Àfrica y la iaia Teresa, enero de 2009 |
Mañana, cuando te despiertes, todo y nada habrá cambiado en tu mundo inocente. Te lo tendré que decir, "la iaia Teresa ja no hi és", y preguntarás.
Si preguntas "¿dónde está ahora?" te diré la verdad, que ya no está en ninguna parte, pero que aún sigue de algún modo aquí, dentro de nosotros, de ti, de los que la queremos aunque ya no podamos verla más.
Si preguntas "¿qué es morirse?" te diré que es como vivir, simple y natural, que a todos nos toca un día, y que lo importante es haber vivido una vida plena. Debes procurar ser feliz.
Y cuando seas mayor te recordaré que los macarrones de la iaia Teresa eran tus preferidos, que siempre había jamón del "bueno" en su casa cuando ella te esperaba, a pesar de la mierda de pensión con la que vivía. Que se le iluminaban los ojos de un modo increíble cada vez que abría la puerta de su casa y te veía llegar, remolona al principio. Que no le gustaba nada que te cayeran broncas, tan merecidas como las tenías...te mimaba, te adoraba. Tú lo sabías y jugabas a la complicidad con ella, no había quien os ganara en ese juego.
La iaia Teresa, hija, era buena, sencilla, socarrona, prudentísima, cariñosa y luchadora.
Y aunque hoy, esta noche, ya no ha podido más, lo último que dijo antes de que los fármacos paliativos aniquilaran su conciencia fue:
"Cuidad mucho a Àfrica".
No te preocupes, lo haremos. Y te querremos siempre.
Lo siento mucho.
ResponderEliminarRecuerdo también que lo más duro de la muerte de mi abuelo fue explicárselo a mi hija. Tanto que ni pude y tuvo que hacerlo mi mujer. Y aun hoy se me rompe la voz cuando me pregunta por él.
Que sepas que te ha quedado un texto precioso que demuestra lo mucho que la quieres.
Siento el dolor de todas las personas que lo expresan. Y agradezco la sencillez y la elegancia.
ResponderEliminarEn circunstancias como ésta es difícil encontrar las palabras por no decir que sobran. De corazón, lo lamento.
ResponderEliminarUn beso y un fuerte abrazo.
Lo siento tanto, tanto ... pero eso ya lo sabeis.
ResponderEliminarEsa foto con Afri es preciosa.
Joder, estoy llorando como una magdalena
quin homenatge més sentit i profund .........................
ResponderEliminar"Morimos solo una vez, pero durante mucho tiempo" Molière.
ResponderEliminarUn beso, luego os achucho.
Muy sentido. Y decir más no procede.
ResponderEliminarÁnimo. Vivir mata. Pero tal y como dices la muerte es sencilla y natural. Los míos ya han vivido la muerte de su bisabuela, aunque no pudieron compartir lo mejor de ella, porque la vejez a veces no nos hace mejores.
ResponderEliminarBonito, muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo siento mucho.
ResponderEliminarun abrazo.
ResponderEliminarHermosa forma de transmitirlo.
ResponderEliminarCuánto siento lo que sientes.
Esos genes son idénticos, preciosos.
Enormes saludos
Deica d:[´
De verdad que lo siento. Echo mucho de menos a mi abuela, me gustaría decirle que la quería. Bueno, reonozco que también echo de menos sus croquetas de bacalao que no me salen tan buenas.
ResponderEliminarÁnimo.Besos, abrazos y kisses. Borgo.
La foto es realmente bonita. Africa tendrá siempre recuerdos bonitos, algunos quizá inconscientes, de la iaia Teresa. También tiene suerte porque su señora madre es cojonuda y no me cabe la menor duda de que la cuida más que bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es mentira Sinco. Todo es mentira. Nada llena lo que se ha vaciado. No has perdido nada, solo dejas en el camino lo que la vida nos quito. Grandes gestas te dejan por vivir
ResponderEliminarde pequeños todos tenemos cara de pardillos. Suerte que luego se nos quita.
ResponderEliminarabrazos a puñaos.
ResponderEliminarabrazos a puñaos.
ResponderEliminarQue pena...
ResponderEliminarLo siento mucho.
Has resucitado recuerdos casi idénticos de otra iaia que hace tiempo que ya no está.
Un abrazo.
Un besazo para las dos.
ResponderEliminarLas yayas dan un poco de sentido a este caos, hacen este mundo frío y hostil un lugar más cálido, sus casas son un confortable remanso de paz. ¡Vivan las yayas!