miércoles, 25 de enero de 2012
Escapismo
Siempre le había gustado largarse sin decir adiós.
Siempre.
Lo hacía tanto si eran ligues de una noche, como amantes ocasionales o fijos, o incluso con su propia pareja cuando la tenía. Consumar, dormir y largarse. Nada de charlas, nada de besos, ni hastaluegos, ni yanosveremos, ni tellamarés.
Se había deslizado de entre sus brazos consiguiendo no despertarle. Había salido de entre las sábanas sin que él cambiara el rumbo de su respiración. Era una experta en no hacer ruido, en pasar desapercibida, sin embargo ese día hizo que su acompañante abriera, primero, un párpado y, luego, el otro, al grito de "Shit! Me he hecho una carrera".
Entre bostezos y aliento mañanero, ese hombre desnudo le dijo con una sonrisa socarrona que ya le valía, que por qué se empeñaba siempre en salir huyendo, para terminar diciéndole "duerme conmigo esta noche".
Desde el baño y sin ni siquiera asomarse, le contestó que no. Cuando salió de nuevo a la habitación él se había incorporado, tenía solo la zona púbica tapada con la ropa de cama, las piernas salían una por cada lado y el torso permanecía desnudo recostado sobre dos almohadas. "Venga, durmamos juntos otra vez". Mientras se calzaba los zapatos, y sin mirarle, le respondió que no.
"Oye, ¿por qué te haces la dura? Ha estado bien... bueno no, muy bien. ¿Acaso no te gusta repetir cuando el postre es chocolate?" Ahora, recogiéndose el pelo con una coleta, se giró, le miró y le dijo que no, que no solía repetir aunque el chocolate fuese Godiva.
Justo por eso, para no pasar por situaciones como esa, era por lo que no quería verlos despiertos.
Quería irse sin darle ni un beso. Sin prometer nada. Y ahora tenía delante a un tipo que le gustaba, que follaba francamente bien, al que incluso quería. Pero no era suficiente. Así que cogió el bolso y se despidió con la mano desde los pies de la cama. "Perdona si te entretengo, pero es queno te entiendo. Creí que te gustaba, creí que había química, creí que casi me querías un poquito..." La puta carrera de la media le había salido cara, sí señor. Volvió hacia la cama, se sentó a su lado y le dijo que sí, que sí, que sí , que sí... joder!. Que le gustaba, que había química y física y álgebra cuando estaban en la cama, que sí le quería algo más que un poquito. Pero que quería irse, que no tenía ganas de hablar más, y mucho menos de prometer nada. Cuando ya había dado por zanjada la conversación e iba a levantarse él le cogió la mano. "Ven esta noche, solo esta noche". Tomo airé, tragó saliva, y le espetó un NO rotundo, le preguntó que parte de la N-O no entendía. Luego se dio cuenta que había sido muy dura, despótica y sintió que no merecía la pena hacerle daño sin más.
Le acarició la cara, le tomó la barbilla entre las manos y recuperando el tono de voz conciliador pudo decir: no, no voy a quedarme esta noche. Me gustan las noches contigo, y también los días. No voy a quedarme porque querré más, y luego otra noche, y luego todas las noches, y luego algún día y también todos los días. Y me gustas, y querría pasarme todas las horas yaciendo a tu lado y no hacer nada más, y dejar que en mi pelo se hagan rastas de tanto gozar contigo entre almohadas, y dejar que luego me las desenredes... Y te quiero, pero no te quiero ni infinito, ni muchísimo, ni mucho. Simplemente te quiero, y eso solo te da crédito a algunas veces. Querré más, y no lo mereces.
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Collons Kitty, ¿me has estado espiando?
ResponderEliminarLo he vivido, lo he vivido. Tal cual lo cuentas.
Y cómo jode.
Mmm, qué difícil eso de dar, pedir o recibir explicaciones... también lo es que no las haya y jugar con los sobreentendidos. Pensaba que con el tiempo se agudizaba la percepción, pero no es mi caso, sigo sin entender muchas veces en qué momento está cada uno.
ResponderEliminarAunque por ejemplo, este post, lo he entendido perfectamente. Igual es que la gente con la que me he cruzado no es lo suficientemente clara :p
me recuerda tanto a mi ultima despedida, aunque el argumento fue mental
ResponderEliminarA mi tampoco me gustan las despedidas, pero de ahí a hacer lo que hace tu protagonista... De cero a cien podía al menos poner un 9 en ganas... será ínfimo, pero será algo al menos.
ResponderEliminarMejor no explicarse mucho, la verdad...a veces cuesta despedirse, otras no hace falta ni decir adiós...pa qué!!???.
ResponderEliminarAquí paz y después gloria, darling Kitty.
Kissazos....'till saturday!!
Nada es para siempre, una verdad como un templo. pero yo tengo esperanzas de que alguna me deje su teléfono pintado con carmín en un espejo como en las pelis francesas. Qué peliculero soy... Besos. Borgo.
ResponderEliminary luego vivir juntos, hipoteca, niños, perro, coche familiar,...muy caro!!
ResponderEliminarbuenas, por cierto!
Charlotte: dios me libre de espiar a nadie!!! Es que me parece que eso no es tan infrecuente, pasa, y sí, jode.
ResponderEliminarLobo: una de dos, o la gente no es clara, o te encuentras en situaciones así después hacer honor a tu apellido (horas de bar) o es que nos complicamos mucho la vida (mierda, era una de tres)
Arwen: pues la escenificación aún jode una poquito más.
jon: NO. qué parte de N-O no te queda clara! jajajaja es broma. que cada uno haga lo que pueda en esta vida.
Sinco: una vez más el eterno problema, huellas y más huellas, miedos... ufffff
Zueras: sí, eres peliculero, pero debe molar vivir una escena de ese tipo, no voy a negártelo.
A. Sandler: buenas! sí, sí, sí... muy caro, pero todavía más costoso en inversión del alma.
Ah, tiene molar que te escriban algo en el espejo con carmín (siempre que no sea "redrum")...
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