De todas las salas de espera que me toca pisar a menudo, hay una que me gusta especialmente. Una en la que no hay revistas, solo libros. En realidad prefiero las revistas para esperas de menos de media hora, y a ser posible el Hola!, pero tiene su encanto estar rodeada de libros y no leer ninguno, dedicarme solo a mirar los lomos y los títulos, darme cuenta que no sé nada y que probablemente me moriré sin haber conocido ni un 0,01% de todos los textos publicados.
El último día que estuve en esa habitación descubrí una colección de minilibros, había los de filosofía, los de clásicos, los de literatura iberoamericana... y en éstos me paré. Conozco poco la literatura del cono sur, de hecho me decidí a coger uno por el nombre del autor: Eduardo Galeano. No conocía nada de este tipo. Lo cogí con una sola mano, y empecé a pasar las hojas como si fuese un abanico, eran minirelatos contenidos en un minilibro. Me gustó la idea. La mínima expresión para decir las máximas cosas. Seguí pasando las hojas sin detenerme hasta que un título secuestró mi mirada poderosamente. "La pequeña muerte".
Ya sentada, con el libro abierto en la página de ese minirelato, casi me atrevería a decir microrelato, sentí que ese título, ese texto no solo secuestraba mi mirada. Qué precioso. "Nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces del dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele..." Me pareció brutal este primer párrafo, describe lo que significa amar de una manera tan poco edulcorada, que me pareció uno de los textos sobre el amor más bello que jamás he leído. Sí, anoté cada una de estas palabras en una receta médica que llevaba por el bolso, escribía rápido para que no me llamaran sin haber podido copiar el minitexto entero.
Una vez releído este primer párrafo, y martilleando en mi cabeza la gran afirmación que nacer es una alegría que duele, supongo que como amar, proseguí la lectura. "Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace". Tres líneas de texto que no me dejaron para nada indiferente. Amor y dolor siempre van unidos, aunque últimamente haya intentado creer lo contrario, como vivir y sufrir, nacer y morir... Siempre existirán las contrapartidas que nos joderán la partida inicial.
En fin, me dio tiempo a anotar el texto entero, haciendo una miniletra para que cupiera en el miniespacio que tenía en el papel y tomé una decisión. Que a partir de ese momento, haría totalmente caso a la máxima de "Lo bueno si breve, dos veces bueno". Al llegar a casa googleé el nombre de Eduardo Galeano, supe que se trata de un escritor y periodista uruguayo, muy famoso por sus frases célebres, un hombre mayor pero de gran atractivo físico, una especie de star system en su país. Dado que no soy nada compulsiva, dudo que tenga ahora la avidez de buscar más sobre este escritor, ni que quiera leer libros escritos por él. El azar me puso en las manos este texto, produciendo en mi un efecto de garganta seca. Me quedo con eso y sobretodo en la necesidad de compartirlo como acabo de hacer.
Galeano tiene estas cosas, a veces atrapa de tal forma que no puedes escapar. Qué bonito.
ResponderEliminarAnotado el nombre del autor, gracias por la recomendacion.
ResponderEliminarQué médicos frecuentas tú? Los del alma?
ResponderEliminarSobre la "pequeña muerte" (orgasmo) y sus derivados y prefacios Octavio Paz escribió un tratado, "La llama doble", sobre el amor y el erotismo...interesante, hay que leerlo. En México, "las muertes chiquitas" son los orgasmos...hay un proyecto, film incluído, sobre el sexo, el orgasmo,la violencia, el placer y el dolor, la muerte de las mujeres...interesante también.
ResponderEliminarCada día al despertarme sólo anhelo encontrar esa pequeña muerte una vez más en algún momento. Necesito morir para sentirme viva.
Pero qué traviesa eres JFSebastian!!! Sí, claro. Los médicos del alma los frecuento.
ResponderEliminarSinco, comparto contigo el anhelo de tener una "pequeña muerte" diaria. En eso estamos.
Preciosa entrada, Kitty.
ResponderEliminarVosotras subiendo el nivel literario del blog y yo con estos pelos ...