domingo, 29 de abril de 2012

Cosas soeces que pasan


¿De qué color tienes los pelos de abajo? Sí, sí, los del chochete.

Me formularon esta pregunta mientras cenaba en un restaurante y hablaba con amiga del ERE inminente que va a producirse en la empresa en la que trabaja. Obviamente mi estupor inicial fue evidente. El de mi amiga fue húmedo, le salió disparado directamente a mi cara el trago de cerveza.
El tipo provenía de una mesa de tíos poco clasificables. Parecían compañeros de trabajo, no tenían edades similares, pero tenían en común que vestían todos con traje y corbata y que estaban bastante borrachos. Les había lanzado un par de miradas asesinas porque hablaban altísimo y a veces me costaba oír o entender a la persona que tenía sentada delante. Pero visto lo visto entendieron mis miradas como lascivas más que asesinas.

Con la cara empapada de cerveza y sin ver un comino porque me mojó las gafas en cascada intenté formular una especie de pregunta absurda del tipo "¿me has preguntado de qué color tengo...?", pregunta que no pude ni terminar porque el tío me lo aclaró inmediatamente: "sí, de qué color tienes los pelos del coño. Es una apuesta. Ya sabes las pelirrojas crean esa duda. Bueno, ¿me lo vas a decir?". Mientras aclaraba tan amablemente mis dudas fui secándome y cuando volví a mirarle empecé a reírme. Era como tener delante al capullo ese de Mariscos Recio, el que siempre persigue a la pelirroja para saber de qué color lo tiene.

Seguí la conversación como si él no estuviese allí, pero el tío seguía de pie esperando y mi amiga se sentía incómoda, así que me espetó un "mándale a la mierda, hazlo o lo haré yo". Entonces le miré y se lo dije, "Igual, lo tengo igual que el de la cabeza. Déjame en paz, anda". Me pareció la mejor forma de acabar con eso, los de la mesa de al lado estaban siguiendo el culebrón, pero no le debió gustar mi respuesta, o quizás con ella perdía la apuesta y volvió al ataque: "No te creo, júramelo o si prefieres me lo enseñas". Puse mi mejor cara de doberman y le pedí que se largara, mientras mi amiga le llamaba imbécil y sus amigos le jaleaban. Se acercó el camarero, que me conoce bastante, y preguntó qué estaba pasando. Me vi salvada por la campana. El tío se hizo el remolón pero volvió a su mesa, no sin explicarle al camarero su inquietud y pedirle una ronda de cubatas.

Él siempre me invita al te y a los chupitos, ya no me pregunta qué quiero me trae orujo. Cuando trajo los vasitos y la botella sonrió y acariciándome el pelo me dijo: "eres una mentirosa, a mi no me engañas". Dejó la botella en la mesa y se fue guiñándome el ojo mientras el otro pagaba la cuenta de los cubatas.

23 comentarios:

  1. ¡Anda!..¿eso no es un bar de Dublín?, ¿o yo lo estoy flipando?...a mí hace tiempo que me hace ilusión teñírmelo de fucsia fosforito, mira tú por dónde. Bueno, creo que desde hace muchos años, era uno de esos sueños de juventud con Juanita Banana; una vez fuimos a una droguería la lado de la plaza de la Revolució a preguntarle si tenía ese color y cuando le dijimos para qué lo queríamos no nos lo quiso vender...qué rancia, la tía. Total, eran nuestos chochos, no el suyo, pero......

    Kisses, pèlroja Kitty.

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    1. Jajajajajaj fucsia sería muy bonito, y más llamándome Kitty.
      La foto es Dublin, sí señorita, me la hiciste tú. Por cierto ¿por qué? ¿No te atrevías a preguntarme de qué color tenía el otro? De todos modos, me gusta esta foto, el pelo está brillante y por raro que parezca voy peinada.

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  2. Gilipollas hay por doquier y con 2 copas son irreprimibles, cosas que tienen. Lo que no me ha quedado del todo claro es el camarero con quién acabó aliándose al final.

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    1. Pues mira, me alegro que me haga usted esta pregunta... El camarero lleva años intentando que le dé un simple beso en la mejilla (cosas de los árabes), me invita a cenar, me deja la botella de chupitos en la mesa, me dice cosas "aparentemente" halagüeñas... Pero nada, no he cedido ni un centímetro. Además, él sabe que no soy pelirroja, así que sí, sabía que mentía.

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    2. Como SE dirija mi de "usted" no vuelvo.

      P.D. Cambia de bar por un tiempo, esa alianza con el enemigo requiere un correctivo.

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    3. Glups! Nunca más lo haré, se lo prometo... ainssss TE lo prometo.
      Gracias por el consejo, pero es un buen tío.

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  3. Se ve que las lluvias primaverales están haciendo emerger a los capullos...

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    1. Qué razón llevas. Son los restos de lo que no se vendió en Sant Jordi.

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  4. Creí que ese tipo de "homo cenutrius" ya había desaparecido (congénere de "neerdentalensis"). No tiene ni idea de cómo -coño- se preguntan esas cosas, qué poca cultura y "educancia"...
    Mas le valdría colgarse de una cuerda y empujando la silla dejar que la soga hiciera lo que el alcohol hará algo tarde, aunque su mente ya flote en una especie de subnormalidad trajeada, la cual no hace al monje...
    Deica.

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    1. Nooooooooo no ha desaparecido ni desparecerá jamás. Así funcionamos la sociedad actual, se educa peor que antes. Y digo peor porque ahora tenemos las herramientas para hacerlo menos machistamente, menos agresivo, menos ofensivo... pero nah...
      Lo jodido es cuando se juntan varios, eso ya no tiene arreglo.

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  5. Lo que sucede es que la presión que ejercen las corbatas en la yugular impiden el riego cerebral, y suelen ser causa de quienes llevan corbata digan (digamos) mas gilipolleces. Te lo digo yo que suelo ir con corbata.

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    1. Juas! No me creo que de tu boquita salgan ese tipo de comentarios por muy apurado que tengas el riego a causa de la corbata.
      Aunque sé separar las cosas, iba tan morado el tío que es posible que toda la culpa de ser tan bocazas fuera de la corbata.

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  6. Yo creo que hubiese hecho lo mismo que vos y eso que soy tímida, pero frente a este tipo de actitudes respondo sin hacerme drama...que tonto el tipo,no?. Un beso

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    1. No sé, son situaciones que te sorprenden. Si reaccionas a gritos, creo que es peor. Sí, tú lo has dicho tonto y si le sumas borracho la combinación es mala, no puede salir nada bueno. Porque no era ni graciosillo.

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  7. hum, yo le habría roto el vaso de cristal en la cara. Gran aparato de gritos, sangre y drama urbano. La próxima vez seguro que mejoraba su dialéctica, sin contar con lo interesante que le harían las cicatrices.
    Un saludo.

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    1. Jajajajajaja Sería muy raro que yo actuara así. No soy nada dramática. Los patanes suelen hacerme reír. También te digo que ni con cicatrices mejoraría, era el típico "tontopollas". Nada que hacer con ese tipo de individuos. Ante todo mucha calma.

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  8. Jajaja, te imagino perfectamente riendote en la cara del tipo. No hay pa'menos.

    Dejate de orujos, he descubierto un brebaje hungaro que se llama "Palinka". Tremendo. Petons reina

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    1. Si es que a mi los capullos me hace estallar la carcajada, no puedo evitarlo.

      Por cierto, esto del Palinka miedo me da, porque como dé palique y encima embolingue estamos muertas.

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  9. Que de gilipollas hay por el mundo... la mejor arma, la indiferencia.. Besazos!!!!

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    1. Sí, haylos a cascoporro. Pero me hacen gracia, qué le vamos hacer, a lo mejor yo también soy una gilipollas de campeonato. Besos, bonita.

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  10. Lo que nunca he podido comprender, ni creo que llegue jamás a comprenderlo, de este tipo de capullos, es qué narices esperan con sus bravatas. Es decir, aunque le hubieras seguido el rollo, que ya hace falta imaginación para pensarlo, ¿Creía en verdad que te bajarías las bragas allí en medio para que él hiciera su absurda comprobación? ¿O te iba a hacer firmar una declaración jurada ante ocho testigos...?

    Lo del camarero ya es harina de otro costal. Cuanto menos, observador lo és...

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    1. Jajajaja... Es que el poder del alcohol nadando por las venas en abundancia es muy desinhibidor. Si el tipo fue capaz de recordar al día siguiente la chorrada que había hecho, seguro que quería fundirse.
      Suerte que se topó con una que no hace demasiado escarnio... con otra se habría llevado algún insulto, más algún bofetón, más no se sabe.

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