jueves, 16 de febrero de 2012
NO MORE WORK, PLEASE
Empecé la semana con el peor pie de los posibles pies. Supongo que debió ser el izquierdo, qué sé yo.
El lunes amaneció complicado, con nubarrones negros y acabó con una tormenta que casi me ahoga. No podía dormir, por mi cabeza solo pasaban imágenes de mí empuñando un pistola. Mentalmente me cargué a más de la mitad de las personas que comparten mi día a día.
El martes tuve que afrontar que seguían vivos. Que quizás es cuestión de meter bombas y no de disparar. Resolví la mierda que me había fagocitado el día anterior. A media tarde miré el cielo y las nubes se disipaban dando paso a grandes claros.
El miércoles volví a sonreír. Me relajé y aguanté con gran sentido del humor una especie de reunión, en la que yo actuaba de informante. Miraba la cara de los 8 gilipollas que tenía delante y no podía dejar de darme prisa, mentalmente, para abandonar este puto trabajo que aniquila mis neuronas, mi paciencia y sobretodo, mi alegría de vivir. Luego le endiñé a mi psicóloga una sesión de 88 minutos. Supongo que no hice ni un punto y aparte porque no osó cortarme. Me oí diciendo "y eso es todo. Ya está bien de ser tan gilipollas".
Este noche he soñado que entraba en el despacho de mi jefe y le decía que en 15 días abandonaba el curro. Luego salía del despacho y convocaba a todos los compañeros en la sala de formación. Les comunicaba que me largaba en dos semanas. Que me iba hasta los cojones de todos y cada uno de ellos. Que me hubiese gustado irme con una despedida sentida, a lo yanqui, con fiestecita y regalitos, pero que solo de imaginar un abrazo o un beso de cada uno de ellos me entraban náuseas. Amén del mal gusto que tienen para regalar cosas, con la puta manía de encasquetar ositos de Tous, que se podían meter el osito por la entrepierna o por el túnel del terror, allá ellos donde más les guste. Les miraba a la cara y les decía que durante esas dos semanas me dejaran tranquila, que solo las cumplía porque el convenio me obliga, pero que ya estaba fuera de servicio. Aproveché para indicarles que, a partir del momento en que cruzara la puerta para no volver a entrar en ese despacho, que no tuvieran ni la más mínima intención de contactar conmigo, que yo de ellos no lo haría (además sin dudarlo). Y nada, me quedaba como dios.
Hoy jueves he vuelto a recibir un manotazo brutal al abrir los ojos. Tarde. He llegado una hora y media tarde porque les estaba mandando a cagar en sueños.
Mañana viernes, no. No haré que los sueños sean realidad. Pero seguiré trabajando en ello. Y si alguien se pregunta, ¿lo hará? La respuesta es: of course!
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Solución: Que los sueños se hagan realidad. Coge una escopeta, entra en la oficina y cárgatelos a todos.
ResponderEliminarTe sentirás satisfecha y por fin soñarás con prados verdes y angelitos revoloteando, como lo lees.
¡Hurra!
ResponderEliminarY nosotras estaremos esperándote con sendos chintonis celebratorios, ¡no lo dudes!
De todas maneras, al trabajo hay que ir a ganarse las garrofas, no a perder la salud. No te dejes. No dejes que NADIE te robe la paz.
;-)
Yo con chintonis no, pero con una gran birra en la mano... fijo. Es una putada que donde pasamos la mayor parte de las horas del dia sea un infierno...y encima tal y como estan las cosas, parece que uno no se puede quejar. Creo que hemos de escuchar a nuestro pepito grillo de vez en cuando. Besos!!
ResponderEliminarMe encanto tu entrada!! Cuantos no quisieran hacer lo mismo. Es horrible trabajar haciendo algo que no te gusta y con gente que desprecias. Hace tiempo me pso lo mismo y tuve la oportunidad de independisarme, tiene su recompensa. Animo, lo haras "of course"
ResponderEliminarOlé tus webos ¡¡ como bien dice Salamandra el trabajo es para ganarse les garrofes, no para perder la salud.
ResponderEliminarHace unos años hice lo mismo,a mi si que me hicieron cena con ramo de flores incluido, que tuve a bien recomendarles que se lo metieran donde amargan los pepinos, y me quede de un a gusto jamia que ni te imaginas.
Lo dicho olé tus bemoles.
petons.
por fa...si cuando consumes tu sueño te sobra algún cartucho no se te ocurra tirarlos a la basura...mandamelos inmediatamente
ResponderEliminarbesos mancos ¿o la manca eres tu?
oh, vamos... los dos sabemos que la unica manera elegante de marchar es irse sin decir ni adios. todo lo demas acaba siendo, como despedida, un autentico fracaso, un fraude.
ResponderEliminarYeah!!!!!, sí, por favor, montemos nuestro chiringuito gintoniquero en Formentera DE UNA PUTA VEZ....y si hay que sacarte de la cárcel lo haremos, pero llévate por delante a quien se lo merezca, banda de lerdos impotentes.
ResponderEliminarTe quiero.
Kisses, darling Kitty.
Todo está bien para lo que bien acaba.
ResponderEliminarTe recomendaría, si es que aceptas la recomendación y yo sea alguien con capacidad para recomendarla, leyeras "el arte de la prudencia", de Baltasar Gracián.
Al margen de lo dicho arriba, por mí, siempre nos queda aquello de: Para lo que me queda en el convento, me cago dentro.
Pero es mejor lo que alguien te recomienda más atrás: No hay mejor desprecio que el no hacer aprecio.
Pero ten en cuenta que todos, absolutamente todos - lo demás sería hipocresía - , incluso los de la Zarzuela, se hartan de hacer lo mismo. Preguntémosle al hombre y a sus ayudantes que pintaron las cuevas de Altamira si no estaba harto/a? Haces bien exponerlo, todo lo que se suelta en sueños, luego despierta resulta más llevadero. Aquí estamos para leerte y si lo deseas , sólo para escucharte.
Seas siempre feliz, sin o con ginkases, de naranja o de limón.
[Ah, los ladrillos al estar cocidos son menos pesados que el adobe. También, el término ladrillo era empleado por los paracaidistas para referirse a un tipo de campana de aterrizaje sin apenas maniobrabilidad; esto es, aquel paracaídas de baja altura y de seda tipo hongo. Ladrillo, qué no ladrido]
Enormes saludos con deferencia…gracias
El mercado laboral en este país da bastante asco, no sé si en otros es tan penoso. Da miedo dejar un curro por la imagen que se da y por lo chungo de conseguir otro. Creo que hay que plantarse, pero luego soy el primero que pringa.
ResponderEliminarUna amiga empezó ayer un trabajo que atentaba contra su ética, iba a abusar de su tiempo y tenía mucha responsabilidad por cobrar 1.000€. Lo ha mandado a la mierda, pero intentó convencerse todo lo que pudo de que no podía decir que no. Así nos va...
Anónimo: Pues así sea! Sin más dilación
ResponderEliminarSalamandra: a veces necesito eliminar, aunque sea mentalmente. Sabes que para mi, trabajar, es la vía para poder vivir, que no vivo para trabajar. No sufras, no he cambiado.
MásDamm: hooooola guapa! Pues sí, hay que escucharse más y ser atrevido. Solo me queda dar el salto, eso sí, repartiendo hostias.
Marilyn: gracias! sí, sí, claro que haré algo. No soy de quejarme y bajar los brazos, más bien soy un modelo "madelwoman". De acción, vamos.
Maria: no necesito ni comunicar que no quiero teatro del bueno. Con una "mala mirada" de las mías, queda todo explicado. Es que cuando no soporto a alguien... coño, que no lo soporto!
ecdlc: bien, pensaré en ti, compartiremos munición. Y por lo que respecta al manquismo... pues no importa quien de los dos sea el manco, de hecho, será el que más sonría mientras escribe. Tú ya me entiendes.
Cabin Fever: juas, bonito nombre el de hoy! Pues no sé. No siempre es menos fraudulento. A veces un adiós aunque solo sea moviendo la manita... Pero no decirlo... sí, definitivamente sí, tiene razón.
ResponderEliminarSinco: tú ten una lima del 15 para ponerla en el bocata de jamón. La necesitaré si no me largo de aquí cuanto antes. Si salgo en las noticias, por favor, decid a todo el mundo que soys mis amigas. Enorgullecéos de mi arrebato Mamba Negra.
Anónimo: Touché! Por lo del ladrillo, digo. Pero es que una vez más me dejas sin aliento para contestar. Grande "el arte de la prudencia", es de los libros que reviso a menudo.
Lobo: si uno es de propensión sumisa y acepta que le den por el ojete, pues mira... Pero cuando eres una neurona revolucionaria, ni teniéndome cogida por los ovarios, me tienen. Me largaré y perderán una profesional de la hostia. Soy buena, muy buena en lo que hago.
No es un país para blandengues.
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