jueves, 1 de mayo de 2014

El chantaje emocional es el arma de los pusilánimes

Las Másqueperras en pie de guerra, por rabia contenida, por incomprensión hacia tanto egoísmo, por estar hartas de tanta maldad encubierta, tanto lobo con piel de corderito, tanto cabrón y cabrona que se escuda en el desgarro para impedir el abandono.

No existe nada más bajo que el chantaje emocional.

Ni nada más triste que permanecer al lado de una persona por pena, miedo y compasión.

Cuando la felicidad al lado de alguien ha terminado o está a punto, hay que correr hacia delante sin ceder a la presión de aquél que, quizás sin mala intención pero con mucha mala leche, pone su vida en tus manos, sin pensar en las consecuencias de retenerte muy a pesar de todo.

Es fácil decirlo, cierto, y difícil tomar determinaciones, pero son necesarias. Tanto como el respirar.

Amar a alguien también es dejar marchar. Si amas, debes dejar ser feliz. Lo otro es tan ruín y cobarde que deja claro que solo te quieres a ti mismo, que prefieres atar a la persona "amada" bajo viles amenazas pese a su infelicidad. ¡¡¡¡Eso es feísimo!!!!. Y de un egoísmo e inmadurez que acojona.

No ceder a un chantaje no es cosa fácil, porque a menudo cuando se produce esa situación te pilla con la guardia baja, pero hay que tomar el toro por los cuernos. El AMOR, así en mayúsculas, se basa casi exclusivamente en la generosidad y la confianza. Cualquier cosa que rompa estas dos premisas hace que ese AMOR se transmute en pertenencia de la persona amada, o lo que es lo mismo, en tenerla atada por los cojones.

Se puede confundir lo que significa "amar" con "querer". Pero no se trata de una fina línea, amar es algo libre, voluntario, mientras que querer lleva implícito el creerse dueño de los actos y voluntades del otro. Cuando la posesión asoma, mal asunto, porque fagocitas a la persona que solo quiere estar ahí porque le apetece hasta hacerla aborrecer lo que tanto le gustaba. Y aflora el miedo y la duda y la responsabilidad, pero ya no queda ni pizca de lo que un día hizo que tu universo fuese el suyo.

Es paradigmático que más de una de las que aquí subscribimos esto hayamos vivido esta situación tan ruín y mezquina, tan angustiante, tan frustrante y... ¡¡¡de tan hijoputismo!!!
Así que, querida amiga, si nosotras hemos sobrevivido al chantaje (y esa panda de cretinos, también), tira millas. Sin pestañear.

Recomponerse lleva un tiempo, pero vivir en una cárcel y ser torturado psicológicamente no se supera tan fácilmente.

Corre y no mires atrás.



2 comentarios:

  1. Hay qué ver lo poco que conocemos a la gente, en el fondo. Piensas que son de una manera, y después salen por peteneras.

    Qué puto asco.

    NO TE DEJES

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  2. De ese círculo es muy difícil salir. Priorizar el bienestar propio a costa del bienestar de alguien con quien has compartido y a quien posiblemente aún le tengas cariño aunque solo sea por todo lo vivido en común.

    El chantaje emocional es de lo peor, sin duda. Saber estar por encima de él y seguir el propio camino requiere muchísima decisión y, sobre todo, fuerza (que es la que falla en ocasiones).

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