Ni quiero ni puedo esperar. Su propuesta me incendia, me da igual si parezco impaciente, me da igual parecer una acosadora, en realidad me da igual cualquier cosa porque solo puedo pensar en él y en lo que he visto. Si me lanzo a lo mejor tengo suerte y me cita hoy mismo. Me pongo la mano en el pecho y el corazón late histérico, descompasado y a toda prisa. Sí, para qué esperar, llamo hoy mismo... ahora mismo.
Deslizo mis dedos temblorosos por el teclado, 661261... ufffff!!! Espera, esto es una locura. Puede que no sea ni su número, puede que te haya tomado el pelo, pero es que no puedo quitármelo de la cabeza. Vamos, marca, pon la mente en blanco y déjate llevar. Estás loca, 661... muy loca, 261... pero no puedes parar, 848. Suena una, dos, tres, cua... "¡Qué ansiosa eres!". Noto como se ruborizan mis mejillas, como el corazón palpita más y más deprisa y tengo un nudo en la garganta que no me deja hablar. "Pero te esperaba. ¿Nos vemos?". Se me escapa la risa, encima el cabrón me chulea con humor negro. Me sobrepongo al nudo inicial, "Claro, veámonos donde quieras, cuando quieras..." Dios, qué mal estás. No sigas por ahí, te estás metiendo en un terreno complicado. "Estoy en la calle Verdi, número 22, ático primera. ¿Vendrás ahora?, supongo que no, que estarás en el trabajo y...". Le corto, "en 20 minutos estoy contigo". Apago el ordenador, termino el café de un sorbo, cojo la chaqueta, el bolso y le digo a un compañero que me voy, que me encuentro fatal, que nos vemos mañana, que no pregunte, que... joooooooooooder me tiembla todo.
Iré andando, es preciso que me calme. Busco el iPod en el bolsillo, tengo una canción en la cabeza, quizás si la pongo mi sangre vuelva a bombear con normalidad y deje de sentir ese inmenso calor en mis mejillas. Vaya, juraría que la tenía en la versión acústica. Sí aquí esta, suena...
"Hola he quedado con...", he estado a punto de decir con John Doe, suerte que a veces mi boca no obedece a mi cerebro. "Pasa, la primera puerta a mano izquierda. ¿Quieres dejarme la chaqueta?" No contesto, paso, voy directa a esa puerta que al acercarme veo que está abierta. "Noraaaaa no me pases ninguna llamada, cuando tengas que irte, hazlo. ¡Gracias!". Está ahí, de pie, apoyado en la pared, se ha recogido el pelo en una especie de moño. Solo han pasado unas tres horas desde que le he visto por primera vez y me sigue pareciendo... brutal. "¿Siempre eres tan puntual? Pasa, anda y cierra la puerta". Vacilo unos instantes, y me digo que aún estoy a tiempo de salir corriendo, pero mis pies no opinan lo mismo. Entro, mientras voy quitándome la cazadora y cierro la puerta con el pie. Dejo el bolso en el suelo, es una extraña costumbre, lo sé, y más si se comparte espacio con un ciego que puede tropezar, pero no puedo pensar en eso ahora. Tiro también la chaqueta al suelo y me pongo delante de él, lo suficientemente cerca para que pueda notar mi presencia, para que pueda notar mi aliento cuando le digo "¿Y ahora?". Hace como que me mira, saca un paquete de tabaco del bolsillo, enciende un cigarrillo y me lo ofrece. Lo agradezo y mientras le doy una calada él se enciende otro y me contesta, "ahora vamos a pasarlo bien".
Noto como se eriza todo el vello de mi cuerpo, incluso el que no tengo empuja desde debajo de la piel creándome un hormigueo nervioso. No sé qué debo hacer. Se supone que él guiará esta especie de juego, estoy en su terreno, él manda. Me cuesta no tocarle, le arrancaría la ropa para dejar todo su cuerpo al descubierto. Parece que me lea el pensamiento, deja el cigarrillo en el cenicero y empieza a quitarse la camiseta mientras con la punta del pie se descalza los zapatos. Me tambaleo hacia atrás hasta encontrar una silla que me frena y me puedo agarrar. "Eh, eso no vale, acércate". Retomo mi posición anterior y me busca con las manos hasta encontrar mis hombros y aprovecha para acercarme todavía más a él. "Así mejor, puedo hacer algo más que intuirte. Puedo olerte, tocarte, imaginarte... y tú decidirás si debo o no idealizarte" ¿Idealizarme él a mí?, definitivamente esto es de locos. Se desabrocha los vaqueros y deja que se deslicen por sus piernas. Levanta un pie y aparta el pantalón, luego levanta el otro y lo chuta. Menudo torso, menudas piernas, y los brazos... oooooooohhh my god!!! De pie sigue quitándose ahora los calcetines, con un equilibrio casi imposible, sin apoyarse, y con esa mirada ausente que se clava en mí. Los aparta con el pie y cuando creo que ya podemos empezar, se baja los calzoncillos dejando que caigan al suelo. "...Uuufffffff... eres una jodida e impresionante obra de arte". Suelta una carcajada ante mi comentario y con sus manos busca mi cara, repasa mis pómulos, mis labios, la nariz, baja por el cuello y resigue mis clavículas, luego me acaricia el pelo. "Me gusta el pelo rizado, está más vivo que el lacio. ¿De qué color es?", estoy a punto de engañarle para poder ser rubia por una vez en la vida, pero eso no está bien, "pelirrojo. No natural, pero pelirroja". Vuelve a acariciarme las mejillas, "Ja! Qué sincera eres, pero me habría dado cuenta, demasido suave para ser pelirroja. De hecho eres la persona más suave que he tocado jamás, y créeme, he tocado a muchas". Venga, para ya, me da vergüenza, yo he venido por ti, eres tú la octava maravilla, no yo. "Esta situación me pone nerviosa, déjame verte bien. ¿Cuándo quieres que empiece?". Busca con el pie los vaqueros y se los alcanzo. Saca de nuevo el paquete de tabaco y se enciende uno. "Puedes mirar, tocar, besar, babearme incluso, follarme no, porque solo voy a darte media hora. Luego me vestiré y un día, cuando tú quieras, me explicarás qué has visto". Esto no puede estar pasándome. "Oye no, es que... no, no puedo hacer eso". Se ríe mientras va haciendo tic-tac, tic-tac, con el dedo. "Ya lo creo que sí, tú puedes. Inténtalo. Lo harás, lo sé".
¿Y lo harás?...menuda pregunta más tonta...¡¡claro que lo harás!!.
ResponderEliminarSer rubia por un día tampoco creo que sea tan fantástico, son pelos que se ven mucho en la ropa oscura, a mí me vendría fatal si los sumo a los de mis gatas.
Kisses,honey (no, no he dicho horny, aunque también, qué coño).
Perdonad, pero depende del polvo, con media hora se tiene de sobras ;-)
ResponderEliminarMe ha encantado Kit. ¡Como siempre!.
Media hora o dos horas es lo de menos, lo importante es el polvo en sí, claro que lo que me gustaría es ser como los cerdos en una cosa: tienen órgasmos de catorce minutos. Tela. Borgo.
ResponderEliminarMake it, make it, make it!
ResponderEliminarNo sé si lo dice Satán o la consigna del Carpe Diem. Eso sí, cuando la idealización pasa al plano real, las cosas cambian mucho.
yo con 5 minutos voy mas que servida jajaja...
ResponderEliminarbastante morboso, me gusta!
Collons, qué movidas pasan en la vida más ardorosas y morbosas.
ResponderEliminar¡¡la ostia¡¡ ¿porque no me pasan esas cosas a mi?.
ResponderEliminarSinco: lo haré. Your sweet and horny friend
ResponderEliminarSalamandra: no pienso entrar en cuestiones numéricas. Cada uno sabe lo que quiere y el tiempo que le gusta tomarse. Gracias, como siempre, Sal.
Zueras: tampoco importa mucho el tiempo orgásmico, lo más es tenerlos.
Sergio: en eso estoy... en makear.
Arwen: aishhhh y dale con los tiempos. Si te sirvieran con una propina de 15 minutejos más, te digo yo que tampoco estarías descontenta. Pero en fin...
Johnny: ya ves tú! En menudos berenjenales se mete la gente.
Maria: porque estas cosas no se buscan, pasan, sin más. Al menos mi vida funciona así, sin más.
Follen, éste es el del tren verdad??
ResponderEliminarCeltic, que despistaooooo que era el metro.
ResponderEliminarTú ya me entiendes...
ResponderEliminarGuay, Lazarilla, guay.
i força Barça Collons!