martes, 21 de febrero de 2012
CREADORES
Creo poder afirmar con rotundidad que nunca he asistido a un proceso más fascinante que el de la creación de una novela.
Fui invitada, hace tres años, a leer una novela mientras estaba en proceso de elaboración. La autora me mandaba los capítulos como si de fascículos se tratara. Luego le hacía comentarios, básicamente sobre la estructura porque resultaba fácil perderse dado al alto número de personajes y la forma como se articulaba.
Sé de buena tinta que el guión de la novela se gestó durante largo tiempo, que el proceso de escritura fue duro. Igual que pude comprobar que es osado decidir que intervengan comentaristas en ese período porque te obligan a repensar, a realizar o descartar cambios, y más si este proceso lo están haciendo paralelamente 3 personas de edades, mentalidades y vínculos con la escritora, completamente diferentes.
Se trataba del segundo libro. Un gran reto porque el primero tuvo una crítica exquisita tratándose de una obra novel de una tipa que no procedía del mundillo. Porque daba el salto del relato corto a la novela. Porque ahora tenía agente literario que la presionaba para llegar a tiempo a presentarla a cualquier premio antes de su publicación. Se dedicó durante 14 meses a ésto, se lo tomó como un trabajo.
Cuando leí el último escrito le puse una nota al pie de página: "Hazle caso al agente. Preséntala a algún premio. Es cojonuda. No sé si tiene grandes posibilidades de ganar, pero es muy buena." Tenía el compromiso de una editorial que estaba dispuesta a publicarla si no salía ganadora. Pero ganó. Ganó el Premio Ciutat de Tarragona de novela Pin i Soler. Se publicó y tuvo una agenda de lo más ajetreada durante un mes antes de Sant Jordi.
Luego vino la invitación para que leyera una parte de la novela el día de la presentación de la misma. No supe decir que no. A cambio pedí que me dejara escoger aquellas páginas que me habían conmovido, las que me presentaban a un personaje que me parecía mágico. Quizás el más incomprendido de todo el elenco, quizás el de más sombras. El de una mujer que se abandona cuando decide que no puede vivir sin el marido arrebatado por una bomba lapa. Que deja de hablar, de comunicarse con el mundo exterior. Primero tuvo sus dudas acerca de la elección pero finalmente accedió encantada. Vencí la vergüenza como buenamente pude y leí para una sala llena. Al terminar miré los rostros de aquella gente y sus ojos estaban brillantes, emocionados.
La editora me comentó que tenía huevos que una casi desconocida llenara con más de 200 personas el aforo de una sala para unas 100.
Pero no se puede vivir de esto si no escribes best-sellers. Después de tres años tiene en marcha una novela que, esta vez, no ha compartido. Escribe cuando puede, cuando tiene vacaciones o cuando tiene la imperiosa necesidad de hacerlo. Pero no se vive de ésto ni ganando premios.
Ayer le dije a mi hermana que necesito que la termine ya. Poder leer cosas inéditas es adictivo. Ayer mi hermana me contestó que con la reforma laboral, y siendo autónoma, no puede rechazar los cursos que le ofrecen financiados por fondos europeos y que de ello come.
Qué jodido es tener talento en un mundo de lobos y en un mercado tan endogámico y lame culos.
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Pues es alucinante, sí, a mí me pasó tres cuartas de lo mismo. Asistí a otro proceso de creación de una novela y el autor trabajaba más de 10 horas al día, una auténtica bestia. En fin. ¡Besos!
ResponderEliminarPues sí, qué jodido es tener talento y que no sea valorado. Esto pasa en muchos ámbitos, diría que en todos. Y es que no es suficiente ser talentoso, sino que HAY QUE TENER PADRINOS. Es así de cierto. Y de asqueroso.
ResponderEliminarAy, qué familiar me suena esto, los goliardos tenemos al pobre Profesor Marmordo en un sinvivir, mandando sus novelas (cuyo proceso de creación es, en efecto, apasionante) a concursos que no gana y de los que ni siquiera recibe respuesta. Las únicas críticas que recibe son las de sus amigos, que tratamos de alentarle porque lo que escribe nos parece muy bueno, aunque probablemente no seamos objetivos, pero tenemos la desagradable impresión de que para vivir de la escritura el talento no es lo más importante, a veces no parece ni siquiera un requisito...
ResponderEliminarParticipar de forma activa en cualquier proceso creativo y acabar compartiendo el éxito de su resultado debe ser fascinante.
ResponderEliminarLamentablemente estamos en un mundo de sátrapas y sumisos mezquinos. No siempre se abre paso la calidad o el talento, desgraciadamente la mezquindad y el oportunismo es más ágil. Al menos es confortable dormir tranquilo, aunque sea en lo relativo a la conciencia.
Tú tienes talento, anímate Kitty.
ResponderEliminarEnhorabuena a tu hermana por contrastar que lo que escribe no sólo te gusta a tí ;) Y ánimos para no dejarlo e ir tirando a ratos libres si eso es lo que la llena.
ResponderEliminarY esas birras para cuándo? ^_^
El talento no siempre va unido al éxito y viceversa...por desgracia demasiada viceversa, más de la que nos merecemos. A tragar y a callar, ¡viva Lady Gaga!.
ResponderEliminarKisses, darling Kitty.