sábado, 19 de octubre de 2013

El jueguecito del demonio

Todas las mañanas al salir del metro el recorrido hasta al matadero lo realizo como un autómata, sin pensar, sin mirar los semáforos, solo sigo el compás de la música que atraviesa mis oídos.
Pero miro, miro mucho. Creo. Eso dicen.
Durante unos días miré mucho a una panda de obreros que trabajan para una empresa que les hace ir vestidos a todos igual: camiseta roja con unas letras blancas en la espalda en las que puede leerse STAFF y vaqueros. Me parecía gracioso ver a unos 20 tíos todos vestidos igual dentro de un local gigante desvencijado y lleno de polvo. Miraba mucho durante el rato que esperaba a que se pusiera verde el semáforo para cruzar.
La hora en la que suelo pasar por allí coincide con su hora de café y cigarro, así que muchos están en la acera apurando sus pitis, liando sus pitis, mordiendo bocatas, hablando, o haciendo todo esto a la vez que miran sus móviles. (Sí Sinco, están poseídos por san whatsapp).

No hay un solo grupúsculo humano masculino que no se precie de tener un graciosillo. El que dice tonterías a todas y cada una de las mujeres que pasan por delante suyo durante esa pausa. El que recibe collejas y que es jaleado por sus congéneres cuando consigue una sonrisa, un saludo o un que te follen idiota.
Dado que miro mucho soy un blanco fácil para los graciosillos y el de este grupo es muy gili, pero que muy gili. De los incansables, de los que te apetece insultar, o mejor aún, dejarle como un imbécil delante de todos.
Una de las mañanas me soltó algo parecido a "podrías decir buenos días guapa, que nos vemos todos los días", le dije buenos días guapa. Risita nerviosa en plan me va a joder la graciosilla ésta.
Siguiente día: buenos días guapa. Risas y comentarios de te está bien empleado.
Siguiente día del siguiente día: buenos días guapa. Mirada de odio del graciosillo y descojone general.
Siguiente día del siguiente día del pentacostés: buenos días guapa. Risas y una mano que me tiende un vaso de café con leche del Starbucks. "Te lo mereces, le has callado la boca a este plasta".

Todas las mañanas posteriores a ésta antes de entrar tarde al curro he tenido un café con leche, he compartido el humo de un cigarro y he hablado del puto juego del demonio. Mi proveedor matutino de cafeína es un yonqui del Candy Crush, como servidora. Ambos estamos de acuerdo en que es una chorrada de juego, estamos de acuerdo en que odiamos jugar, estamos de acuerdo en que hemos aborrecido las gominolas, estamos de acuerdo en que estamos muuuuuuuy pillados... y que no podemos parar. Estamos de acuerdo en que es endemoniadamente adictivo.
Él tiene la aplicación en el móvil y mientras sus compañeros desayunan, hablan de fútbol o de mujeres o de lo que sea, él juega, apura vidas de gominola como si no existiera un mañana. Le cuento que yo me he negado a eso. Nada de jugar con el móvil, no, no y no. Sería demasiado incluso para mí.

El primer día de quedarme a compartir el café, que tan generosamente me ofrece en agradecimiento por haber dejado calladito a su compañero gili, vi que estaba a mitad de partida y empezamos a hablar de niveles como quien habla de acciones en la bolsa: joder el 59 me tuvo atascada hasta pensar en renunciar, yo odio los de recolectar avellanas, a mí se me atragantó el 73, qué nervios cuando no te ayudan a cruzar los puentes!!!... En todo momento con gran corrección y sin palabras mal sonantes. Al cabo de unos días, después de habernos dado los buenos días guapa me comentó que llevaba cinco niveles seguidos a la primera y que estaba on fire total. Que andaba preocupado porque se despertaba a media noche para jugar. 
Y no pude más. Confesé que llevaba más de una semana atascada en el 70. 
- Si supiera dónde encontrar al Sr. Candy Candy le comía la polla hasta arrancarle el truco para pasar de nivel.
Mirada de estupefacción. En menos de una semana ya he perdido las formas. Intento negarme que yo haya dicho eso.
- Pues no sé... chica yo voy por el 103 así que si puedo ayudarte...bueno...que que quería decir que...
- Ufffff otro día, es tardísimo!

Ayer, después de una semana sin vernos por una gripe que me ha dejado fuera de combate, al pasar frente el local me paré en la puerta y le busqué con la mirada... Todos vestidos igual y con tanto polvo es complicado dar a la primera con el sujeto. Un colega me vio y salió para decirme que su compañero llevaba un par de días destinado a otra obra. Vaya... pues nada.
- Oye, solo una cosa...si le ves, ¿podrías decirle que conseguí pasar el nivel 70 sin comerle la polla a nadie?
Esta mañana ya he tomado otra ruta... al menos hasta que finalicen las obras.

20 comentarios:

  1. Hostias tia, como te pasas. No me extraña que le hsysn cambisdo de obra, seguro que el paisano estaba a las 7 de la mañana esperandote. Siempre puedes preguntar cual es su nuevo destino....por eso de las gominolas....

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    1. Que me paso????? Por qué???? Fue sin maldad, fruto de la desesperación por no conseguir los objetivos... ya se me cruzará otra alma cándida en mi vida, pero lo de no tener un cafelito...mmmm eso me sabe peor

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  2. Yo ya estoy moviendo hilos y echando mano a mis recursos, que son vastos y numerosos, para localizar al Candy Candy y robarle la identidad.:)

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    1. jajajajajajajajajaja tus conexiones rumanas siguen teniendo valor eeeehhhh!!!! Pues oye, avísame que llevo no recuerdo cuántos días atorada en el asqueroso y puto nivel 83...avísameeeeee!!!!

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  3. Tras una dura cura de desintoxicación
    deje el tetris
    claro que no tenía
    tantos alicientes
    para obligarme a pasar pantalla.

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    1. No, el Tetris es una nimiedad ante el mundo golosina.
      Una vez estás dentro...no se sale fácilmente.
      Ya ves, incluso vendo mis grandes dotes artísticas por pasar de nivel.... dónde me tengo que ver!!!!

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  4. Creo que soy el único de mi grupo de fb que no juega a eso

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    1. Haces bien... sigue así, sé fuerte y no te dejes llevar por la tentación, me lo agradecerás.

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  5. Miramiramiramira......me voy a callar, pq mi comentario daría para un post enterito, con el puto jueguecito del averno....te lo dije, decirme a mí que no me metiera ahí era como decirle a un yonki "no entres ahí que hay una montaña del mejor caballo que hayas probado en tu vida".....eso no se hace amiga!!!!

    Yo paso niveles a módicos precios (no hace falta que me comas nada, o nada que no te apetezca, vamos...), ya lo sabes, si te ves muy apurada.....voy pallá!!!

    Kisses, darling grinder grijander Kitty.

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    1. Ya sebes que pienso negarlo todo con o sin presencia de mi abogado. Yo te lo dije con amor y cariño...pero mira, me alegro de compartir las adicciones contigo, una más que podemos comentar.
      Sincooooooooooo veeeeeennnn tengo un apuro de los goldos!!!! Hazme una promoción tipo las 3 primeras sesiones son gratis y luego ya....lo hablamos.

      Eptons yanki!

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  6. Me descojono todo. Por lo del gili, lo del café, el cruchi cruchi y las ofertas inconscientes de felicidad oral.

    Además de que yo voy por el nivel 208.

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    1. Efe... qué rabia das!!!! Pero mucha, mucha, muchaaaaaa. Tu me estás engañando. Ese nivel ni existe todavía y si existe me temo que habrás llegado ahí con las mismas malas artes que yo quisiera aplicar, solo que tú lo has hecho mejor porque le llamas de usted y por el apellido.

      Joooooooooooooder el 208...cuánto sufrimiento hay ahí detrás...bueno, o no.

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  7. Tenemos capacidad infinita para engancharnos a cosas: candycrush, café, semicorcheas, nicotina, alquitrán, comidas varias...
    Y lo malo es que un vicio no anula otro, ¡vamos sumando! Qué mal, qué mal, qué mal.

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    1. Sí. Sí a todo. No sé si todo el mundo es tan adictivo, pero los que los somos no podemos hacer nada de nada. Y tienes razón, la suma de vicios puede ser infinita... qué mal, qué mal, qué maaaaaaaaaaaaal.
      Aunque una cosa te digo, prefiero coleccionar una montaña de vicios que de virtudes...eso me hace más humana, creo.

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  8. Aish que llego tardeeeee.
    No quiero Candy Candy. Con las derrotas humillantes que vivo a manos del Sr. Morningstar al Apalabrados (que es un ser sin entrañas), ya tengo bastante enganche.

    Pero el post me parece lo mássssss. Y unas risas siempre vienen bien.

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    1. Nunca llegas tarde mi amoooooooool!!!!! (bueno sí, casi siempre, como yo)
      Aunque unas horas después de tu no quiero Candy Candy... ahí estabas so perraaaaaaaa, si te he dado hasta vidas!!!!!!!!

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    2. Soy un ser adictivo, qué quieres

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  9. No puede ser humillante algo tan placentero.

    Buenosí.

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  10. La guerra de sexos te para mal

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