lunes, 12 de julio de 2010

LA LOCURA BILBAÍNA (nunca mejor dicho)

Sí señor, hemos vuelto. No estamos ni sanas, ni salvas, ni cuerdas... Qué cuatro días, virgen santaaaaa!!!!
De todo cuanto podamos recordar, ya que tenemos grandes lagunas mentales, han quedado algunas perlas que quedarán en la antología del másqueperrerío.

1.- BBK Festival, sin lugar a dudas, debe ser nuestra cita anual, sin discusión.
Qué gozada! Es uno de los sitios más flipantes para estar en un concierto, lo tiene todo: buena música, buena gente, ladera farlopera, menos calor que en el resto del mundo... Y claro, te dejas llevar, y se bebe como si no existiera un mañana. Pero el jodido "mañana" existe, y te llama a la puerta, y tú no estás ni pá recibirle ni pá ná. Les tocó el turno a Rammstein y con ello el desenfreno total. Ciegas, cieguísimas, viendo y oyendo a los alemanotes cachas en su espectacular lujuria de decibelios y pirotecnia. Y cuando todo estaba encendido se puso a llover, a diluviar. Qué increíble sensación la de estar bailando bajo la lluvia con ese sonido ensordecedor, formando parte de una macro fiesta de misses i misters camisetas mojadas. Fue IM-PRE-SIO-NAN-TE. Glorioso. Incluso la parte más trágico-cómica, como la de perder las gafas en pleno desenfreno, acabó siendo de risotada. Y es que nos creemos que aún tenemos las tetas turgentes como cuando teníamos 20 años, y no. Kittyfollen se quitó las gafas poque con la lluvia no veía nada, y la muy ilusa se las puso en el canalillo, colgaditas como si estuviera dando una vuelta por el Retiro, ¡pero es que estaba saltando y moviendo la cabeza como una posesa!, así que las gafas salieron disparadas (tampoco se sabe muy bien cómo se dio cuenta que las había perdido porque entre el ciego etílico y el real era para no darse cuenta). Y allí estábamos, con los mecheros, como los enanitos de Blancanieves buscando unas gafas entre miles de pies y personas, con los melenudos diciéndonos que qué estabamos buscando. Y es que Kitty casi se deja los ojos en Bilbo. Finalmente una alma cándida las encontró antes de pisarlas y se las guardó por si encontraba al Mr. Magoo que las había perdido. Kitty se puso tan contenta que sólo le faltó ponerle un piso al muchacho.

2.- Con tanto meneo y bailoteo, sin haber cenado y habiéndonos empotrado más litros de cerveza de los que deberíamos, entramos en modo ataque de hambre on. Algunas más rabioso que otras, pero hambre al fin y al cabo. Al bajar del monte rockero ya vimos que las posibilidades de encontrar comida eran muy bajas o nulas, pero no somos de fácil desaliento. Una vez en la pensión, Kitty vio claro que no podría dormir con el estómago vacío, así que prometió a las másques que volvería con comida, por la gloria de su madre y de todas las madres. Se dio a la calle, vacía, completamente vacía, y después de andar un par de calles sin coincidir con nadie (ni un triste perro), encontró delante la puerta de un horno a dos hombres que estaban charlando. Se plantó delante de ellos y les espetó un escueto "tengo hambre". Ella es así de clara y concisa. Subieron la persiana y la hicieron pasar, sólo podían ofrecerle cruasanes, le envolvieron 3 y quedaron en que no podían cobrarle por no se sabe qué extraña razón. El paquete se las traía, pesaba bastante. Así que al llegar a la habitación y enseñar el botín, casi nos dio un ataque de morirnos. Eran los cruasanes más grandes que jamás hubiésemos visto, ni siquiera pudimos comérnoslos enteros. Obviamente fueron bautizados y para siempre de los jamases, cuando nos refiramos a ellos, van a ser los cruasanes austrolopitecus. Es que estos vascos son la polla!!!

3.- Spa Metropolitan, nuestro salvador. Estamos para que nos lleven al desguace. El dolor de la musculatura cervical es insufrible, no podemos mover nuestras cabezas, vamos por las calles como troncos, intentando no marearnos a cada movimiento. Con apenas 4 horitas de sueño semi-reparador intentamos vivir, sabiendo que ese "jodido mañana-hoy" ha llegado. Por la tarde decidimos hacer un tratamiento de shock: visita al Spa para relajarnos y volver a ser personas pensantes.
¡Hemos conocido la gloria!
Quien haya inventado el mundo de los chorros y las burbujas se merece el nobel de la felicidad. Esos chorritos juguetones, puestos estratégicamente para satisfacer los más hondos placeres, fueron la delicia más deliciosa que se podía tener en ese momento. Aún no entendemos como no nos echaron, la gente intentando relajarse y nosotras riéndonos a mandíbula batiente con los chorros penetrándonos por todas partes: "ponte en este, así en cuclillas que te masajea la zona perianal..." Grititos de placer. Quizás nos relajamos demasiado, pero es que era muy necesario. Lo malo es que nos hemos enamorado del Sr. Spa, habrá que volver...

4.- Sinco ha vuelto bautizada como "ets una màquina de tocar el collons", o lo que es lo mismo "eres una máquina de tocar los cojones". Desde el respeto y el cariño, pero es que no para de mandar, joder cómo le pone tenernos ocupadas. Aún así parece que el término no le desagradó. Pero es que había que verla, hablando por teléfono y al tiempo dándonos instrucciones sobre si el volumen estaba alto, que si hacía calor y había que abrir la ventana... En fin, una tocahuevos encantadora.

5.- La calle del Perro, las esculturas de perritas en la escalera de la pensión del Sr. M, montones de perros paseando por la calle... Coño, es que es nuestra ciudad! estamos en casa. Hasta hemos decidido indultar a Puppy, ¿qué harían luego con la casita del perro?, estos vascos serían capaces de derribar el Guggenheim si les tocamos al chucho ... pero es que es feo, muy feo, una mácula para la raza canina. Como apunte cultural (aparte de beber, también sabemos hacer otras cosas), decir que hemos descubierto un escultor que nos ha encantado, Anish Kapoor.

6.- Callejear y beber. Dos grandes verbos que en Bilbo se conjugan sin parar. Qué cara de ociosa tiene la gente, o exportamos el modelo o tendremos que acabar yéndonos para allá a vivir (alguna de nosotras no lo descarta en absoluto). Estamos alojadas en las Siete Calles, zona peatonal que a partir de las 7 de la tarde es, literalmente, tomada por hordas de gente que bebe en la calle. Están ahí con los chiquillos correteando y ellos dándole al Txacolí y a la cervecita, qué bien se lo montan.
Hemos descubierto que Karl Sagan en estado etílico es vasco. Qué gran personaje, sólo está más o menos entero, unas horitas por la mañana. Gran profesional del bebercio.

7.- El colmo de la masqueperrez (si es que tanto desenfreno no podía ser bueno): decidimos pasar la última noche de fiesta, sin preocuparnos por el dormir. Lo suyo era quemar todos los cartuchos y teníamos unas 6 horas para dormir en el tren en clase preferente. Pues... se nos fue la mano, o el codo o lo que fuese, y pillamos tal caraja que... perdimos el tren. Nunca jamás perdáis un transporte en Bilbo. Es muuuuuuyyy complicado poder irse. Así que, sin tren hasta el día siguiente, los autocares saliendo a las 23 horas siendo en ese momento las 8 de la mañana, los vuelos saliendo por la tarde a unos precios que parecía que quisiéramos ir a Bora-Bora, y sin muchas más opciones, como Thelmas y Louises decidimos alquilar un coche. Esta fue una labor árdua y complicada, hasta le costó más de una lágrima a la pobre Lagarta. Si es que ya lo hemos dicho otras veces, en este santo país se come bien, se bebe bien, a veces se folla bien, pero se trabaja mal, muy mal.
Contactamos con Atesa por teléfono para alquilar un coche, el precio nos pareció bien e hicimos la reserva. A partir de aquí el número de despropósitos por minuto sólo iba en aumento, y el dolor de cabeza y la resaca, también. Eran las nueve de la mañana y nos dijeron que había que esperar hasta las dos, por lo menos. Pero, ¿por qué? No hay respuesta válida para esto. Si bien hicimos la reserva por teléfono, quedaron en mandar la confirmación por correo electrónico. Bien. Pues vale. Cual es la sorpresa de Salamandra, que cuando se acerca al mostrador para conocer el estado de la reserva e intentar agilizar que nos dieran el coche antes, se topa con un carapolla que sólo ponía pegas. A todo esto, ya le habían cobrado el alquiler y aún no habíamos tocado ni las llaves!!! Así que cuando el tío le soltó: "tienes que traer impreso el bonus, o reserva confirmada por e-mail o te volverán a cobrar el alquiler del coche" a Salamandra le empezaron a brotar unos lagrimones rabiosos. Quizás en un estado de menos cansacio, nos habríamos reído en su cara, pero es que no se puede aguantar, de dónde coño quería que sacáramos una impresora? Y el carapolla impasible, sin dar su brazo a torcer, diciendo que aunque no nos lo pareciera eso tenía su lógica. En fin que todo fueron facilidades. Y es que haber perdido el tren pues... sí fue culpa nuestra, pero que de repente todo se ponga tan cuesta arriba y te sientas secuestrada, y hayas pagado y te vayan sodomizando sin vaselina ni nada, duele.
La vuelta mejor ni la contamos, resacosas y sin dormir, pero eso sí, ya en el coche y pensando donde podríamos encontrar una impresora por el camino, no perdimos la carcajada.

En fin, que ha habido grandísimos momentos, muchos más de los que aquí salen, pero no tenemos el cuerpo para poder narrarlo mejor, y sobretodo tenemos la mente en un estado un poco precario. Lástima que una llamada hizo que tuviésemos que presenciar como una de nosotras se rompía por dentro y lloraba a mares, sin consuelo posible. Duele ver a alguien enamorado tener que renunciar a ese amor de la manera más zafia, con total impotencia. Se recuperará, lo sabemos bien, pero ese dolor se podía haber evitado.

7 comentarios:

  1. Joer, vuestro relato me hace recordar viejos tiempos no sé si ya finiquitados pero de momento al menos algo apartados... Esas noches gloriosas que parecían no terminar si no era con la muerte súbita y fulminante de cualquiera de los participantes... Esas vueltas a casa como fuera y de cualquier manera... ¡Como las hecho de menos! (Solo a veces, pero esas veces intensamente)

    Lo de la llamada intempestiva, lo de ver cómo alguien que aprecias se rompe y se desmorona delante tuyo, eso por desgracia lo he vivido varias veces. Y duele. Y jode. Pero nada se puede hacer, sino juntar los pedazos de corazón roto y ayudarle a rejuntarlos...

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  2. ¡no veo la foto!
    masque encargada de subir el relato al espacio sideral ... arréglalo pls!
    Chicas, todavía tengo el cerebro cocido y han pasado ya dos noches en las que se supone que debería estar recuperada ... pero no me arrepiento y volvería a hacerlo todo exactamente igual. Todavía me quedan neuronas, qué coño ...

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  3. Lo mejor de todo es la suerte de ser amigas, de querernos tanto y de ser tan perras....os quiero mucho, sois lo mejor.

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  4. Juro por la virgen santísima, que a partir de ahora, siempre beberé como si existiera el mañana.

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  5. Mañana no existe, gata. Mañana existirá mañana, pero entonces ya será hoy. Carpe diem quam minimum credula postero.

    Me alegro de que disfrutarais y os lo pasarais teta. Me encantan las tetas. Espero que hayáis recargado esas baterías, y no me refiero a las de los consoladores, y que aún tengáis más historias que contar. Me tenéis aquí aburridito con este calor, a veces tan insoportable y a veces tan cachondo, así que reponeos y a la carga con esa imaginación.

    A la desafortunada, mucha fuerza, y si necesitas a un maromo que te caliente la cabeza para olvidar al necio, ya sabes dónde me tienes, en la perrera.

    Os he echado de menos, másqueperras, que sois unas másqueperras ;)

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  6. Pues qué pasote de juerga,no?
    Me alegra comprobar una vez más lo que ya sabía hace tiempo: que la naturaleza del hombre triunfa por más que el discurso del Amo quiera dominarla.
    A ver si puedo apuntarme a la irresponsabilidad en la próxima "escapadita".

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  7. JF, es que nosotras, puestas a ser "naturales" somos las que más ... ;-)
    A ver si aparte de a juergas futuras, te apuntas al masqueperrerío ilustrado reina. Que te escribas algo, vamos.

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