viernes, 2 de diciembre de 2011

DESVERGONZADA VERGONZOSA


Hace cuatro años, estando en Túnez de vacaciones, al entrar en el ascensor del hotel para bajar a cenar acosé, literalmente, a un argelino guapísimo que iba con una camiseta del Barça y con su mujer del brazo. Mi amiga, madre de familia y gran tímida, me pidió que me cortara un poquito. No pude cortarme, le tenía empotrado en la pared con la mirada clavada en sus ojos de árabe. Su mujer no daba crédito y supongo que bajar las seis o siete plantas con una tipa que le está haciendo una radiografía a tu marido, no debe ser cómodo.
No abrí la boca, no dije nada, solo lo tuve placado contra el espejo del ascensor ignorando a su pareja. Noté como una especie de rayos gamma que salían de mis ojos y que me empujaban irremediablemente a no poder parar de desear a ese hombre.
Luego descubrí que se alojaban en una habitación un piso más abajo y que podía verles desde la terraza de la mía. Pasé auténticos momentos de voyeurismo, pero esto ya es otra historia.
Esto me ha ocurrido alguna vez más, quizás la situación más violenta ha sido ésta, hasta hoy.

Finalmente, y después de un mes, hoy volveré a ir en moto. Detesto profundamente ir en metro, pero me ha cundido mucho, incluso me ha permitido poder escribir ficción. No está mal mezclarte con la gente de vez en cuando, bueno, excepto con los que les huele el alerón ya desde primera hora de la mañana.
Así, hoy he cogido el metro más contenta sabiendo que sería el penúltimo viaje. No suelo sentarme aunque haya asientos libres, tengo una pituitaria hiperdesarrollada que me mete en bretes y hay olores que me dan náuseas, incluso algún perfume. He subido al vagón y me ha quedado de pie, cogida de una de las barras centrales, pensando en un marrón que debía solucionar solo llegar al curro (misión cumplida, caso solucionado) y como siempre, con la música aislándome del mundo.

Todo normal, hasta que he notado como mi cabeza giraba a lo niña del exorcista. Una fuerza poderosa me ha impulsado a mirar a mi espalda. Y ahí estaba él, una copia exacta, mismo pelo, mismos ojos y mismas gafas, idéntica nariz y esos labios carnosos... pero sin tunear. Idénticos, pero éste era en blanco y negro. Sin tattoos, sin dilataciones, sin piercings, blanco, sin sustancia. He avanzado los 50 metros que debían separarnos y he vuelto a notar, como aquel día en el ascensor, que algo me lanzaba hacia él sin yo poder hacer nada más que mirar, escudriñar y sentir como la vergüenza me rebienta las mejillas. Aún así no puedo parar.
Estaba sentado, sin lectura, sin música, como un cordero al que llevan al matadero, esperando llegar a destino. Me he posicionado delante suyo, de pie, escudriñándolo desde arriba, sin poder parar de hacerlo. Notaba su incomodidad, pero por más que quería girar la cabeza o desviar la mirada, no he podido. Ha tenido que aguantar ese agobio durante 9 paradas.

Siento mucho haberle incomodado, siento no poder controlar estas reacciones, detesto que salga de mi ese descaro, yo no sería capaz de aguantar una mirada tan insolente como la mía.
Esta tarde recogeré la moto, pero creo que volveré a bajar al subsuelo cualquier día. Es un buen sitio para soñar despierta.

PD: Los ojos de la foto, no son los míos.

16 comentarios:

  1. jajaja, yo no hubiera aguantado tampoco, o te hubiera dicho algo o me hubiera levantado y me hubiera cambiado de sitio...

    1besico!

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  2. ¿¿¿9 paradas mirando al tipo fijamente???

    jajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    Tás fatal de lo tuyo, nena ;-)

    Cualquier día, o te hacen una cara nueva, o te pegan el polvo de tu vida.

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  3. Pues si yo hubiese sido la mujer del argelino te hubiese dicho tres cositas en el ascensor y no precisamente agradables...
    Si soy el señor del metro, más o menos también.
    Hay que aprender a controlar los instintos más primarios, si se vive en sociedad.
    Ponte en el caso de la esposa del argelino...

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  4. a la mujer que le den por el culo, ni que fuese una amiga a la que tuviese que guardar lealtad...venga hombre!!! Muy bien, yo hubiese hecho lo mismo

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  5. Y yo que, hasta que he leido lo del ciego tatuado, creía que tú no escribías ficción...hay que joderse.

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  6. Fi: no sé, a mi no me lo han hecho nunca, pero debe ser terrible, yo no me soportaría

    trapecista: lo sé, lo tengo pendiente, pero me temo que no tiene mucho arreglo

    Salamandra: ya conoces mi mirada de perdona vidas, pues esa durante 9 paradas. Y si me rompen la cara, pues no habará mal que por bien no venga, me haré un arreglito y si me follan... pues nada que caiga esa breva.

    Anónimo: no pienso aprender a controlar los instintos a estas alturas, algún defecto tengo que tener. Y la argelina pues... que la jodan, sinceramente.

    Arwen: Di que sí. Tú sí que sabes.

    Pseudo: nunca escribo ficción, excepto parte del relato "Tattoo", todo lo demás es purita vida (vivida)

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  7. Joder, probablemente no me mirarás de esa forma ya que no resulto tan atractivo como para "merecerlo", pero si algún día me sucede te reconoceré, y no será por recordar los ojos de la foto que no son los tuyos.

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  8. Algo falla, si a mí me mirase una mujer tanto tiempo haría algo, aunque solo fuera preguntarle por curiosidad si nos conocemos...nueve paradas, eso en Madrid son quince minutos o más.
    Besos.

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  9. jajajaja
    Genial!!!
    Y seguro que el tipo encantado!!
    besotes coleguita

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  10. A mi me gustaría que me hicieran esto, aunque solo fuera para mirarme el mostacho.

    Tú como siempre haciendo amigos.

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  11. Y todo pasa tan deprisa, allá...arriba.
    un abrazo desde el metro.

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  12. Sergio: pues no sé si te miraría, es algo que me pasa en contadas ocasiones y que no puedo controlar. No es algo vinculado a lo "atractivo", me pasa sin más. ¿Me reconocerías?, no sé, no sé...

    Rorschach: Claro que falla. Yo soy patológicamente tímida en ocasiones, y cuando el otro lo es... cagada. El recorrido que el pobre chico tuvo que aguantar dura, exactamente, 24 minutos. ¡Telita!

    Perfida: pues no me pareció muy encantado... creo que me tomó por loca.

    Moustache: cabrona!

    Bigmouth: Qué razón tienes. Un abrazo desde la velocidad terrestre.

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  13. Aaaains y a mi lo que me pone nerviosa es el metro en si! ;)

    Besos.

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  14. Chatnoir: algún día contaré mis problemas con el metro...

    Jon: jajajajajaja sí, twist and shout!. Son impulsos irrefrenables, y oye, que yo lo paso tan mal como el pobre que lo sufre.

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