domingo, 18 de septiembre de 2011
MARCAS
Adoro esta fotografía. Aunque la tengo bautizada como "Little Nemo", es Kitty en estado puro. A mi bola. Mirando en dirección contraria al resto. Con ese gesto que hago, todavía hoy, cuando estoy pensando o nerviosa, con los carrillos para adentro, como un pez.
La he rescatado para ilustrar esta entrada porque esa actitud tan mía de "a mi plin", ha sido eso, una actitud. Luego la procesión iba por dentro.
En esta vida todo marca, aunque no le demos importancia a una serie de cosas, acontecimientos, personas, actitudes, palabras, respuestas... todo, absolutamente todo es fundamental para entender nuestro comportamiento. Mi madre fue una persona que provocó una serie de acontecimientos con su actitud severa, con sus palabras exigentes y afectuosas a partes iguales, vamos, una gran "marcadora".
Hace un par de días me dejé caer en casa de mi hermana. Mi hermana es un ser especial. Tengo que hacer un día una entrada de ella porque es la bomba. Sin ir más lejos, la semana pasada me acompañó a urgencias y el médico que me atendía le dijo: "Señora, usted es muuuuy friki". Salimos de ahí descojonándonos.
Pero bueno, a lo que iba. Cuando vas a su casa y ha hecho "zafarrancho" te intenta endosar todo lo que quiere quitarse de encima. Estábamos hablando y de repente apareció con una bolsa llena de aquellas cintas, en su mayoría con publicidad, que sirven para colgarte el móvil del cuello.
- ¿Quieres? Si necesitas alguna, cógela.
- No, no, no!
- ¿Qué te pasa? Te ha cambiado la cara.
- ¿Te acuerdas de lo que me hacía mamá con la merienda?
- ¿Te refieres a lo de...?
- Sí, a lo de colgarme el bocata del cuello porque me lo dejaba todos los días en casa.
- Jajajajajajajaja... Siiiiiiiiiiiiiiii te llamábamos San Bernardo.
- Pozí. No sabes cuánto me llegó a traumatizar eso. Me colgaba el bocata del cuello y se ponía en la ventana a vigilar para que no me lo quitase. Tenía que salir a la calle con eso y esperarme a doblar en la segunda esquina para poder arrancármelo.
- Era cobronceta la vieja, eh? Pero es que te lo dejabas todos los días.
- Coño, pues pues debía haber otras fórmulas para activar mi memoria, digo yo, porque no lo he superado. Me sentía tan ridícula. Total para no comérmelo porque lo tiraba.
- Jajajajajaja, ¿ella lo sabía?
- Noooooooooooo, si hubiese sabido que tiraba el bocata, es que.... no soy ni capaz de imaginarme la represalia.
- Qué fuerte. ¿Por eso no llevas nunca collares?
- Puede. Tampoco llevo bufandas, ni pañuelos... En realidad no soporto llevar nada en el cuello. Joder, nunca lo había asociado.
Pues eso. Mi madre patentó el tatuaje cerebral.
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Muy fuerte.
ResponderEliminarA mi me llevaban con una correa con tirantes, tipo perro de ciego...tendré que pensar...¿por eso no me pongo el cinturón de seguridad en el coche?.
Bromas aparte....¿cómo te ataba el bocata al cuello?....
Si la cuestión es crear una asociación de damnificados por madres chungas... ¡Me apunto! Hemos de reclamar nuestro derecho a que nos reembolsen las facturas del psicologo por culpa de su trabajo mal hecho.
ResponderEliminarMuy heavy lo de atarte el bocata... A mi me pasa algo similar relacionado con las piscinas. Muy largo de explicar.
Saludos!!!
Joder, ¡lo que marcan las madres! ...
ResponderEliminarAhora que yo lo soy, me sorprendo soltando frases a mi hija que, cuando las pienso, me enervan: mi madre me las decía a mi ... asi que en mi caso, la tatuadora es la señora de Besugo, madre y abuela en la vida. Pa'cagarse.
PD: Pero qué monisssísssima estás en esa foto ... no has cambiado ná.
Una vez me dijeron que los golpes de sartén, aunque no duelan al menos tiznan. Podemos ir a la nuestra, pero todo queda tatuado en el cerebro, aunque como gesto, da el pego.
ResponderEliminarAviso a navegantes: mi madre era una tipa excepcional. Todo lo que tenía de heavy luego lo tenía de blanda y cariñosa. Tuvimos una relación curiosa, eso sí. Y con esta anécdota la verdad es que me río, era como la sorda-muda-tontadelpueblo con la pizarrica colgando
ResponderEliminarPseudo: mi madre envolvía el bocata como si fuera un caramelo, y de las puntas ataba un cordelito tipo "fuet", de un largo como hasta la nuez del cuello. Luego me lo colgaba. Además de tatuadora de fobias era una artista del embalaje.
Uri: andaaaaaa cuéntamelo, comparte secuelas, no me seas sieso.
Salamandra: aishhhhhh qué chungo es esto de educar y guiar en la vidaaaaa!!! Si por algo yo renuncié a la maternidad. Y sí, estoy monisísisima, y he cambiado poquisisisimo.
Sergio: mira, el castigo físico nunca fue el fuerte de mi vieja, pero con las palabras te hacía polvo.
El bocata colgado del cuello? Eso es la bomba, sin duda hay cosas que dejan marcas. Qué guapeta estabas en la foto, Kitty. Saludos.
ResponderEliminarMe parece ideal que poses metiendo los carrillos para adentro, así se marcan los pómulos cual Mario Vaquerizo y es estupendo.
ResponderEliminarpero qué rebonica, che!
ResponderEliminarAish, por lo más sagraoooooo!!!! qué lovely estás, Kitty!!!!...si ya lo digo yo siempre....madre no hay más que UNA....POR SUERTE!!!!.
ResponderEliminarSeñá, Lulita, señá Paquita y señá Mayte...vaya tres patas pa'un banco, really.
Kissesssss a lot !!!!! (de la antimadre)
Johnny: es que mi madre eraaaaa... la más grande como decían de la Jurado. Todo un carácter (así he salido yo, clavaditas en todo física y caráctermente)
ResponderEliminarTake: jajajajaja, no poso, es un gesto mío característico. Tengo los carrillos hechos picadillo y los pómulos divinos, sosí.
Raúl: me pones coloráaaaa. Es mu bonico que me digas rebonica.
Sinco: doña Lolita ya la conociestéis de capa caída, pero menuda era! Un día cuento lo de las magdalenas y Luís Aguilé. Otro trauma de aúpa!
Qué suerte va a tener tu hija de que antimadre.
Mejor aún! No posas, te sale solo... es como yo, que no tengo tripa porque la meto inconscientemente 24h al día...
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