jueves, 20 de febrero de 2014

THE OMEN

Me abre la puerta desde la consulta. Entro y espero en la salita de la entrada donde hay una mujer sentada leyendo. Nos saludamos y cada una se entretiene con su libro. Al fondo se oyen voces y ruido de piezas o cosas que caen al suelo. Risas y más voces. Ninguna de las dos hace gesto alguno de prestar atención a lo que está sucediendo al fondo del pasillo.

En alguna ocasión me ha comentado que prefiere poner a los niños antes de mi hora porque la gente suele quejarse si debe coincidir con ellos. Yo no lo hago. A mí me da igual cruzarme con niños o tener que esperar. De hecho me gusta esperar y poder leer un rato, me sirve de break entre salir del curro y enfrentarme al diván.

Se oye un trote por el pasillo y aparece un niño que le dice a la mujer que vaya a la sala, que "ella" quiere hablar. Se lo dice en un tono casi militar, "dice que vayas, ella te quiere comentar no se qué". Cierra el libro, recoge sus cosas y desaparecen sin decirme adiós. Sigo con la vista en la lectura que tengo entre manos y puedo oír de nuevo voces, "espera ahí mientras hablo con tu mamá, ¡no la líes mucho!". 
El chaval regresa y deja su chaqueta y mochila en la silla y se planta delante mío poniendo su mano en la página que estoy leyendo. Le miro y me asustan sus ojos pero no parece que eso le intimide.

Niño - ¿Te haces pipí en la cama?
Kit - No.
N - ¿Insultas a tu madre?
K - No.
N - ¿Pegas a tu hermano pequeño?
K - No, tampoco.
N - ¿Por qué vienes, entonces?
K- mmmmmm... estooooooo... yoooooooo... porque estaba un poco enfadada con el mundo.
N - Aha.

Espero (deseo) que haya terminado el interrogatorio y que apartará su mano de mi libro. No lo hace y a cambio me dirige una mirada inquisidora.

N - No me gusta venir aquí. ¿A ti te gusta?
K - Psé... me gusta más ir al cine o a tomar algo con amigos. Pero tampoco está mal venir aquí.
N - Yo lo odio. Solo me gusta los días que dibujo... y cuando termino se lo dejo ver un minuto y los rompo en trocitos muuuuuuy pequeños.



Empieza a reírse y me parece un niño terrorífico. Parece un mini guerrero bárbaro, no hay ningún tipo de piedad en su mirada. También me recuerda, en pequeño, al personaje de Viggo Mortensen en "Promesas del Este", me turba. De repente decide desaparecer por el pasillo y yo lo agradezco profundamente, me incomoda su presencia. Creo que es la primera vez que tengo miedo de un niño. Intento encontrar el punto donde he dejado la lectura pero me siento demasiado dispersa y perturbada.


Regresa a la sala. Me mira fijamente y me arranca el libro de entre las manos. Lo cierra y lo deja en mi regazo mientras se sienta en el suelo frente a mí.

N - ¿A qué hora tenías que entrar?
K - Ahora
N - jajajajaaj pues vas tarde... (acompaña el comentario con una especie de corte de mangas). ¿A ti qué es lo que más te gusta hacer?
K - Ir a conciertos de los grupos que me gustan con mis amigos y ver los partidos del Barça.
N - ¡Pues qué palo!
K - ¿A ti qué es lo que más te gusta?
N - MolestaRRRRRRRRRRRRR y puteaRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR
K - ¡Pues qué palo! Con la de cosas que hay para pasarlo bien: jugar, leer, hacer deporte...
N - ¡Puaj! Leer da asco.
K - A mí me gusta...me gusta mucho.
N - A mi madre también. Y me pongo nervioso cuando lee. ¿Sabes qué hice para putearla? (sonríe y yo solo tengo ganas de salir huyendo) Pregunta, pregunta...
K - No, no sé qué hiciste. Supongo que nada bueno, me temo.
N - Le corté las páginas a casi todos sus libros. Me los cargué.
K - Vaya...yo me enfadaría mucho si me hicieras eso.
N - ¡Te jodes! ¿Y sabes qué hice para putear a mi hermano?
K - No, y no quiero que me lo cuentes.
N - Regalé su álbum de cromos FIFA cuando lo terminó, escondí el dinero de mi abuela y dije que había sido él quien lo había robado, le rompí el brazo y también le pegué una patada en....

Interrumpe la conversación porque su madre y la psicóloga se acercan. La mujer tiene los ojos llorosos y le pide que se ponga la chaqueta y se despida. Arrastra la chaqueta y la mochila, abre la puerta y se va hacia el ascensor. La psicóloga le pide que se despida y que haga un poco de caso a su madre, que han quedado en eso. Entra de nuevo al recibidor y tira sus cosas al suelo, las mira retadoramente y viene hacia mí. Me agarra del cuello de la camiseta para doblarme hacia adelante y me planta sendos besos en las mejillas dejando, a propósito, un reguero de babas.


Aunque luego la psicóloga que compartimos me explicara el origen de este comportamiento, ya no puedo dejar de pensar que he conocido el mal en estado puro.


19 comentarios:

  1. Dios mío, es Damien, desde luego.
    Cuando me cuentan cosas así no hago más que bendecir el suelo por dónde pisa mi enana y pensar en la puta suerte que tengo.
    Petons reina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los niños son niños, y tal condición incluye ser tocapelotas (algunos en grado mayor y otros menor).
      El caso de este chaval es terrible. No creo que sea frecuente encontrar a Lucifer en escala minúscula...
      Eptons guapa

      Eliminar
  2. Y si no se llama Damien se llama Chuky, eso seguro. Por cierto, eso de que se parecía al personaje que protagonizó Viggo en "Promesas del Este" pero en pequeño... Jajajajajajajaja. Menudo símil, eso solo se te puede ocurrir a ti, Kitty. Entiendo la inquietud que pasaste. Una vez, estando en la sala de espera del hospital, había un niño que me miraba como aquel de "El sexto sentido". De repente, unía sus puños y sin quitarme ojo de encima, los retorcía como si estuviera estrujando algo al tiempo que ponía una mueca de difícil descripción. :))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se llama "menuda desgracia me ha caído encima si yo solo quería un hijo y me fui a Rusia a adoptar"... En fin... puta lotería.
      En realidad era una mezcla de Promesas del Este + Una historia de Violencia (mucho más turbadora esta segunda y que además incluye el mejor cunnilingus de la historia del cine no porno).
      La descripción del tuyo tampoco está nada mal... otro angelito.
      No sé tú, pero a mí ver el "mal" concentrado en un cuerpecito tan pequeño me da mucho coraje, y sinceramente, no creo que haya mucha solución con este niño.

      Eliminar
  3. Joder tía, qué miedo leyéndote y qué miedo debiste pasar, coño. Puto niño :S

    Besotes :*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, sí, siiiiiii da mucho mal rollo mirar a unos ojos infantiles y ver tanta mala hostia. Con gestos absolutamente compulsivos y jugando a bajar la voz o ponerla aguda según le convenía...
      Una situación así te desarma absolutamente.

      Eliminar
  4. Estaba poniéndole la cara del de Este chico es un demonio. Pero leido lo leido, aquel era muy light en comparación con el tuyo.
    Como dice Miss S más arriba, hay que dar gracias de que no nos hayan salido así, aunque en ocasiones entren ganas de mandarlos bien lejos .
    Ksss miss K

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, como le he dicho a Miss S más arriba, vuestros hijos solo son niños y hay que practicar la paciencia y dejar que, de vez en cuando, sean cabroncetes.
      Esto que vi yo es harina de otro costal. Un psicópata sin arrepentimiento ninguno. Un horror, vaya.
      Ksss for you

      Eliminar
  5. Era yo muy joven cuando leí el libro, lo devoré, lo acabé una noche de verano. Al rato de apagar la luz y dejarlo bajo la cama una ráfaga (muy fuerte) de aire tiró la lámpara de noche sobre mi cama. Creo que el grito que di no se ha escuchado jamás en una película del género.

    (Verdad de la buena, que se me aparezca el puto Damien ahora mismo si miento o el primo suyo ese de la consulta)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te creo, te creo... no invoques a ese maldito que aún es capaz de aparecer y nos hacemos caquita los dos!!!

      Eliminar
  6. Demian está en la clase de mi hija pero no tiene ningún hermano...así que debe haber dos en Barcelona.
    De todas maneras ¿es normal que una psicóloga trate a niños y adultos a la par?¿no hau especialistas en infantil?¿y no debería ir a un psiquiatra?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no. Demians hay todas partes y seguro que en Barcelona hay más de dos.
      ¿Puede que sea yo la que va a un psicólogo infantil? No, ahora en serio. Es normal que un psicólogo tenga todo tipo de tarados de cualquier edad, y más si hace terapia familiar.
      Tampoco es cuestión de airear las intimidades del pequeño monstruo, pero al psiquiatra ya ha ido...iba medicado hasta las cejas y tampoco fue la solución al terror con el que viven todos.
      La solución para mí sería devolverlo... pero claro, eso no debo decirlo muy alto.

      Eliminar
  7. Hace unos años, un grupo hizo una prueba sobre psicopatía en UK. Compararon a delincuentes psicópatas de las cárceles con altos ejecutivos de Companies y tres grupos de control. Los delincuentes y los ejecutivos compartían un número impresionante de rasgos.

    Tu Chuki tiene un gran futuro en el sector financiero. Claro que primero tendrá que aprender a fingir mirada de buena persona.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajajaaaaa ¡¡¡¡mi chuki!!!! es la persona con la mirada más turbia que jamás haya visto.
      No dudo, en absoluto, del resultado del experimento.
      De hecho creo que la mayoría de banqueros que han "endilgado" preferentes a los pobres viejos y no viejos, deben tener esa mirada en la intimidad.

      Eliminar
  8. El mejor sicólogo, el cinto patriarcal (ni falta que hacía usarlo, muchas veces). Con las "tortas" empezaron las tonterías infantiles; berrinchazos, boicots, incipientes chantajes, etc. Ahora que se mean, directamente, en la boca de muchos padres, ni te cuento, y más, si se trata de un sobreprotegidísimo adoptado....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí tampoco me gusta mucho como se educa a los niños hoy. No me parece que el "tortazo" sea la solución aunque no soy contraria en algunas situaciones.
      De todos modos, creo que hay casos que son excepcionales, y me temo que éste es uno, en el que el resultado no depende mucho de lo que hayan hecho los padres...hay seres humanos defectuosos

      Eliminar
  9. ¿A quién habrá salido el "angelito"?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Supongo que a nadie... yo diría que es mitad "monstruito", mitad fruto del "alcoholismo fetal" y un mucho de poca habilidad educativa. La suma...nunca será suma, lo veo complicado salir de la parte negativa.

      Eliminar
  10. Los niños no saben lo que les espera, pobres..

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails