Anoche, mientras me roneaba en el sofá tomando el penúltimo café antes de ponerme una película que resultó ser una ñoñez suprema ((500) días juntos), zappeando di con el programa "1000 maneras de morir". Sí, ya lo sé, se necesita tener un alto nivel de frikismo para verlo, pero a veces salen casos tan estúpidos e increíbles que me paso el rato riendo sin poder parar. Entre los de ayer, uno llamó mi atención. El caso de "Typhoid Mary".
Mary Mallon, asesina en serie sin querer queriendo, arma letal viviente. Os lo cuento.
Mary nació en 1869 en Irlanda y con 15 años se marchó a Estados Unidos a buscarse la vida, como tant@s otr@s. Durante el embarazo su madre contrajo el tifus, y ella nació siendo una portadora sana de la bacteria de la fiebre tifoidea. Fue el primer caso conocido en aquél país.
Empezó a trabajar de cocinera y fue dejando un rastro de infectados y muertes por allí donde pasaba, cual "máscara de la muerte roja" pero sin tanta elegancia.
Estaba claro, ella contagiaba a las personas que estaban en su entorno, lo sabía, seguro, me juego lo que querais, pero le daba igual ocho que ochenta. Casi siempre trabajaba en casas de gente bien y yo creo que debía disfrutar de lo lindo viéndoles echar los higadillos por la boca (y otras escatologías que os voy a ahorrar). Cochina lo debía ser un rato largo, porque la bacteria se transmite a través de la orina y de las heces, no quiero ni imaginar qué tipo de Avecrem le echaba a los guisos que les preparaba a los señoritos con tanto amor y dedicación.
La policía empezo a seguirle la pista pero ella se negó rotundamente varias veces a cederles una muestra que pudiera ratificar la teoría de los investigadores. Finalmente consiguieron demostrarlo (no queramos saber cómo obtuvieron aquella muestra...) y la condenaron a tres años encerrada en un hospital, en cuarentena y se le prohibió tajantemente volver a trabajar con comida para el resto de sus días.
Al salir, desobedeció. Se cambió el nombre y entró a trabajar en un hospital de mujeres, volviendo a causar la muerte y el contagio. Aquí es cuando yo me planteo su psicopatía y pienso...."qué jodía cabrona eras, Mary Mallon, haces que Tyler Durden y su Club de la Lucha parezcan unos aficionados de guardería echando lapos en la sopa del restaurante,...niñatos...".
Ahora, por un momento, imaginaos tener una mini célula de "marys mallons" cocineras de alto copete y enviarlas a trabajar, por ejemplo, al Palacio de la Zarzuela, a la Casa Blanca, a casa de los Beckham, a la cafetería del Congreso de los Diputados, a darle de comer al perro de mi vecino que me tiene hasta los mismísimos.....me rio yo de las armas de destrucción masiva que había/hay/hubiere/habiendo en Irak. Juegos de niños, lo que yo os diga.....
Mary Mallon, asesina en serie sin querer queriendo, arma letal viviente. Os lo cuento.
Mary nació en 1869 en Irlanda y con 15 años se marchó a Estados Unidos a buscarse la vida, como tant@s otr@s. Durante el embarazo su madre contrajo el tifus, y ella nació siendo una portadora sana de la bacteria de la fiebre tifoidea. Fue el primer caso conocido en aquél país.
Empezó a trabajar de cocinera y fue dejando un rastro de infectados y muertes por allí donde pasaba, cual "máscara de la muerte roja" pero sin tanta elegancia.
Estaba claro, ella contagiaba a las personas que estaban en su entorno, lo sabía, seguro, me juego lo que querais, pero le daba igual ocho que ochenta. Casi siempre trabajaba en casas de gente bien y yo creo que debía disfrutar de lo lindo viéndoles echar los higadillos por la boca (y otras escatologías que os voy a ahorrar). Cochina lo debía ser un rato largo, porque la bacteria se transmite a través de la orina y de las heces, no quiero ni imaginar qué tipo de Avecrem le echaba a los guisos que les preparaba a los señoritos con tanto amor y dedicación.
La policía empezo a seguirle la pista pero ella se negó rotundamente varias veces a cederles una muestra que pudiera ratificar la teoría de los investigadores. Finalmente consiguieron demostrarlo (no queramos saber cómo obtuvieron aquella muestra...) y la condenaron a tres años encerrada en un hospital, en cuarentena y se le prohibió tajantemente volver a trabajar con comida para el resto de sus días.
Al salir, desobedeció. Se cambió el nombre y entró a trabajar en un hospital de mujeres, volviendo a causar la muerte y el contagio. Aquí es cuando yo me planteo su psicopatía y pienso...."qué jodía cabrona eras, Mary Mallon, haces que Tyler Durden y su Club de la Lucha parezcan unos aficionados de guardería echando lapos en la sopa del restaurante,...niñatos...".
Ahora, por un momento, imaginaos tener una mini célula de "marys mallons" cocineras de alto copete y enviarlas a trabajar, por ejemplo, al Palacio de la Zarzuela, a la Casa Blanca, a casa de los Beckham, a la cafetería del Congreso de los Diputados, a darle de comer al perro de mi vecino que me tiene hasta los mismísimos.....me rio yo de las armas de destrucción masiva que había/hay/hubiere/habiendo en Irak. Juegos de niños, lo que yo os diga.....
Y digo yo, a lo mejor esa bacteria también daña la sesera y por eso se volvió "asesina".
ResponderEliminarLo malo es que ahora nadie la diñaría de tifus, que si no ... JA. A más de uno se le habría ocurrido ... como aquel cirujano que contagió de hepatitis C a nosecuantos ...
ResponderEliminarEse programa es un filón. Yo recuerdo con cariño -ya os lo conté- a los que la diñaron por esnifarse una raya de hormigas rojas vivas. O aquella a la que le abrieron la cámara de descompresión en la que estaba atemperándose después de hacer una inmersión, y que literalmente, explotó ... ains. Dolor.
¡eh! ¡Eh! mas respeto por el señor Tyler Durden. Que yo ni sabía que se podía hacer jabón de la grasa humana.
ResponderEliminarPseudo: la sesera no sé se se la daño la bacteria o la perra vida que debía llevar, la pobre, que eso de que a una la exploten, pone mu loca.
ResponderEliminarLagarta: calla, calla, que aún recuerdo con estupor el caso de aquella tipa que le gustabab que.....cuando....mientras...bueno, tú ya sabes de qué te hablo, "arrojafilia" a borbotones.
DDmx: que siiiii, yo adoro a los dos Tyler Durden, pero no me digas que sus meaditas en la sopa al lado de lo de esta mujer, que es tecnología punta, no se queda un poco en bragas.
¡Qué peligro tienes! Mira que deseatle eso a nuestra familia real con lo campechanos que son ;)
ResponderEliminarEvidentemente, donde dice deseatle dice desearle.
ResponderEliminarEnricperezblog:¿se te ocurre algún sitio mejor donde lanzar bacterias mortíferas?...en este, nuestro cutreblog, también somos muy campechanas, no hacía falta la corrección. De todos modos, te honra tu pulcritud. Gracias por leernos.
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