre.

"Eliminar", qué verbo tan radical, le gustó.

Aquellos nueve números seguían grabados en su memoria, pero sabía que sólo era cuestión de tiempo que uno a uno se fueran difuminando.

Primero aparecerían las dudas, ¿era un 2 o un 5? Después de unos minutos volverían a estar diáfanos en su compartimento estanco con otros números de teléfono importantes, resistiéndose a ser olvidados. Pero cada vez el recuerdo se tornaría más débil, frágil, disperso ... 

Esa misma noche, mientras tomaba una cerveza con sus amigos, los nueve números asaltaron su conciencia desde el inconsciente. "Aún siguen ahí", pensó. Respiró aliviada, aún sabiendo que sólo era cuestión de tiempo, que desaparecerían. "Pero hoy no".

Al cabo de unas semanas la mayoría de esos nueve números se habrían borrado por completo de su mente. Quizás en ese momento le asaltarían unas terribles ganas de saber si él aún pensaba en ella, si aún la amaba.

Pero justo en ese preciso instante, cuando quisiera marcar su teléfono y ya no fuera capaz de recordarlo, justo ahí, sabría que el olvido ya hacía tiempo que había empezado. 

Y que así debía ser. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Batallas perdidas




Entro en la oficina de la caja "X" como una exhalación, intento poner cara de mala ostia pero no me sale, porque la chica que siempre me atiende me cae muy bien y en cuanto me ha visto se ha levantado y me ha dicho "¡¡He estado pensando en ti todo el fin de semana!!". "¡¡Yo también, pero no sé si como te habría gustado!!", le he contestado...

- Me he pasado el fin de semana sin poder sacar pasta de ningún cajero en Barcelona, y tú me habías dicho sólo dos días antes que no tendría problemas con la libreta. Suerte que tengo unas amigas que son la ostia, porque sino tengo que volver a casa andando, no tenía ni para coger el tren de vuelta.
-¡Lo sé, lo sé! te lo dije, pero justo este fin de semana han estado cambiando el sistema de todos los cajeros, por lo de la fusión con el banco "X", y yo no podía saberlo, pero me he acordado cada día de ti, esperando a que vinieras para aguantar el chaparrón.
-Es que, además, el domingo, en casa de una amiga que me había financiado todos los jolgorios, quise transferirle la pasta desde la banca on-line, y resultó que, como también han cambiado todo eso, me pedía un código que, supuestamente, me habían enviado al móvil, pero me di cuenta de que ponía el número antiguo y cuando quise cambiarlo, para poder hacerlo, me volvían a pedir el puto código que me habían mandado al otro....a ver, igual es que soy tonta, pero...¿cómo voy a tener nada que me hayan mandado a un teléfono que ya no tengo y para cambiarlo me lo vuelven a pedir? ¿somos tontos o qué pasa?
-Bueno, ahora lo miramos y te lo arreglo. Ven, vamos al cajero nuevo y te explico cómo va.
-Grrrrrrrrrrrrr.....vamos.
(Operamos, saco pasta, me explica las novedades,...)
-Pues ahora podrás sacar dinero del cajero también con el móvil.
-¡No jodas!
-Sí.
(Saco mi zapatófono del bolsillo del pantalón y cuando lo ve abre mucho los ojos, me mira y me dice...)
-No, con "eso" no podrás, claro.
-Ya, me lo temía...
-¿Y una tarjeta de débito? ¿por qué no la pides? ¿y un Smartphone qué tal?
-¿Por que no quiero?
-Vale.
-Bien.
-Ya ni te pregunto si tienes whatsapp, claro.... jejejejeje.
-¡Ni me lo nombres! Que vengo ofuscada y el tema me tiene hartita. Ayer acabé un artículo de opinión para la revista "X" hablando justamente de eso, estoy harta del puto Whatsapp.
-¡Ay! yo la compro cada mes, ¿no tenéis versión digital, no?
-......... (mirada furiosa)  No, es de PAPEL y TINTA.
-Vale, vale. Es que, mujer, te tienes que poner al día, sino mira qué cosas te pasan...
-He llegado a un punto que ya es por mis huevos, no me da la gana y punto. Me estoy haciendo una antitodo, me da por saco la incomunicación, la tecnología, los bancos, que nos soplen pasta hasta por respirar, ¡todo!.
-¡Jajajaja! bueeeeeno, tranquiiila, si entiendo lo que dices, pero es alargar lo inevitable ...
-Grrrrr... eso ya lo veremos, el día que dejen de funcionar las máquinas a ver qué coño hacemos, si ya no sabemos ni hacer la O con un canuto, joder, somos esclavos de las tonterías más grandes inventadas ... .
-Pues el banco "X" tiende a hacerlo todo con poco papel, a suprimir lo físico.
-Vale, pues cuando una máquina haga TODO tu trabajo y te manden pa casita ya veremos de qué vives.
-Ya, eso también ... .
-Aaaahhhhhmiga...¿ves?
-Grrrrrrrrrrrrrr......

Luego he ido a pagar religiosamente un pastón por la convalidación de un título que a mis compañeras de curro el año pasado sólo les costó 80€, y servidora ha aflojado 312€, cada día nos sablean más, hijos de puta, ya no saben de dónde sacar la pasta. Yo sí, ¡con mi libreta!.

(Dedico "La  Bière" del inmenso Jacques Brel a todas mis amigas, porque somos unas borrachinas (alternando podio a temporadas) y porque las amo profundamente. Puto año, acabará, sus lo juro. Brel sonaba hoy en Radio3 mientras conducía ofuscada por los mundos de dios)



jueves, 3 de octubre de 2013

El delirio de diagnosticar


Desde pequeña he sido una gran seguidora de las series de temática médica. Supongo que algo tendrá que ver con mi curiosidad acerca de los temas de salud más allá de la biomedicina, y que generalmente, los protas son tíos que están como un queso.
Nunca me planteé estudiar medicina, ni enfermería, ni ninguna de las ciencias vinculadas a la salud, pero sí reconozco haber fantaseado, que de haber escogido alguna de esas disciplinas, en imaginarme como médico de urgencias. Soy fría, poco impresionable, no tengo aprensión ante la sangre ni heridas y aguanto la presión con bastante facilidad. Pero no ha sido así. No tuve la llamada vocacional.
Cuando se estrenó House creí que estaba ante el no va más de las series médicas. La primera y segunda temporada me fliparon, literalmente. A la tercera perdí todo el interés, me parecía que habían estropeado al personaje y los casos en pos del cretinismo sin más. Pero algo me fascinaba por encima de todo: el trabajo en equipo para los diagnósticos diferenciales. Estaba convencida que eso no se aplicaba en la sanidad patria, que era un modelo muy americano y que además favorecía mucho las tramas para dar mayor dramatización.

Pues no. Resulta que sí se realizan este tipo de prácticas para diagnosticar, y cuando eres el sujeto diagnosticable...te conviertes en alguien muy pequeño mientras hablan de tus cosas como si tú no estuvieras ahí presente.

Después de tres meses de tratamiento para una enfermedad catalogada "rara" (lo fácil no es lo mío) sin que los resultados sean los esperados,  un médico que me fue presentado como el doctor House catalán, me cita en el departamento que dirige en uno de los grandes hospitales de Barcelona. No puedo seguir tratándote desde mi consulta privada, necesito ayuda de mi equipo. Si esto ha fallado no tengo la más remota idea de qué te está pasando. Deja la medicación y mañana a las 8:30 te espero en el hospital, llámame al móvil cuando llegues y ya te indicaré qué tienes que hacer.

No imaginaba a las 7:00 de la mañana, mientras me duchaba, que el tío iba a montar semejante tinglado. Me había comentado que quería la oponión de una colega suya, pero en ningún momento me había dicho que iba a ser el objeto de deseo de 4 médicos especialistas y 3 residentes coordinados todos por él. Marco su número al tiempo que hago cola en el mostrador que él me indicó el día anterior. Dile a la persona que te atienda que abra una urgencia, que prepare un despacho y que yo ahora bajo. Digo que sí a todo aunque pienso que no se trata de una urgencia, si después de un año y pico de peregrinación a distintos especialistas no me he muerto...muy urgente no me parece.
Una mujer con bata blanca dice mi nombre en voz alta desde la puerta de un despacho. A partir del momento en que tomo asiento todo se torna delirante. Me comenta que a partir de ahora ella llevará mi caso, que House coordinará a todo el equipo, y que pedirá la colaboración de todos los compañeros para desentrañar qué coño (literalmente usó la palabra coño) debe ser esa mancha.
Hacemos juntas el historial y luego empieza el desfile de personas con bata blanca por delante de la mesa del despacho. Toman fotos, tocan, miran los resultados de pruebas realizadas hasta la fecha... Parece el camarote de los Hermanos Marx hasta que llega House y nos pide a todos que nos traslademos a una sala grande de reuniones.

Veo escribir en una pizarra palabras procedentes del latín con nombres que acojonan, oigo diagnósticos que preferiría que no se confirmaran jamás, discuten, argumentan... y a mí me parece ver en las comisuras de sus labios una babilla que se les escapa del placer. Los residentes se entregan a tope, demuestran los conocimientos aprendidos con cierto toque de prudencia y siempre esperando la aprobación en la mirada de sus tutores. Uno que no debe haber llegado siquiera a la treintena, con aspecto de empollón, lleva un buen rato empecinado en mi zona genital. ¿Estás segura que no tienes rojeces, inflamación, secreciones (más allá de las normales)?. Repito una y otra vez que mi zona genital está en perfecto estado, y que no es por llevarle la contraria pero que no veo la conexión entre mi brazo y mi vagina. Los demás no apoyan su teoría, pero él insiste en preguntar por mis relaciones sexuales...hasta que deja de preocuparse por si me pica y me pregunta directamente por mis relaciones sexuales. Solo son las 10:00 de la mañana, no he desayunado y me coge con la guardia baja. Con total desparpajo le pregunto qué quiere saber, si necesita número de polvos, de polveros, frecuencia... estoy dispuesta a rajarlo todo. El mozalbete se sonroja ante mis palabras y las risas del resto de interrogadores y solo atina a decir que no, que no será necesario, y termina preguntando si realizo las revisiones ginecológicas puntualmente. Caso cerrado, mi alien no es de origen sexual (¡¡¡pues claro que no!!!).

Después de más de tres horas de debate e interrogatorio acalorado, confiensan andar más perdidos que antes de empezar. Alguien levanta la mano y pide una biopsia para poder afinar mejor. Consenso absoluto. Volveremos a vernos en quince días cuando tengan el resultado.
Si yo hubiese sido una persona del equipo, me lo habría pasado en grande. Si eso fuese un espectáculo en el que poder entrar pagando entrada, me tentaría. Haber estado ahí siendo arte y parte, mejor dicho, la peor parte, me ha dejado una sensación curiosa y terrible a la vez.
Más allá del caso clínico, que les pone perracos perdidos, ¿era necesario dejar todo un departamento sin especialistas para atender mi caso conllevando ésto más de tres horas de retraso en las visitas concertadas?; ¿es necesario que en mi ficha ponga "paciente preferente"?; ¿qué sacarán con este diagnóstico?
No nos engañemos, yo no soy la descendiente de Anastasia, no tengo enchufes ni padrinos (me consta que las listas de espera ahí son de más de cuatro meses), no conozco a House más que de habernos visto en la consulta tres veces... todo me huele a aprovechamiento, a que han encontrado una cobaya que les ayudará a publicar porque no hubo ningún atisbo de calor humano.
¡En qué mierda de ciencia deshumanizada se ha convertido la medicina!

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